Una madre de alquiler
Capítulo 53

Capítulo 53:

“Buenos días, bandido” le dijo.

“Buenos días, hermosa” respondió él.

“No tienes vergüenza, ¿Verdad?”

“Había una hormiga en mi cama, por eso vine aquí”.

“¡Mentiroso! No hay hormigas en esta casa.

“Sí, me picó en la espalda” insistió Anthony.

“Ya verás. Ja, ja, ja”.

“Ven aquí” dijo él atrayéndola a sus brazos aún con los ojos cerrados. Como la joven seguía riéndose, también él se tentó.

“Levantémonos, Lucy tiene que ir al preescolar”.

“Junta sus cosas para llevarla a la casa de mis padres a la tarde” agregó él.

“Está bien”.

“¿Hablaste con tu amiga?”

“Hablaré con ella hoy. Iré después de dejar a Lucy.

“¿Cuánto tiempo tomará?”

“No sé, hoy es la fiesta del preescolar” le recordó Amanda.

“¿A qué hora?”

“A las diez de la mañana”.

“De acuerdo. Iré a buscarte para que podamos ir”.

“Bueno” accedió la chica. Luego se levantó para ir al baño, y Anthony volvió a dormirse. Despertó cuando ella salió del baño y fue a su cuarto a arreglarse. Después, Amanda fue a despertar y asear a Lucy y, una vez que todos estuvieron listos, se encontraron en la sala para desayunar e ir camino al preescolar. Desde allí, Anthony llevó a Amanda a casa de Cindy y se fue a trabajar. Su amiga la vio antes de que tocara y fue a sorprenderla.

“No me avisaste que vendrías. ¿Qué pasó?” le dijo por detrás.

“¡Por poco me matas del susto!” exclamó Amanda.

“Lo siento. ¿Está todo listo para mañana?”

“Hubo un cambio de planes”.

“¿No irás?”

“Por supuesto que lo haré, pero nos vamos esta noche”.

“Estás loca. ¿Por qué no me lo dijiste antes para que le avisara a Ken?” protestó Cindy.

“¿Recuerdas a su amigo Anthony?”

“Sí, lo recuerdo”.

“Él también irá y nos llevará”.

“¿Cómo?”

“Después de que nos vimos en el club, me envió un mensaje y nos conocimos, dijo que también estaba invitado y nos invitó a ir con él.

“Muy bien, entonces le avisaré a Ken que nos vamos en la noche” asintió su amiga.

“Genial, empaca tus cosas.

“Amiga, ya me estoy imaginando lo loco que va a ser”.

“¡Tú estás loca!” protestó Amanda.

“¿Tendrás algo con Peter?”

“No, solo amistad”.

“¿Y con Anthony?” insistió la chica.

“No sé, ¿Quién sabe qué pasará?”

“No seas tonta. Agarra a ese hombre antes de que alguien más le ponga las garras encima” la aconsejó.

“Vine aquí solo para avisarte esto y buscar algunas cosas.

“¿Me escribes cuando te vayas?”

“Sí, está bien”.

Cuando se despidieron, Amanda tomó un taxi para ir a su casa y, apenas llegó, fue directo a la habitación de Lucy para prepararle una mochila y dejar todo listo. A continuación, fue a alistarse para la fiesta. Anthony llegó enseguida, entonces fueron a la escuela. Afuera había bastante alboroto; iban llegando los demás padres, más mamás que papás, quizás porque era un homenaje a las madres.

Él entró con la mano en la espalda de Amanda; eso llamó la atención de algunas personas, pero a él no le importó, aunque ella era tímida. El personal de la escuela los guio a un salón que parecía ser el auditorio; muchas madres ya habían llegado y estaban esperando que comenzara la presentación.

Ellos también se sentaron en la tercera fila a esperar mientras que algunos grupos ya avanzados actuaban y bailaban al ritmo de una canción muy bonita que hablaba de las madres. Amanda sonreía emocionada con cada actuación, pues era una experiencia nueva y muy agradable de vivir; cada niño tenía una sonrisa y un brillo únicos, bailaban muy bien y daban algunos mensajes. Llegó la hora de la clase de Lucy y la pequeña estaba hermosa.

Los pequeños se organizaron y empezaron a bailar, después del baile, hicieron una fila y empezaron a decir un mensaje; cada uno dijo una parte y, como eran pequeños, algunos todavía no pronunciaban bien las palabras, por lo que era más encantador. Amanda ya estaba llorando a mares y, cuando llegó la parte de Lucy, rompió en llanto una vez más.

“Mamá es..”. comenzó la maestra.

“Amor” dijo un niño.

“Luz” agregó otro, y siguieron los demás.

“Dedicación”.

“Vida”.

“Felicidad”.

“Todo corazón”.

“Una reina”.

“La elegida para ser mujer.

“La elegida para ser especial”.

“La elegida para ser madre” concluyó Lucy.

“¿Y qué hace mamá?” intervino la maestra. Luego volvieron a responder los niños uno a uno.

“Mamá es la que ama”.

“Mamá es la que cuida”.

“Mamá es la mejor aunque no sea de sangre” dijo Lisa.

Acto seguido, todos los niños se acercaron al frente, se tomaron de las manos y hablaron al unísono:”

“Amamos a nuestras reinas.

Todo el público aplaudió emocionado y Amanda lloró hasta el final. Anthony también estaba emocionado, pero trató de disimularlo mientras la abrazaba fuerte para consolarla. Lucy sonrió y corrió hacia Amanda con una flor, así que los tres se abrazaron juntos.

“Te amo mucho, mi amor” dijo la joven.

“Es para ti, mamá” respondió la pequeña y le entregó la flor.

“Gracias, princesa, eres muy hermosa”.

“¿Me viste, papá?”

“Sí, te vi, hija. Eres hermosa e hiciste todo bien”.

“¿Te gustó, mamá?” le preguntó después a Amanda.

“¡Me encantó! Eres la hija más hermosa y especial que Dios me pudo haber dado” respondió ella y volvieron a abrazarse.

La maestra llamó a todos para que se tomaran una fotografía en el escenario e Lucy llevó a Anthony para que también saliera. Después de que repartieran las fotografías, los recuerdos y algunos bocadillos, la familia se fue a casa feliz y emocionada.

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