Un año para separarme -
Capítulo 20
Capítulo 20:
Luego de la pacífica noche juntos cada cual se retiró a su respectivo dormitorio. Antes de eso Sara recogió la basura y dejó todo limpio en la cocina, lo cual le llevó un poco de tiempo, debido al reguero que había ocasionado con su fallido intento de comida.
Cansada después de eso Sara calló en un profundo sueño.
Hugo por su lado subió la habitación, revisó algunos papeles y adelantó trabajo, pero de ves en cuando involuntariamente unos pequeños pensamientos cruzaban su mente, le había gustado el pequeño momento que compartió con esa mujer. Él nunca antes había tenido tiempo para hacer cosas tan insignificantes como, comer comida chatarra viendo la televisión y lo más extraño fue que le gustó, tanto la compañía como la comida.
Estaba realmente impresionado de los esfuerzos de Sara, no sólo había limpiando la villa, si no que intentó preparar la cena. Tal vez, después de todo terminarían llevándose bien. Con este pensamiento Hugo se fue a descansar, como de costumbre no durmió más de cuatro horas, se levantó, hizo algunos ejercicios, tomó un baño y se disponía a salir de la villa cuando una mujer entró. Era una señora de cerca de los cuarenta y cinco años , a Hugo le parecía haberla visto antes, pero no recordaba donde. La mujer entró contenta, tarareando una canción, cuando de pronto sus ojos se posaron en el hombre frente a ella y soltó un pequeño grito, luego del susto recuperó la compostura y reconoció el hombre frente a ella.
“Señor Hugo”. saludó.
“¿Me conoces?” preguntó con indiferencia.
“Claro que si Señor Moretti, lo he visto desde pequeño, yo soy empleada de su Abuelo Rafael, trabajo en la mansión”.
“¿Y qué haces aquí?”
“Su abuelo me paga para que mantenga limpia la villa por si la Señorita Sara venía, he estado limpiando todos los días durante tres años, me enfermo una semana y casualmente ustedes llegan. Espero la villa no estuviera muy sucia”.
Cuando Hugo la escuchó hablar su rostro se ensombreció por completo, esa terrible mujer lo había engañado y el fue tan tonto que le creyó. Hugo salió de la villa sin decir nada más dejando a la mujer atrás aturdida, preguntándose por qué el cambio repentino de actitud.
La mañana de Hugo había empezado de mala manera y todo se terminó de complicar cuando vio la figura que le esperaba en la oficina, Sofía Moretti, no, Moretti no, ya ese no era su nombre, Sofía González estaba sentada con elegancia en el cómodo sofá de su oficina, usaba un vestido elegante y muchas joyas, se veía diferente, más joven, Hugo supuso que le hizo otra visita a su amigo el cirujano estético.
“¿Qué haces aquí Sofía?“ preguntó de forma grosera.
“No me llames así “ respondió ella con voz más suave.
“Y cómo prefiere, ¿Señora González?”
“Prefiero mamá”. Hugo río
“Esa palabra te queda grande”.
“Hugo, por favor, cariño, no vallamos a comenzar hace más de cuatro años que no te veo, te he extrañado mucho”.
“No lo parece, la vida te trata muy bien, en cambio mi pobre padre nunca ha vuelto a ser el mismo”. Sofía puso los ojos en blanco.
“Tú padre podría haber dejado este asunto atrás hace muchísimo tiempo, pero insiste en guardar rencor y no lo supera”. Hugo no aguantó su Hipocresía
“Claro que no puede superarlo tan fácil como ustedes, mi padre tenía un corazón bondadoso, amable. Nunca pensó que su propia esposa lo traicionaría, vendería secretos de la empresa a su rival y para terminar, que escapara con su mejor amigo. Cómo crees que un hombre tan bueno se puede recuperar de algo así, claro que ustedes si lo consiguieron olvidar y seguir adelante con sus vidas, si ninguno de los dos tiene corazón. Así que no te atrevas a volver a hablar de mi padre y sale de mi empresa ahora mismo o llamo a la policía y te acuso de espionaje industrial, contigo nunca se sabe que planeas”. Sofía sacó un pañuelo y se secó unas inexistentes lágrimas.
“Algún día te arrepentirás de causarle tanto daño a tu madre”. habló Mientras se paraba del asiento.
“De la misma manera que te arrepientes tú de acabar con nuestra familia”.
Sofía se marchó y dejó a Hugo sumido en aquellos dolores recuerdos. Él sólo era chico de 15 años cuando sucedió todo aquello, vio a su padre sufrir los problemas de la empresa, la traición de su mujer y su mejor amigo. Todo aquello fue demasiado para él he intentó s%icidarse, afortunadamente Hugo lo descubrió cuando acababa de colgarse con la soga en el cuello.
Desde entonces su padre entraba y salía de clínicas y nunca había vuelto a ser el hombre alegre y gentil que Hugo conoció de niño. A partir de entonces Hugo comenzó a trabajar en la empresa junto a su abuelo y para los 25 ya era el hombre más importante de toda la cuidad. Era obvio que Hugo tenía razones para odiar a Sofía y todas las mujeres infieles. Hasta su propia esposa.
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