Una madre de alquiler
Capítulo 240

Capítulo 240:

Al poco tiempo llegó una contracción que hizo que Amanda gritase de dolor y apretara con fuerza la mano de Anthony. No sentía que su cuerpo fuera capaz de soportar tal padecimiento y parecía que sus huesos se quebraban uno a uno.

Pujaba haciendo mucha fuerza y tenía la frente cubierta de sudor. Cuando dejó de pujar, Anthony le puso una toalla húmeda y le dio un poco de agua. No la dejó sola en ningún momento. En el exterior se mostraba inmutable, pero por dentro quería tomar todo el dolor de ella y hacerlo propio. Amanda se aferró a su mano y él no dejaba de darle ánimo.

“No puedo más” sollozó Amanda.

“Sí que puedes” dijo Anthony.

“Confío en ti, amor, sé que eres capaz de lograrlo”.

“Vamos, Amanda, dos veces más y ya habrá salido” la alentó la obstetra”.

“Respira, mi amor, nuestro hijo depende de ti para nacer. No debes darte por vencida”.

Amanda profirió un grito desgarrador mientras pujaba durante la siguiente contracción. El dolor la estaba matando.

“Muy bien, Amanda, está naciendo”.

Amanda volvió a gritar mientras pujaba con más fuerza. El cuerpo le dolía terriblemente, pero al oír el llanto de su hijo comenzó a llorar ella también, emocionada y exhausta.

La médica puso al bebé contra el pecho de Amanda y Anthony lloraba sin parar mientras sostenía la mano de su bebé entre las suyas.

De repente, Amanda comenzó a sentir mucho dolor otra vez y le entregó el bebé a Anthony, desesperada. Él, de pie junto a la doctora, volvió a preocuparse.

“¿Por qué me duele tanto? ¿Voy a morirme? Ayúdenme” gritaba Amanda, asustada.

“Cálmate, querida” le dijo la obstetra.

“Cálmate, amor, estoy aquí. Estoy contigo”.

El dolor era tal que no podía dejar de gritar. Comenzó a sentir puntadas otra vez y su cuerpo respondió por sí mismo: con cada pinchazo, Amanda se aferraba con fuerza a la cama y empujaba. La médica volvió a ponerse delante de ella y los miró a ambos.

“Hay otro bebé en camino. Vamos, Amanda, tu otro hijo está a punto de nacer”.

“¿Cómo que viene otro?” preguntó Anthony.

“Cielos, ¿Son dos?” dijo Amanda sin poder contener las lágrimas.

“Vamos, Amanda, tú puedes” la alentó la obstetra.

Amanda ya no tenía más fuerzas; estaba agotada y su cuerpo estaba frágil por tanto dolor, pero hizo todo el esfuerzo que pudo y, cuando pensó que ya no lo lograría, vislumbró a su hijo en el regazo de Anthony y comenzó a empujar de nuevo. Anthony, que lloraba sin parar, le tomó la mano y entonces ella hizo aún más fuerza para que naciera su otro niño.

“¡Nació!” anunció la obstetra.

“Felicidades, es una niña”.

“Cielos, una niña” se sorprendió Amanda.

“Mis dos amores”.

“Mi princesa” dijo Anthony.

“Mis dos amores. No me cabe en el cuerpo tanta felicidad”.

“¿Cómo es posible?” preguntó Amanda.

“Ahora entiendo por qué el parto antes del tiempo indicado” reflexionó la obstetra.

“El parto de mellizos suele ocurrir antes de los nueve meses y contigo no fue la excepción. Esta niñita se escondió muy bien en las ecografías y les dio a sus padres una gran sorpresa” explicó entre risas.

“Princesa, mamá te ama” le dijo Amanda a la bebé, con voz dulce.

“Te amo mucho, Anthony. Gracias por quedarte conmigo”.

“Te amo, mi vida. Felicitaciones, estuviste increíble. Estoy muy feliz por las bendiciones que hemos recibido”.

“Sí. Ahora, déjame verlo”.

Anthony le entregó al bebé.

“Hola, mi amor. Mamá está aquí, hijo. Mamá te quiere mucho, mi amor”.

“Son hermosos”.

“Sí”.

“Vamos a llevarlos a examinar. Intenta descansar un poco y luego se los llevaremos a la habitación”.

“De acuerdo” dijo Amanda.

“Ve con ellos, amor”.

“No me iré lejos, ¿Sí?” prometió Anthony.

“Te amo”.

“Te amo. Descansa, guerrera”.

Amanda cerró los ojos. Estaba agotada. Anthony salió junto con la obstetra y luego las enfermeras limpiaron y vistieron a Amanda y la llevaron a su habitación.

La familia de Amanda ya había llegado y estaba afuera esperando junto a los padres de Anthony. Al ver salir a Anthony, ambas familias se acercaron corriendo y se llevaron una enorme sorpresa al enterarse de que, en lugar de un bebé, habían nacido dos.

Amanda dormía, así que no pudo apreciar ese momento. Anthony había dejado a los bebés en la habitación y no podía contener las lágrimas. Sus padres estaban emocionados y los de Amanda, aún más. Les explicó todo lo que había ocurrido y poco después todos entraron a conocer a sus nietos.

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Nota de Tac-K: Pasen una linda tarde queridas personitas, estamos a punto de terminar la novela, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (๑˃̵ᴗ˂̵)ﻭ

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