Presa entre tus brazos -
Capítulo 94
Capítulo 94:
Más tarde Santi cayó rendido.
Ambos lo llevaron a su habitación, y le dieron un dulce beso en la frente.
Nicole lo tapó con una manta, dejo encendida una pequeña lámpara, salieron con cuidado cerrando la puerta.
“Le teme a la oscuridad, duerme tranquilo si tiene encendida a su lado esa pequeña lámpara”.
“Hasta en eso somos parecidos, nunca me ha gustado la oscuridad, por eso las casas donde he vivido las mantengo bien iluminadas, focos y lámparas por doquier”.
“Te observo y observo a mi hijo, ha tenido tanto de ti aun cuando no se habían conocido, la misma sonrisa, la manera de caminar, los mismos gestos, ni parece que se formó en mi interior, es totalmente un pequeño Bruno”.
“¡Jajaja! Todo el que nos ve me dice lo mismo , ayer en la estación de servicio, mientras estabas en el baño, dos chicas se acercaron a nosotros, me pidieron permiso de cargar a Santi, iba a contestar que no, pero tu hijo enseguida les dio los brazos encantado, es muy pequeño todavía, pero te juro que sentí que les estaba coqueteando”
“Oh por los cielos, como es ese antiguo dicho, hijo de tigre”.
“Equivocada totalmente señorita, desde que te conocí sólo te he tenido a ti en mi mente y en mi corazón, aunque me costó mucho reconocerlo”.
“Ajá y yo que te creo”.
“Es totalmente en serio”.
Le contestó mientras se acercaba poco a poco a ella.
Nicole pensó que se parecía a un depredador a punto de cazar a su presa, intentó darse la vuelta para alejarse, pero él vio su intención y logró atraparla antes.
“Un momento conejita, de aquí no puede marcharse, le espera un gran castigo por no creer en mí”.
“¡Jajaja! No, es en serio Bruno, no te has rasurado, no talles tu rasposa barba en mi cuello que me provoca cosquillas”.
“Lo siento, es parte del castigo, estos días aquí tenemos que aplicarnos, Santi necesita un hermanito”.
Sin darse cuenta, Nicole había caído de nuevo.
Ahora ella se encontraba completamente en sus brazos.
Dejó que la desvistiera lentamente, chupo con deseo sus pechos, se detuvo un momento mientras se le quedaba viendo.
Luego empezó a señalar con su dedo cada parte de su cuerpo.
“Está parte de aquí me encanta”
Le dijo mientras deslizaba su dedo por su cuello.
Esto le encantaba.
“Es mi parte favorita para depositar muchos besos, esta otra parte”
Paso sus dedos por sus pechos.
“Buenos esta otra parte tiene un delicioso sabor, son grandes y redondos, son perfectos”
Bajo su dedo por en medio de su pecho, hasta llegar a su ombligo.
“Este pequeño me fascina, es redondo y perfecto, y esta curvatura, define por completo tu figura, y está otra, ¡Cielos! Está otra me vuelve loco”
Le Dijo al pasar primero su dedo por el costado de su cintura y después al deslizarlo hasta la otra punta.
Todo desde el principio de su espalda hasta el inicio de su trasero.
“Y estas dos, madre mía, uff son tan grandes y respingadas que babeo cada vez que las veo”.
Siguió el recorrido por sus piernas, incluso delineó sus pies.
Luego poco a poco fue subiendo de nuevo.
Nicole en ese momento ya tenía la respiración entre cortada, por la pasión y el deseo.
“Esta otra parte es la que me vuelve desquiciado, cuando entro en ella, solo siento placer y se me olvida hasta como me llamo”
Le dijo mientras metía su dedo dentro de ella y comenzaba a moverlo rítmicamente, entrando y saliendo, mientras ella sentía que los g$midos ya era difícil contenerlos.
“Estás tan estrecha, quiero que sientas que no miento”
Tomo uno de sus dedos y lo introdujo.
“¿Lo ves? es difícil no desear estar dentro de ti, tu interior es completamente perfecto”.
Se quitó la ropa.
Luego le pidió que se volteara, así la poseyó.
Nicole se sentía flotar, miles de fuegos artificiales explotaron en su interior, ese hombre le provocaba tanto placer que sentía que en cualquier momento la iba a matar, no pudo evitar sonreír ante ese comentario.
Luego se recostó sobre su pecho para disfrutar el resto de la noche.
…
Al despertarse Nicole, no encontró a Bruno.
Se asomo por la ventana y lo vio hablando con unos hombres que le parecieron extraños, así que se metió a duchar.
Después de un rato, lo escucho entrar.
Al salir noto que su semblante era serio.
“¿Ha sucedido algo?”
Le preguntó extrañada.
“No, ¿Porque lo preguntas?”
Bruno trataba de no ponerse nervioso.
“¿Quiénes eran esos hombres?”
Intuía qué algo pasaba.
“Ah eso, eran lugareños, les hacía algunas preguntas sobre la pesca”, dijo lo primero que vino a su mente.
Por el porte parecían militares Nicole pensó que no parecían para nada lugareños, se veían diferentes.
“Solo sé que son de aquí, ni idea a qué se dedican”.
Alzó los hombros al decirlo.
A Nicole le pareció rara su actitud, estaba claramente a la defensiva.
“¿Y ahora, tú que comiste?”, preguntó ya seria.
“Nada, no he desayunado”
Le pareció extraña la pregunta, ya que no venía al caso.
“Lo digo por tu actitud, estas por demás extraño”.
“Jajaja no me pasa nada, tengo sueño y me siento algo cansado, no se si sería porque alguien me ha estado quitando toda mi energía”
En ese momento comprendió a que se refería.
Era su oportunidad de desviar la atención de Nicole hacia otro tema.
“Ah ahora resulta que soy la culpable”.
Cruzó los brazos sobre su pecho mientras reía.
“No he dicho nombres, solo es que por las noches alguien chupa toda mi vitalidad”
Sabía que enrojecería ante lo que decía.
Nicole se cubrió la boca.
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