Un año para separarme -
Capítulo 4
Capítulo 4:
Sara deseaba que la tierra la tragara en ese momento, no tenía cara de volver a aparecer por el aula y enfrentar a sus compañeros. Como podría darles la cara después de semejante artículo.
Aunque los compañeros era lo que menos le preocupaba, la idea de que el anciano Moretti se enterara de esta noticia le ponía los nervios de punta, no solo por el dinero que tendría que pagar, sino porque le dolía defraudar al anciano.
Rafael Moretti había sido el hombre que la había ayudado en el momento más difícil de su vida, durante 3 años la había cuidado y protegido como un padre y aunque la hizo casarse con su nieto, al cual ella no conocía, había sido un buen hombre y Sara le tenía en gran estima, así que dolía el defraudarlo.
Luego de analizar la situación durante algunos minutos Sara llego a una conclusión
“Debo divorciarme” dijo en voz alta y Emily se quedó mirándola “debo hacerlo antes que mi suegro o esposo se enteren de lo que paso hoy”.
“Crees que tu esposo te de el divorcio sea fácil”.
“El nunca quiso casarse, su abuelo lo obligo, así que no creo que oponga alguna resistencia, al contrario, creo que la noticia le hará feliz. Quien podría oponerse es mi suegro, solo tengo que convencerlo”.
Con esto en mente Sara saco su móvil y envió un mensaje.
Abuelo me gustaría almorzar con usted hoy. Si tiene tiempo hágamelo saber para ir a visitarlo
La respuesta no se hizo esperar.
Claro que tengo tiempo para mi nieta, ven a mi casa te espero para almorzar, le diré a Anastasia que prepare tu comida preferida
Sara apago su teléfono, lo puso a cargar y fue a darse un baño, cuando se quito le ropa vio que su piel estaba cubierta por pequeños hematomas. Sara era v!rgen pero sabia perfectamente lo que significaba esos moretones, eran claras evidencia de su error.
Maldijo al bastardo causante de sus problemas y termino de bañarse y se puso unos vaqueros anchos y un pulóver de cuello alto y mangas, afortunadamente el clima era ideal para su atuendo, hacia frio así que no resultaría extraño que ella estuviera bien protegida y usara ropa larga.
Le pidió a Emily que le deseara suerte y fue a su encuentro con el mayor de los Moretti.
En las oficina centrales del Grupo Moretti, Hugo estaba de un terrible mal humor y sus empleados tenían miedo de acercarse, solo el pobre Alejandro no podía huirle y se veía en la obligación de ser el contacto directo con un volcán a punto de hacer ebullición.
“Señor” hablo Alejandro luego de tocar la puerta y esperar a que le permitieran entrar” ya tomamos medidas contra la empresa del Señor Felipe, hemos bloqueado todos sus proyectos en la cuidad y otros en el extranjero, advertimos a otras empresas que quien se atreva a colaborar con ellos se enfrentarán directamente a nosotros, el precio de sus acciones va en picada, a este paso terminara en baca rota para esta noche.
Una sonrisa maquiavélica adorno el hermoso rostros de Hugo y Alejandro sintió un escalofrío que le recorría la piel, el sabia lo mucho que Hugo disfrutaba derrotar a los que osaban enfrentarlo, evidentemente Felipe era muy estúpido por meterse con Hugo.
“Señor también encontramos a la chica”.
Una emoción compleja paso por el rostro de Hugo, pero fue tan fugaz que resultaba imposible averiguar que era lo que sentía.
“Habla” ordeno.
“La verdad no se pudo averiguar mucho de ella, al parecer alguien poderoso la protege. Solo se sabe que se llama Sara de Santis, estudia gestión de empresa y es la alumna mas destacada de su año”.
“¿Y de su esposo?”
“No hay nada señor, ni registro de su matrimonio, ni nada la vista nunca con ningún hombre excepto el hijo mas joven de la Familia Bianchi, al parecer son amigos cercanos”.
“Esta bien, puedes irte”.
Alejandro obedeció y Hugo se quedo sumido en sus pensamientos, no veía razón por la cual la chica le debiera mentir, pero tampoco había información del supuesto esposo y lo más importante es que estaba seguro de ella había sido v!rgen.
En la casa de la Familia Moretti, Sara acababa de llegar y al bajar del taxi un criado la alcanzo con una sombrilla porque había comenzado a nevar y la acompaño hasta que estuvo protegida del mal tiempo.
“Muchas gracias”.
“De nada Señorita Sara”.
Sara entro a la mansión y fue directo hasta el estudio donde sabía que encontraría a Rafael.
“Ya estoy en casa abuelo.” saludo Sara mientras le daba un beso en la mejilla a Rafael.
“Bienvenida hija” respondió este. “que te trae por aquí”.
“¿Te molesta que te visite?” bromeo ella fingiendo indignación.
“Claro que no, solo que no haces con frecuencia, a menos que suceda algo”.
“Vamos a cenar primor, luego hablamos”.
El anciano acepto y no pregunto nada mas al respecto, la cena era la lasaña favorita de Sara, así que comió bastante y con ganas. Una vez terminado volvieron al estudio.
Antes de que el anciano tuviera la posibilidad de preguntar Sara hablo.
“Quiero el divorcio.” Rafael sabía que este día llegaría tarde o temprano, la había empujado a un matrimonio que ella no deseaba con la esperanza de dejarle una buena mujer a su nieto y que pudiera darle un heredero pronto.
Pero para su desgracia su nieto no se había presentado ni siquiera a la boda, solo firmo los documentos y los envió. Pero aun así espera que tuvieran la oportunidad de conocerse y su matrimonio funcionase, por eso no podía aceptar darle el divorcio a Sara.
“¿Por qué? ¿Qué ha cambiado que quieres el divorcio?” Sara no supo como contestar esa pregunta y se quedo en silencio pensando. No podía decirle la verdad de porque quería divorciarse, así que tenia que pensar en algo.
“Yo estoy cansada de esperar por su nieto, hace años de nuestro matrimonio y no me ha dado la cara una sola vez, yo soy joven, quiero disfrutar de mi vida y no puedo hacerlo si estoy atada a un hombre al que no le intereso”.
Rafael no dijo nada, se quedo en silencio unos minutos y Sara estaba rezando porque se creyera su escusa. Después de algún tiempo en silencio Rafael hablo.
“Está bien, te daré el divorcio” Sara respiro y agradeció a Dios por ayudarla “pero, después de un año, quiero que conozcas a mi nieto durante un año y si después de ese tiempo aun quieres divorciarte yo te lo permitiré sin objeciones”.
Sara quiso protestar y quejarse, pero el anciano no se lo permitió.
“No hay discusión si quieres divorciarte ven dentro de un año y no te preocupes, en estos días cuando mi nieto regrese al país el va a ir a visitarte y así puedan compartir tiempo juntos y conocerse”.
Sara no discutió, ni protesto, acepto lo que decía Rafael porque sabía que no podía hacer nada al respecto. Salió de la casa de los Moretti y fue directo a la Universidad.
Luego que Sara se marcho Rafael llamo a su mayordomo.
“Averigua que a pasado con Sara estos días y llama a mi nieto y dile que regrese al país que necesito verlo cuanto antes.” ordeno Rafael pensativo, debía poner un plan en marcha para poder unir esos dos si quería tener descendientes o su nieto se pasaría la vida de mujer en mujer sin sentar cabeza.
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