Reina inesperada -
Capítulo 13
Capítulo 13:
POV Antonio
“Excepto cuando esperas morir para que pueda tener todas estas cosas. Podemos hablar de eso”
Sus ojos brillan.
“No sé, Angelica. Un hombre como yo, me gustaría pensar que voy a vivir una vida larga y saludable”
“No cuando ya tienes asesinos tratando de eliminarte”
Ella arruga la nariz.
“Así es la vida de un rey, Angelica. Siempre hay alguien que quiere mi corona. Eso no significa que vaya a renunciar a ella”
“No tendrás que renunciar a ella si estás muerto. Alguien simplemente te la quitará”
Su lengua se dirige a sus labios.
“¿Quieres mi corona, Angelica?”
Deslizó mis manos por la parte exterior de sus muslos.
Su piel es cálida, suave, y secretamente pide mi toque.
“Lo quiero todo”.
“Todo lo que tengo es tuyo”
Deslizó mis manos hacia arriba, acariciando los lados de sus caderas y subiendo el dobladillo de mi camisa.
“Piensa en lo mucho que disfrutaría para mí sola. Sin un esposo infiel con el que compartirlo”
Se tensa y su mirada se clava en la mía.
“Eso suena como el cielo”
“¿Esposo infiel?”
Le beso la rodilla.
“Seguro que no te refieres a mí, Angelica”
Le beso la otra rodilla.
Puedo decir que está pensando en romperme el labio, pero no lo hace.
En su lugar, sus labios se separan en un suspiro.
Vuelvo a acariciar sus muslos y separó suavemente sus piernas lo suficiente para poder besar el interior de sus rodillas.
“Ya sabes de qué estoy hablando. No te hagas el tonto. Es demasiado convincente”
Sus palabras son para cortar, pero sus piernas se abren para mí, su respiración se acelera mientras beso más arriba sus muslos.
“No lo sé. Por favor, edúcame, Angelica”
Paso mi lengua por su piel y jadea.
Sus pezones están presionados contra la tela de mi camisa, y me moriría por sentir uno contra mi lengua.
Pongo las palmas de las manos en el interior de sus muslos y los separó más.
Es entonces cuando descubro que no lleva bragas.
Un gruñido retumba en mi pecho.
La quiero sin bragas, pero no quiero que pase por delante de mis soldados sin ellas.
La beso más alto y luego respiró profundamente su aroma.
Aprieta la manta y se me hace agua la boca mientras me acerco aún más a mi objetivo.
“Nadie te ha besado nunca aquí, Angelica. Nadie lo hará nunca, excepto yo”
Exhalo y arquea la espalda.
“Esta v$gina caliente me pertenece. Solo a mí”
Algo se mueve en ella, su cuerpo se tensa.
“Oh, ya veo. Te pertenezco, ¿Verdad?”
Pone la palma de la mano en mi frente y empuja.
La dejo, aunque quiero luchar y apretar mi boca contra su v$gina.
“Como tú eres mi dueña”
La miro fijamente a los ojos.
“¡No, no me perteneces!”, dice ella.
“Estarás por ahí teniendo se%o con otras mujeres. Rayos, probablemente ya lo estabas haciendo. Vi a esa mujer en tu oficina. Llevaba un pijama. Pequeña y se%y. Apuesto a que…”
Gruño y le tapó la boca con la mano.
“Por favor, no hables así de mi hermana”
Sus ojos se abren de par en par y deja de intentar hablar contra mi palma.
“Es mi hermana, Carina. La llamé aquí desde el internado por todo lo que está pasando. Cuanto más cerca esté, más segura podré tenerla”
Retiro mi mano.
“¿Tu hermana?”
Ella traga con fuerza.
“Pero la forma en que ustedes dos estaban hablando. Y parecía que estaban…”
“¿Como si nos conociéramos?”
Me río y me vuelvo a sentar sobre mis rodillas.
“Supongo que sí. Es mi hermana pequeña y malcriada que consiguió distraerme de mi trabajo con una partida de ajedrez y cincuenta preguntas sobre ti. Es una entrometida. Siempre lo ha sido”, le explique.
Ella al escuchar eso puso los ojos en blanco.
Se queda callada un rato, posiblemente digiriendo esta noticia, y luego su rostro se suaviza.
“Yo también quiero a mi hermana. Ella es todo lo que yo no soy”
“Carina es lo mismo para mí. Amable, abierta, honesta. Es una buena chica”
“¿No eres amable ni honesto?”
“Solo con mi familia, solo con los que quiero. ¿El resto del mundo? Destruiré lo que sea necesario para mantenerte a salvo y feliz, Angelica. Tienes que saberlo”
Le tomó la mano y le besó la palma.
“¿Cómo podría saber eso? ¡Acabamos de conocernos! Ni siquiera querías casarte conmigo”
Alisa mi camisa hacia abajo, cubriéndose.
Aunque quiero separar sus piernas y darme un festín con ella, y sé que le encantaría una vez que presionara mi lengua contra su carne húmeda, tiene razón.
No me conoce, no realmente.
Es una princesa de la mafia virgen que nunca ha estado con un hombre, y menos con uno como yo. Necesita más tiempo para conocerme a mí y a mi familia.
Así que, aunque me duela el corazón y las pelotas, me pongo de pie y me inclino, apretando un beso en sus labios.
“Hablaremos en el desayuno, ¿De acuerdo? Tú y Carina pueden conocerse, y todos podemos conocernos. Ahora somos una familia”
“¿Adónde vas?”, ella pregunta mientras la agarro de las caderas y la acomodo en la cama de nuevo, cubriéndola con la sábana y la manta.
“No voy a dejar que tu padre se salga con la suya, Angelica”
Acaricio su mejilla y la besó de nuevo, esta vez más profundamente.
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