Sus mil secretos
Capítulo 1507

Capítulo 1507:

‘‘¿Cuándo piensas empezar exactamente?’’, preguntó Aaron hoscamente mientras apretaba con fuerza el teléfono.

Nico estaba con su madre, así que, tras oír a Aaron, salió rápidamente de la habitación.

‘‘Aún necesito unos días más’’, respondió la mujer sólo después de asegurarse de que estaba lo suficientemente lejos.

Como Arielle dijo que no abandonaría Turlen hasta que la abuela mejorara, estoy segura de que aún dispongo de algún tiempo. Aunque yo también deseo que la abuela se recupere pronto, sé que no es tan fácil.

“¿Unos días más?” Aaron resopló ante su teléfono antes de continuar: ‘‘Se acabó el trato. Voy a hacer esto por mi cuenta’’.

“¿Qué? ¿Por qué? Creía que lo íbamos a hacer juntos», exclamó Nico, sorprendida por las palabras de Aaron.

‘‘¿Te has olvidado de que pronto volverán a Chanaea?’’ Aaron se irritó tanto que apretaba los dientes.

Inmediatamente después de escucharlo, Nico se dio un golpe en la frente por haber olvidado decirle a Aaron que Arielle había decidido quedarse un poco más.

‘‘Arielle ha dicho que aún no va a dejar Turlen, así que aún tenemos tiempo. Espera las buenas noticias’’.

¿Arielle aún no se va de Turlen? Aaron se preguntó qué había convencido a la mujer para quedarse.

Como si pudiera leer la mente de Aaron, Nico explicó rápidamente al hombre el estado de Lisa y le informó de que Arielle operaría a su abuela.

«Visitaré personalmente a la Anciana Señora Nighy cuando le den el alta», prometió Aaron, cuyos labios se curvaron en una sonrisa tras escuchar a Nico.

Estoy seguro de que no hay nadie a quien Arielle no pueda curar, pero esto nos dará el tiempo suficiente.

“Ari, sólo necesito un poco más de tiempo. Dame un poco más de tiempo y por fin estaremos juntos’’, murmuró Aaron, que echaba mucho de menos a Arielle después de llevar bastante tiempo sin verla.

Mientras tanto, en el interior de una casa de aspecto fastuoso, Celia se frotaba la frente preocupada en una silla. Su cuñada, Monisha, acababa de llamarla preguntándole si había encontrado a la mujer. Celia sabía que no podía mentir y tenía que confesar.

No le importaba que la mujer no apareciera por ninguna parte, pero su cuñada insistía en que siguiera buscando. ¿Cómo demonios voy a encontrarla? Ni siquiera sé por dónde empezar.

‘‘¡Tía Celia! ¡Tía Celia!”

Celia se frotó la frente aún más fuerte mientras su dolor de cabeza empeoraba, convencida de que su sobrina no dejaría de atormentarla hasta que respondiera.

“¿Qué demonios pasa? Si tienes tiempo para molestarme, deberías estar ahí fuera continuando la búsqueda. ¡No vuelvas aquí hasta que tengas lo que quiero!» rugió Celia tras volverse para mirar a su sobrina, que acababa de entrar en la casa.

La joven sabía por qué su tía estaba enfadada, así que sonrió antes de informar: ‘‘Tía Celia, la he encontrado. Sé dónde está’’.

Inmediatamente después de oír aquello, Celia pudo sentir cómo su dolor de cabeza la abandonaba milagrosamente.

“¿La has encontrado? ¿Dónde está y por qué no está contigo?», preguntó Celia con la espalda erguida.

“Sé en qué dirección tenemos que ir, pero aún no tengo una ubicación exacta», respondió la joven algo avergonzada a su ansiosa tía.

“Entonces, ¿Por qué demonios estás aquí y no ahí fuera buscando?” Celia no podía creer lo incompetente que era su sobrina.

¿En qué estaba pensando? Nunca debí confiarle esta tarea. ¡Es un completo desastre!

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