Presa entre tus brazos -
Capítulo 95
Capítulo 95:
Bruno pensó que se escandalizaba por lo que había dicho, de un momento a otro salió corriendo.
“Hey, era broma, no es para tanto”.
Se quedó extrañado.
¿Qué rayos había pasado?
Al ver que no regresaba se dirigió a buscarla.
Santi aún dormía, pero ella estaba en el baño.
“¿Qué sucede, estás enferma?”, preguntó desde la puerta.
“Desde el bacalao no me he sentido muy bien, tal vez me cayó pesado”.
“Recuéstate, llamaré al médico”.
“No es necesario, me haré un té, solo pide desayuno para ti y para Santi, imposible cocinar así como me siento”.
“Te traeré el té, te pediré una sopa, no puedes estar sin desayunar”
Le dijo en tono autoritario.
No permitiría que se quedara sin comer.
Santi se despertó con más energía y vitalidad que nunca.
En un niño de su edad eso era completamente normal, después de desayunar, el pequeño hacía preguntas.
“Papá, ¿Iremos hoy de pesca?”, preguntó ilusionado.
“Mamá está un poco enferma, tendremos que posponerlo”.
Nicole observó la mirada desilusionada de su pequeño.
“Está bien, había preparado mi cámara para conocer a Matthilda”
Hizo un puchero mientras tocaba la cámara que traía colgada en el cuello.
“Vayan ustedes, yo me quedaré a descansar”
No quería que su hijo se pusiera triste.
Se lo habían prometido y era algo importante para él.
“De ningún modo, no te dejaré aquí sola”.
Estaba preocupado por ella.
“Se lo prometiste a nuestro hijo, ya iremos de nuevo antes de marcharnos”.
“Esta bien, iremos, pero solo un rato”.
“Sí papá, que bien”.
Le dijo Santi, mientras aplaudía con sus manitas.
…
Ambos salieron rumbo al muelle un poco más tarde.
Bruno había alquilado una pequeña embarcación, el dueño del barco sería quien los llevaría de pesca.
Más tarde se encontraban anclados sobre una zona tranquila del río, la caña de pescar de Santi comenzó a moverse.
“Papá, papá he atrapado un pez, debe ser un pez enorme”
Sonreía ilusionado por ver qué clase de pez era.
Bruno sonrió al ver lo emocionado que su hijo estaba.
Sacaron el pez que resultó ser un bagre blanco, cuatro bagres más tarde, Bruno decidió que era suficiente, los habían colocado dentro de un cubo de agua.
“Mamá se sorprenderá al ver lo que llevamos para la cena”.
“Se que esto no te gustara, pero estos peces los devolveremos”.
“Nooo papá, por favor”.
“Los peces de este río no es seguro comerlos, está muy contaminado, no sería bueno, podríamos enfermar”.
“Está bien, papá…”
Hizo un puchero mientras agacha a su cabeza.
“Te prometo que más adelante iremos a la montaña, ahí mismo haremos una fogata para cocinar lo que pesquemos”.
“¿En verdad papá? ¿Me lo prometes?”.
“Es una promesa hijo”.
“Promesa del dedo meñique”
Le dijo extendiendo su dedito.
Bruno sonrió ante la promesa de su hijo.
Luego extendió su dedo y lo entrelazo con el del pequeño.
“Una promesa del dedo meñique no se puede romper, es sagrada”
Santi lo dijo con la mayor seriedad que podía.
“Ok, jamás la romperemos”
Bruno intentó no reír, para su hijo era algo muy serio.
…
Pasadas varias horas, Nicole los escucho llegar.
Santi ilusionado le comenzó a contar lo que él capitán les había contado.
“Mamá, atrapamos cuatro bagres blancos, pero los devolvimos al río, no debemos comerlos porque no sería sano para mí crecimiento, la contaminación del agua, puede provocar enfermedades, después paseamos por el muelle, me tomé muchas fotos con Mathilda, mira”.
Ella suspiro al observar las fotos, veía el rostro de ilusión de su hijo.
En varias de ellas, que alguna otra persona les tomó, Santi aparecía observando a Bruno, sus ojitos brillaban diferente al ver a su padre.
Ahora fue Bruno quien observó extraña a Nicole.
No tenía ni idea sobre qué le había pasado.
Después de la cena, subieron juntos a acostar a Santi.
Bruno apenas iba a preguntar si le contaba un cuento, pero cuando volteó el niño ya se encontraba profundamente dormido.
“Cayó rendido”, dijo Nicole.
Se le quedó mirando, su hijo despertaba en ella una gran ternura.
“El día estuvo lleno de aventuras para él”
Se sentaron en la terraza que daba frente al muelle.
“Hoy me pareció ver a Sergio, quizá lo confundí, ¿Que podría hacer él aquí? El hombre estaba parado frente a la casa, los dos lugareños con los que hablaste, en cuanto lo vieron se dirigieron hacia él, antes de que lo alcanzarán, subió a una camioneta negra y se fue”.
“Pienso lo mismo, lo has de haber confundido, no creo que tenga nada que hacer aquí, es un hombre de ciudad, no creo que le llame la atención un pequeño pueblo”.
“Mamá me dijo que no me acercara a él, que es un peligro, además por todo lo que le hizo, pero si hubiera querido hacerme daño, estuvo cerca de mí y de mi hijo por muchos años”.
“En cierta manera estoy de acuerdo con las dos, es mejor cuidarse de ese tipo, sabes vi que hay demasiada basura, la llevaré al contenedor, recuesta te, ya vengo”.
Tomó la basura y salió de prisa.
Al ver que tardaba un poco, Nicole volvió a asomarse, lo vio de nueva cuenta hablando con los lugareños.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar