Una madre de alquiler -
Capítulo 116
Capítulo 116:
“Ya lo sé todo. Confié en ti, pero nunca cambiarás, Anthony”.
“Cariño, al parecer, sabes cosas de mí que ni yo sé. Me levanté a la madrugada, sí, pero fue para tomar un medicamento para el dolor de cabeza. ¿De verdad crees que voy a cambiarte o dejarte para irme con otra? ¿Estás loca? Te amo, nunca haría eso”.
“Igual mentiste, por eso no te creo. Preferiría haber muerto que vivir esto de nuevo. Vete”.
“No digas eso tan a la ligera. No sabes lo que pasé viéndote prácticamente muerta en esa habitación, viéndote muriendo y a los médicos reanimándote. No sabes lo que se siente, así que no digas tonterías como esa” declaró compungido.
“No te mentí porque nunca me acosté con ella. Un día hice una fiesta en la casa y bebí demasiado porque estaba sufriendo por mi matrimonio fallido. Todos dormimos en la sala y yo fui a la cocina al amanecer, entonces Joy me vio y me ayudó a ir a la habitación. Cuando me acosté, me dio un beso, pero la empujé porque yo estaba sufriendo por otra. No hice nada, Amanda. Ella te mintió. Te juro por mi vida que nunca la toqué. Nunca te dejaría para ir a encontrarme con alguien, cuando me levanté a la madrugada no la vi en la cocina”.
“No estoy de humor para esto”. Se sentía debilitada y estaba harta de llorar.
“Cariño, no me alejes de ti. Por favor, te lo ruego, me es muy difícil apartarme de ti. Sufrí mucho, Amanda: verte morir y olvidarme me hizo muy mal. No me despidas y créeme, mi amor” suplicó él con lágrimas en los ojos. Ella volteó la cara, estaba llorando mucho, y Anthony la abrazó tras romper en llanto también. Él se permitió soltar todo lo que tenía guardado, así que lloró desconsolado. Conmovida por su sufrimiento, Amanda le devolvió el abrazo y él empezó a calmarse”. Por favor, no me dejes, no te mueras, no me abandones. Te necesito para vivir. Te amo más que a nada, mi amor. Perdóname por ocultarte esto, no quería que te sintieras insegura o enojada”.
“Shh, tranquilo”.
“No quiero que te mueras, no me dejes sin ti” decía el joven mientras sollozaba.
“No me voy a morir” aseguró ella.
“Me duele tanto recordarte en esa cama yendo al área de emergencias. Me duele imaginar qué pasaría si ya no estuvieras; es el peor dolor”.
“No lo pienses. Se acabó.
“Te amo mucho, Amanda: intensamente, desesperadamente, infinitamente” confesó mirándola a los ojos con fervor.
“No pienses en lo negativo” dijo ella, resoluta”. Estamos bien y todo esto se acabó, no moriré”.
“Perdóname, por favor. Perdóname, mi amor”.
“Está bien. Lamento haberte hecho pasar semejante susto, es mi culpa que esto haya pasado”.
“No, no es tu culpa. Ella causó todo esto y yo no hice nada para evitarlo”.
“No pensemos más en eso, ¿Sí?” Volvió a abrazarlo.
“Te amo mucho. Nunca me dejes, mi amor”.
“Yo también te amo”.
“No digas nada más y descansa, tu voz sigue frágil”.
“Estoy bien.
Anthony le dio un beso en la frente antes de volver a apoyar la cabeza sobre su pecho. Ella empezó a acariciarle el cabello, cerró los ojos y se quedó dormida a los pocos minutos.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar