Un matrimonio de conveniencia
Capítulo 201

Capítulo 201:

Clara sintió su corazón acelerarse. Tony nunca había estado tan cerca de ella como en este momento.

¡Si, ellos habían fingido una relación durante dos años, con eventuales besos, pero solo en la mejilla! Tony siempre la había respetado demasiado. Pero, en ese momento, tan cerca de él, ella quería que él la besara en la boca.

“¿Puedo?“ Tony preguntó. Él estaba queriendo sentir los labios de Clara, pero él no haría nada de lo que ella pudiera arrepentirse después.

Clara no llegó a responder, porque los dos dieron un salto cuando la puerta se abrió y Osvaldo los quedó mirando, sin entender lo que estaba pasando.

“Ah, yo…“ Osvaldo se sintió avergonzado como si estuviera entrando al cuarto de una pareja casada.

Cuarto mi trasero, esto acá es la empresa, se dijo a sí mismo en sus pensamientos y terminó de entrar, cerrando la puerta.

“¿Clara querida, nos podrías dar un momento?“ Osvaldo le pidió a Clara, quien de prisa salió de allí con el rostro en llamas.

Osvaldo miró a Tony “¿Que fue eso? Yo estoy medio confuso y perdido aquí”.

“Estaba apenas mirando su rostro. Luciana Ramírez vino hasta aquí y abofeteo a Clara“ Dijo Tony tratando de reponerse.

“Yo no soy un idiota. Ustedes estaban por besarse“ Osvaldo respondió y sonrió.

“¿Ustedes no están pensando en ser novios de mentira nuevamente, verdad?” preguntó.

“No, yo me quiero casar con ella, de verdad. Nada de mentiras”.

“Me parece bien que no estés mintiendo de nuevo, Tony. Pero Michael le gusta esa chica, aunque yo no crea que sea amor. Él no sabe lo que quiere de la vida. Pero tú, también pareces estar perdido”.

“¿Viniste acá para burlarte de mí?“ Tony preguntó serio, tratando de no ser un irrespetuoso, pero Osvaldo lo miró a los ojos de la misma manera.

“No, no vine acá para eso. Es sobre el noviazgo de Bia. El novio de ella está viniendo, ya sabes”.

“El terminó postergándolo por problemas internos de allá, pero tiene que ser este fin de semana, no otro. Entonces anunciaremos el noviazgo oficial de tu hermana con Samuel Lowell”.

“Padre, ¿No hay otra opción?, Bia no va a querer eso…”

Osvaldo suspiró cansado y dijo: “No. Yo ya firmé el acuerdo con Gavin Lowell. No hay vuelta atrás. Necesitamos de la ayuda de ellos y como son hijos de la Camorra, ellos también nos apoyarán. Los italianos son unos de nuestros mayores enemigos y conseguir esta alianza es muy, muy necesario. Imagina lo que Cosa Nostra va a hacer cuando sepa que los mexicanos nos estamos infiltrando en medio de ellos. Cosa Nostra y la Camorra no están en buenos términos. Pero los de Chicago están bien con la Camorra y en consecuencia con la de Atlanta“ Osvaldo explicó.

“Papá, ¿Conoces a ese hombre? ¿Ese tal Samuel?”

“Lo vi algunas veces. El subjefe de Atlanta es un hombre íntegro, si es que se puede decir eso de un mafioso. Él es honrado. Fue un buen marido, nunca le puso un dedo encima a la mujer y eso me deja aliviado”.

“Ok, porque si él le pone un dedo encima a mi hermana, Atlanta va a arder, y quien se ponga en mi camino”. Tony respondió sin rodeos.

Osvaldo sonrió. “Y yo estaré a tu lado”.

Después de que Osvaldo salió, Clara volvió a la sala y el ambiente con Tony estaba extraño. Ellos hablaron solo de trabajo y de a poco todo volvió a la normalidad.

“¿Quieres que te acerque a algún lado?” Preguntó Tony, mientras arreglaba sus cosas finalizando su día. A lo que Clara negó con la cabeza.

“No hace falta. Be viene a buscarme”.

“Ah, todo bien entonces”. Tony se acercó a Clara y le dio un beso en la mejilla. “Hasta mañana, Clara”.

“No vengo mañana, ¿Recuerdas? Tengo prueba el viernes”.

Tony le dio una palmadita en la cabeza y suspiró.

“Debo estar envejeciendo. Sí, yo me olvidé de eso. Ten un buen examen entonces”.

“Si todos los viejos fueran como tú…” Clara terminó hablando en voz alta y sus mejillas se pusieron coloradas.

“Adiós, hasta mañana”. Ella se dio vuelta y salió de la sala rápido.

“¿Cielos, como pude decir eso?”

Bernardo ya estaba esperando a Clara, que entró rápido en el auto.

“Todo bien? ¿Viste un fantasma?”

“Yo fui indiscreta con Tony, solo eso”. Bernardo levanto las cejas mirando a su hermana.

“Arranca” dijo ella.

“Ah, está bien”. Bernardo bromeó y aceleró el auto.

Tony se quedó en su escritorio, sonriendo, después de lo que Clara dijo.

“Esa chica es impresionante”, él pensó y agarró su portafolio, de excelente humor. Siguió así, hasta que llegó al auto y recordó que tenía que conversar con Michael.

Tony quería estar bien con su hermano, pero no quería dejar a Clara. No solo porque ella lo salvaría de aquel problema, sino porque él la quería de verdad para él. Él quería ver a Clara feliz, pero de preferencia con él, pero si fuera la voluntad de ella quedarse con Michael, o con otro, él la apoyaría, claro.

Al llegar a la mansión, Michael ya lo estaba esperando, en la sala de juegos, sentado en el sillón grande sentado frente a la TV que ocupaba la mitad de la pared.

“Al fin, pensó que no llegarías nunca”. Michael soltó y Tony solo respiró hondo, colocando el portafolio de trabajo encima de las sillas y caminó para sentarse cerca de Michael.

“Yo no quiero pelear Michael, solo hablar. Nosotros somos hermanos…”

“Medio hermanos” Michael lo corrigió.

Tony sabía que solo hacia eso para provocarlo, debido a las circunstancias, él comprendía la actitud de Michael y no se ofendió.

“Cuáles son tus planes con Clara?”

“¡No son de tu incumbencia!“ Michael gruñó a Tony, inclinándose hacia delante, pero Tony levantó las manos.

“Cálmate, esto es una conversación. Creo que tenemos que aclarar todo con respeto”.

“Respeto…” Michael gruñó. “¿Muy bien, quieres mi respeto? Salte del medio. Deja libre a Clara para mí”.

“Es sobre eso que quiero hablar contigo, Michael. Por favor, cálmate”. Tony pidió y se pasó las manos por el cabello. “Escucha, la decisión final es de ella de eso no hay dudas”.

“¿Entonces que gane el mejor?” Michael preguntó enfrentándolo.

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