Un año para separarme -
Capítulo 5
Capítulo 5:
El teléfono de Hugo sonó encima del inmenso escritorio de madera lleno de papeles, observo la pantalla y vio que contacto era el número de su abuelo. Respiro profundo, paso la mano por rostro y contestó la llamada.
“Hola abuelo como estás” saludo preparándose para el sermón que le tocaba, ya estaba acostumbrado, cada conversación con su abuelo terminaría con reproches y regaños.
“Tienes cara de llamarme abuelo, acaso te acuerdas de que soy tu abuelo, desde cuando no me vienes a visitar, solo piensas en trabajar y en esas mujeres de la vida alegre. ¿Cuándo piensas madurar Hugo? Tienes una mujer esperándote en casa.
¿Hasta cuándo piensas seguir así?”
Hugo no respondió, solo guardo silencio, había aprendido con los años que, en situaciones como estas, lo mejor era, guardar silencio y darle la razón al anciano y cuando se cansará de pelear la tormenta terminaría.
“Está bien abuelo, prometo ser más obediente, ahora cálmate que te puede subir la presión”.
Intentó calmarlo Hugo, hacía unos años Rafael había sufrido un pre-infarto y desde entonces sufría del corazón y no era saludable para él estresarse, por esta razón Hugo siempre trataba de complacerlo y no le daba motivos para que se preocupara, o al menos eso intentaba, pero el Viejo Rafael se aprovechaba de su enfermedad y siempre trataba de chantajear a Hugo.
“Me han dicho que estas en la cuidad. ¿Cuándo piensas venir a visitar a este viejo moribundo?”
“Te prometo que en estos días voy a verte, acabo de regresar y tengo mucho trabajo en la empresa, en cuanto me desocupe un poco voy a verte”.
“Y a tú esposa ¿Cuánto piensas visitar a tu esposa?”
Hugo no respondió y se quedó en silencio, su abuelo sabía perfectamente que él nunca había estado de acuerdo con ese matrimonio, solo lo acepto porque lo obligó, pero una cosa era aceptar casarse y otra dedicar tiempo a esa mujer.
“Se lo que piensas de tu matrimonio “ habló Rafael con voz más calmada “pero ella es una buena chica, deberías conocerla, seguro te gusta”.
“Abuelo, tengo que volver al trabajo, hablamos luego”.
Intento esquivar el tema y terminar la monótona plática.
“Eso, refúgiate en trabajo y huye de la realidad” le gritó Rafael y luego colgó la llamada.
“Beba un poco de agua señor“ se acercó Ernesto el mayordomo “No debería molestarse así”.
“Este muchacho un día de estos me va a matar de un disgusto”. tomó un poco de agua y luego agregó “averiguaste que fue lo que sucedió con Sara”.
“Si señor, al parecer ayer salieron a celebrar los compañeros de clase y la Señorita Sara se emborracho y terminó pasando la noche con un hombre”.
Rafael se atragantó con el agua y se estaba ahogando, Ernesto de inmediato le dio unos pequeños golpes en la espalda y espero a que pudiera respirar bien.
“Cálmese señor, investigue al hombre y resulta ser su nieto”.
Rafael volvió a ahogarse con el agua y Ernesto lo volvió a ayudar.
“Me estás diciendo que Sara tuvo una aventura con su esposo”.
“Si señor, pero al parecer ninguno de los dos sabe la verdadera identidad del otro”.
“Tenía pensado mover algunas fichas para poder juntarlos, pero al parecer no lo necesitan”.
Complacido siguió tomando su vaso de agua y comenzó a buscar nombre para los bisnietos que pronto vendrían en camino.
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