Una madre de alquiler
Capítulo 52

Capítulo 52:

Cuando regresaron a casa, Lucy se quedó dormida después de un baño. Amanda también se duchó y bajó a la sala, en donde Anthony estaba jugando con el celular, ya duchado.

“Siéntate aquí conmigo” le dijo él.

“¿Qué le digo a Dylan?”

“Creí que ya le habías dicho que no ibas”.

“No sé qué decirle, no puedo hablar de nosotros” admitió ella.

“Di que vas a estar ocupada, no necesitas darle explicaciones”.

“Lo sé, solo que no quiero tener problemas con nadie”.

“No tienes que preocuparte por él.

“¡Anthony!”

“Ya hablé con mi madre, mañana en la tarde llevaré a Lucy a su casa.

“¿No pensará que pasa algo malo?”

“A Lucy le encanta ir allí, mis padres la dejan hacer lo que quiera”.

“¿Les dijiste por qué ibas a llevarla?” preguntó la chica.

“Sí, dije que tenía una cita y que tú también ibas”.

“Ya veo”.

“¿Crees que no saben? Son inteligentes y quieren vernos juntos” admitió él.

“¿Tú crees?”

“Sí, mi padre me llamó y me regañó para que corriera detrás de ti”.

“¡Qué vergüenza!”

“Los conquistaste”.

“¿Solo a ellos?” preguntó Amanda, coqueta.

“Y al hijo, especialmente al hijo.

“¿Ah, sí?”

“Claro, el joven está loco por ti” admitió Anthony.

“¿Tan rápido?”

“Bueno, es un poco rápido, pero te metes con la mente de cualquiera, entraste a su corazón y lo conquistaste”.

“Cuidado, puedo enamorarme si sigues así” advirtió la joven.

“Ese es el plan”.

“Me agrada”.

“¿Vamos a mi habitación?” propuso él.

“¿Está mal si nos quedamos aquí?”

“No quiero que nadie nos moleste, quiero estar a solas contigo un rato”.

“Qué atrevido”.

“Te extrañé esta mañana”.

“Fueron solo un par de horas” protestó Amanda.

“Fue demasiado para mí, vamos arriba”. Iba tirándole de la mano mientras hablaba, luego subieron al cuarto para acostarse en la cama. Él se acomodó de lado, le tocó el rostro y la besó con cariño”. ¿Dormirás aquí conmigo hoy?” le propuso.

“No, ya dormí aquí ayer”.

“No estábamos solos, Lucy estaba en el medio. Quiero dormir contigo”.

“Estás rompiendo las reglas. Ja, ja” bromeó Amanda.

“¿Ahora tienes reglas?”

“Sí, la primera es ir lento”.

“Me estoy volviendo loco por ti” respondió el hombre, mirando al techo, y ella se rio de él.

Pasaron un rato besándose antes de cenar, después jugaron con Lucy a colorear y se fueron a dormir cada uno a su cuarto. Sin embargo, al amanecer, Anthony se levantó y fue a la habitación de Amanda. Como su cama era doble, se acostó junto a ella y tiró de su mano para que lo abrazara; ella estaba profundamente dormida, así que no se dio cuenta de que él estaba allí. Al día siguiente, se despertó y sintió algo pesado encima de ella, cuando abrió los ojos, vio a Anthony durmiendo abrazándola y sonrió porque le resultó divertido y, al mismo tiempo, increíble. Le acarició el pelo y él se despertó.

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