Una madre de alquiler
Capítulo 141

Capítulo 141:

Amanda fue al patio, él fue tras ella y se sentaron.

“¿Podemos hablar?” preguntó él.

“Sí”.

El hombre se sorprendió al oír que había cambiado de opinión”.

“Quiero pedirte perdón por lo que te hice. Sé que unas disculpas no cambiarán nada de lo que pasó, pero es todo lo que puedo hacer por el momento. De veras lo siento mucho, nunca quise lastimarte, ni con mis palabras ni con mis acciones. Te amo, sé que estás dudando en este momento, pero te suplico que creas en mi amor. Te pediré disculpas las veces que sean necesarias y te daré todo el espacio que necesites”.

“Es difícil creer en este amor del que hablas. Aún estoy tratando de entender si lo que vivimos fue real, si fue sincero, si realmente existió o si todo estuvo en mi cabeza. Por primera vez, te tuve miedo. No tienes idea de lo que se siente, pero créeme: es lo peor que hay. Pensé que me querías de verdad, pero luego temí que me fueras a golpear, y eso no es amor para mí. ¿En algún momento me has querido de verdad, Anthony?”

“No digas eso, Amanda, claro que te amo. Te amo con todas mis fuerzas, mi error no se corresponde con lo que siento, soy consciente de lo que hice, pero te amo y es en serio. Estaba muy nervioso, perdí la cabeza y tenía mucho miedo, igual que cuando estuve a punto de perderte. Supe que ella había vuelto a la mañana y, cuando volví a casa, me dijeron que Lucy no estaba. Yo estaba muy aterrado, no quería que esa mujer se acercara e intentara llevársela. Sé que me equivoqué al decir que Lucy es mi hija en lugar de nuestra. Ella es tu hija, siempre serás su única madre, perdóname por eso”.

“¿Quieres que te perdone para que, cuando aparezca esa mujer, descargues tu ira conmigo? ¿Estás seguro de que no sientes nada por ella, Anthony?”

“Amanda, te juro por Dios que no siento nada por ella, solo te amo a ti. Eres la única que me importa. Te prometo que nunca te pondré una mano encima, nunca haría una cosa así. Sé que perdí la cabeza ayer, pero lo siento mucho y no volverá a suceder”.

“Lo que pasó fue demasiado intenso, al menos para mí, creo que es hora de terminar con esto y volver a ser lo que éramos antes. Será difícil al principio, pero te garantizo que nos acostumbraremos”.

“No hagas esto, por favor, te lo ruego. No me dejes, mi amor. Sé que estás herida y prometo compensarte y hacer todo lo que esté a mi alcance para que dejemos esto atrás. No me dejes, no acabes con nuestra vida de esta manera”.

“Lo siento, ahora solo quiero olvidar lo que pasó y vivir mi vida en paz. Creo que esto ya no me pertenece” dijo quitándose el anillo.

Anthony sintió que su mundo se desmoronaba. Ella dejó el anillo en el asiento y se fue. El hombre lo tomó y la miró irse, mientras las lágrimas caían por su rostro. Sentía que se estaba asfixiando, le dolía mucho el pecho.

En ese momento, apareció Sabrina y corrió hacia él para abrazarlo. Su hijo lloraba desesperadamente, su mundo estaba destruido por completo, era como si le hubieran arrancado una parte de su alma y ya no pudiera ser el mismo de antes.

Cuando Amanda llegó a su cuarto comenzó a llorar sin parar, se sentó en el piso y se abrazó las rodillas. Dejó salir todas las lágrimas que tenía y sintió el profundo dolor de su corazón, que creyó que nunca se iba a aliviar.

Creía que estaba haciendo lo correcto, pero no tenía idea de que iba a empezar a vivir bajo una gran tormenta de sentimientos encontrados y confusión.

Iba a necesitar mucha fuerza y valor.

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