Una madre de alquiler -
Capítulo 241
Capítulo 241:
Al cabo de un rato, Amanda se despertó. Comenzó a abrir los ojos lentamente y a fijar la mirada en cada persona en la habitación. Su madre estaba sentada en la cama, tomándola de la mano, y Amanda sonrió al verla.
“Querida”.
“Mamá, me alegra que hayas llegado”.
“Llegamos bien, querida, pero ahora debes descansar un poco porque estás muy cansada”.
“¿Y Anthony?”
“Está aquí”.
“Hola, princesa” saludó Anthony.
“¿Dónde están nuestros hijos?”
“Están aquí, amor, durmiendo”.
“De acuerdo”.
“¿Cómo te sientes?”
“Me duele mucho el cuerpo y estoy agotada”.
“Descansa, amor. No pasa nada. Ya vino la enfermera y te pusieron el medicamento por via intravenosa. Ya amamantaste también”.
“¿Ya amamanté?”
“Sí, pero lo hiciste mientras dormías”.
“Ojalá lo hubiera visto”.
“Te garantizo que tendrás muchas oportunidades de verlo” rio su madre.
“Exacto” aseguró Sabrina.
“Tengo sed” dijo Amanda.
Anthony tomó un vaso de agua y se lo alcanzó a la cama. Uno de los bebés comenzó a llorar y Anthony, tomándolo en brazos, miró a Amanda con ternura y se llevó al bebé para mecerlo.
“Creo que la niña ya se durmió” dijo Anthony.
“Cielos, voy a amamantar”. Tenía la voz cargada de felicidad.
“Toma”.
“Hola, hija. Hola, princesa. Qué llanto más dulce” susurró Amanda con ternura”.
“Aunque no me encanta que llore” comentó Anthony.
Amanda puso a la bebé contra su pecho y la niña comenzó a succionar. Su madre le explicó cómo colocar a la bebé en una buena posición y le hizo notar que debía tener cuidado de que la bebé no se quedara sin aire porque tenía la nariz pegada al pecho.
De repente, Amanda comenzó a sentir una gran incomodidad e hizo una mueca de dolor”.
“Dormida me dolía menos”.
“El dolor es normal, querida” le aseguró Sabrina entre risas.
“Más adelante ya no te dolerá”.
“Pero ahora me duele mucho”.
“Ya pasará, hija, descuida” le aseguró Teresa.
“¿Quieres detenerte, amor?” preguntó Anthony.
“No, porque si no lo hago tendrá hambre”.
Amanda continuó amamantando hasta que la bebé acabó de comer y se quedó quieta. Luego, Amanda la acostó en la cama y le acarició la carita.
“Definitivamente es el amor de mi vida” comentó Amanda.
“Y de papá también” rio Anthony.
“Sí”.
“¿Cuáles serán sus nombres?” preguntó Teresa.
“Nuestra princesa se llamará Raika” respondió Amanda.
“y nuestro príncipe será Enrico. Anthony eligió ese nombre”.
“Así es” afirmó él.
“Tienes una familia hermosa, hija. Felicitaciones”.
“Estamos orgullosos de ti” agregó Daniel.
“Gracias, los amo”.
Enrico comenzó a llorar y Anthony lo tomó en brazos y se lo llevó a Amanda así le daba el pecho para calmarlo.
“Mi príncipe” dijo Amanda, con la voz llena de amor y ternura.
“Lucy se pondrá muy feliz cuando vea a sus hermanos” comentó Anthony.
“Así es. ¿Ya puedo irme a casa?”
“No, amor, tal vez te den el alta recién mañana”.
“Bien. ¿Puede venir a conocer a sus hermanos aquí?”
“Claro. Iré a buscarla, ¿De acuerdo?”
“Gracias”.
“Vigílenla” pidió Anthony antes de salir de la habitación.
“no dejen que se levante ni que haga fuerza. Quiero que descanse un poco”.
“De acuerdo».
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