Presa entre tus brazos -
Capítulo 96
Capítulo 96:
Un poco después regresó a la cabaña.
“¿De nuevo te abordaron los lugareños?”
“Sí, me preguntaban cómo nos había ido en la pesca, les conté nuestras aventuras con los bagres, dicen que hay personas, que aunque saben que el agua del río está contaminada con metales, así consumes los peces que pescan”.
“A la larga, eso les provocará algún daño”
Nicole creyó en lo que le decía.
“Así es, Santi se sintió desilusionado de tenerlos que devolver, le prometí que más adelante iremos a pescar a un río de montaña, cerca de donde nace, que ahí mismo haremos una fogata para cocinar lo que pesquemos, se emocionó mucho, hasta me hizo prometer por el dedito meñique”, dijo mientras le mostraba su dedo meñique.
“¡Jajaja! Ahora tendrás que cumplir, para él esa promesa es sagrada, se lo toma muy en serio”, le explico entre risas.
“Uff lo sé, lo vi en sus ojitos”.
Nicole se durmió rápidamente.
Más tarde, Bruno se levantó lentamente.
Salió de la habitación, y desde la sala hizo una llamada.
“Aló”
La voz de un hombre contestó al otro lado.
“¿Dónde se encuentra tu padre?”
“Se fue a Los Angeles con Deborah, hace dos días, tenían una reunión de negocios”.
“¿Estás seguro?”
“Cheque en el sistema de su secretaria y si estaba agendada para el día de hoy”.
“Te mintieron”.
“¿Estás seguro, ha sucedido algo?”
“Lo estoy, ayer y hoy han estado siguiéndonos”.
“¡Demonios! No sé qué es lo que pretenden, finge confiar en mí, pero me deja al margen de sus planes, debo estar más atento”.
“Inventa cualquier cosa para que regrese, les prometí a Nicole y a mi hijo que estaríamos aquí una semana, no puedo fallarle nuevamente”.
“Lo haré por la mañana”.
“Te agradecería que me avises en cuanto regresen, para cambiarnos de lugar, no sea que envíen a alguien”.
Escucho ruido detrás de él, y colgó inmediatamente,
Nicole lo noto muy nervioso.
“Tengo sed, me serviré un vaso de agua fría, ¿Con quién hablabas?”
“Era un asunto de la empresa, pero lo he resuelto”.
“Aah, bien”.
Bruno soltó el aire que había estado conteniendo, no sabía si Nicole le había creído, pero regresaron a la recámara.
…
Por la mañana. Nicole se despertó tarde.
No sabía cuánto había dormido, pero observó que Bruno había metido todo dentro de las maletas, le marco a Sophie, quien contestó inmediatamente.
“Hola peque, que bien que llamas, ¿Como va todo?”
“Necesito un consejo amiga”.
“Soy toda oídos”.
“No sé qué le pasa a Bruno, se ha estado comportando extraño, se oculta para hacer llamadas, casi no pone atención a lo que le digo, es como si su mente estuviera en otro lado”.
“Amiga escúchame bien, aunque mi querido Bruno tiene todos los síntomas, la verdad no creo que te esté engañando, ha luchado por ti durante varios años, no creo que por una estupidez pierda todo lo que ha ganado, a todos nos ha quedado claro que desea estar contigo y su hijo, lo mejor que puedes hacer es hablar claro con él, es mejor primero hablarlo antes de suponer, así te ahorrarás muchos dolores de cabeza”.
“¿Y si tan solo está conmigo por nuestro hijo y tiene a alguien más?”
En solo pensar en eso la hizo sentir una sensación extraña en el pecho.
“Sinceramente no lo creo, conociendo a Bruno, hubiera mandado a su equipo de abogados para quitarte al niño”.
“Quizá no lo hizo por la presión que ejercieron mis padres y los suyos”.
“Bueno, eso sí que es un muy buen punto, piensa muy bien peque lo que vas a hacer, no sea que te equivoques y arruines todo lo que han ganado, sobre todo porque afectarían la estabilidad emocional de su hijo, en mi opinión habla con él antes de todo”.
“Tienes razón, lo haré”
Bruno entró a la habitación en ese momento.
“Buenos días bella durmiente”.
“Hola mi príncipe de armadura plateada”.
Bruno hizo una reverencia al escuchar esas palabras.
Eran raras, peor le pareció lindo.
Después se acercó a ella, puso una de sus rodillas sobre el suelo, mientras tomaba su mano, le dijo:
“Hermosa dama, frente a usted tiene a su humilde vasallo”.
“Jajaja, ya levántate no seas payaso, vi que hiciste las maletas”.
“Así es, nos vamos a Lake George, Santi esta emocionado por poder pescar en el lago, tengo una casa en esa área”.
“Perfecto, entonces mi amado príncipe, vámonos hacia nuestro próximo destino”.
Un par de horas después llegaron a Lake George, avanzaron hasta llegar a u a casa en las afueras del pueblo, situada justo frente al lago.
A Nicole le gustó mucho aquella casa, era de estilo victoriano, tal como lo eran muchas casas de la zona.
“Papá, la casa tiene una parte construida sobre el lago”.
“Así es hijo, en esa parte se encuentran guardados unos botes que salen directo hacia el lago”.
Más tarde fueron a desayunar y a caminar por el pintoresco pueblo, estaba rodeado por la naturaleza.
Los árboles resaltaban por los colores de sus hojas.
Cuando regresaron, mientras Santi dormía la siesta, Nicole pensó que era hora de hablar con Bruno, decidió hacerle caso a los consejos de Sophie y no dejarse llevar por suposiciones.
“Bruno, necesito hablar contigo”.
Era un tema difícil de abordar.
“¿Pasa algo?”
Bruno se preocupó por la seriedad que notó en su rostro.
“Te he notado extraño desde hace un par de días, y las dudas han invadido mi mente, incluso he llegado a pensar que quizá estas interesado en otra persona, sí es así dímelo, me haré a un lado inmediatamente”.
Bruno abrió enormemente los ojos.
Después de todo lo que habían pasado para estar juntos esa mujer todavía pensaba que él se atrevería a engañarla.
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