Sus mil secretos
Capítulo 1506

Capítulo 1506:

Arielle estaba decidida a resolver el misterio, pues sabía que se arrepentiría el resto de su vida si lo dejaba sin resolver. De ahí que la mujer decidiera quedarse un poco más para averiguar más.

La aterrorizada Cindy asintió rápidamente como respuesta, pues prefería estar encerrada en una celda de la prisión de Chanaea que permanecer en aquel lugar dejado de la mano de Dios, temiendo perder la vida en cualquier momento.

“No hay problema. Eso se puede arreglar’’, prometió Arielle.

Al oírlo, Cindy esbozó una sonrisa. Sin embargo, sólo duró hasta que Arielle añadió: «Pero tendrás que decirme quién te metió en Turlen y por qué. Sólo entonces te dejaré marchar’’.

En cuanto Arielle expuso su condición, la sonrisa de su tía se desvaneció como el viento.

No, ¡No puedo decírselo! ¡No puedo!

Cindy se estremeció al imaginar lo que le ocurriría si hacía lo que Arielle quería. Por eso cerró la boca con fuerza y sacudió la cabeza frenéticamente.

Arielle frunció las cejas con fuerza al ver cómo reaccionaba su tía. Esa persona debe de ser muy influyente si tiene tanto miedo de hablar. Pero, ¿Quién podría ser?

“Así que no quieres hablar, ¿Eh? Muy bien. Supongo que entonces me iré’’. Arielle sabía que Cindy no le daría lo que quería si no presionaba a la mujer para que lo hiciera, y la mirada temerosa de Cindy sólo sirvió para confirmarlo.

Sin embargo, Cindy no parecía ceder ni siquiera después de que Arielle se hubiera alejado unos pasos.

“¿Estás segura de que no quieres decírmelo? Si me alejo ahora, no tendrás otra oportunidad, ¿Sabes?», preguntó Arielle a propósito, algo irritada por la terquedad de Cindy.

Aun así, Cindy permaneció callada como una tumba.

“No le veo sentido a hablar con ella. Disparémosle en la cabeza y acabemos de una vez», sugirió Vinson intencionadamente antes de volverse para mirar a Cindy, que abrió los ojos asustada, pero permaneció callada.

Incapaz de hacer cambiar de opinión a su tía, Arielle no tuvo más remedio que rendirse.

“Sé que pegarle un tiro atará todos los cabos sueltos que tenemos, pero prefiero que me diga lo que quiero oír. Sin embargo, mi paciencia tiene un límite. Cuando se agote, me importará un bledo si vive o muere», dijo Arielle antes de darse la vuelta para marcharse. Vinson también se marchó tras lanzar una última mirada a Cindy.

Los ojos de Cindy sólo sentían pavor cuando vio cerrarse la puerta.

“¿Qué piensas hacer si se niega a hablar hasta el final?», preguntó Vinson por el camino.

‘‘Fácil. Anunciaremos que tenemos a Cindy y veremos quién suda», respondió Arielle con indiferencia.

Tenía sus razones para mantener el asunto en secreto por el momento. Sin embargo, si Cindy seguía resistiéndose, no tendría más remedio que abandonarla a su suerte. Arielle no veía ningún sentido en seguir salvando a Cindy.

En respuesta a eso, Vinson sonrió satisfecho. Como era de esperar, Arielle no decepciona.

Mientras tanto, Aaron se impacientaba, esperando a que Nico hiciera su jugada con Vinson, pues estaba decidido a hacer suya a Arielle.

Si pierdo más tiempo, Arielle podría irse con Chanaea y yo perdería mi oportunidad. ¡No puedo permitir que eso ocurra!

Con ese pensamiento en mente, el hombre sacó su teléfono y llamó a Nico para averiguar qué pasaba con ella.

Si se niega a dar un paso, tendré que seguir adelante sin ella.

En cuanto pasó la llamada, Nico contestó: «¿Aaron?».

Le sorprendió que el hombre le tendiera la mano, pero intentó bajar la voz después de volverse para comprobar cómo estaba la persona que yacía en una cama de hospital a su lado.

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