Presa entre tus brazos
Capítulo 93

Capítulo 93:

Por la mañana una emocionada familia subía sus maletas a un jeep 4 x 4, después de desayunar emprendieron el viaje.

“Papá juguemos veo veo”.

“No sé qué juego es”.

“Yo puedo enseñarte”.

“Perfecto, entonces juguemos”.

Jugaron gran parte del camino.

Bruno quería que su hijo disfrutará el ser niño, claro que quería que se educara, pero sin perder la esencia de su niñez.

Nicole los escuchaba, se sentía contenta de su interacción, Bruno poco a poco se iba ganando de nuevo su cariño.

Ese amor dormido cobraba fuerza de nuevo.

Al poco rato Santi se quedó dormido.

“¿No nos has dicho ha donde iremos?”

“Vamos a la región de las Montañas de Catskill, les encantará, ahora en otoño se visten de gala, en un caleidoscopio de colores encendidos, el cambio de tonalidades de las hojas de los árboles pasan del verde al naranja, rojo y amarillo, para luego  transformarse en un color marrón dorado, créeme es algo digno de ver”.

Nicole lo observaba atenta, veía lo ilusionado que estaba con ese viaje.

“Comenzaremos en Livingston Manor, es un pequeño poblado, famoso por lo que menos pensarías”.

“¿Por qué?”

Nicole sentía mucha curiosidad.

“Por su panadería, en verdad sus pasteles y galletas son únicos”.

“Yo sé a quién le encantará llegar a ese lugar, sin duda”.

Tenía que parecerse a mí, cuando papá me traía, sostenía un pastel en cada mano, papá tenía que llevar una caja de pasteles y galletas a cada, Dante y yo disfrutábamos como no tienes idea”.

“Qué bien que hayas disfrutado tu niñez al lado de tu hermano”.

“Un hermano es completamente indispensable, se que Santi pensara lo mismo que yo”, dijo sonriendo.

“0h no señor, ya entendí a qué te refieres y no sucederá jajaja”.

Le pareció graciosa la perspicacia que mostraba Bruno.

“Pues no lo dudes, porque hemos estado muy aplicados”.

“Bruno basta, jajaja”

Se sonrojó cuando ciertos recuerdos llegaron a su mente.

“Te has puesto roja jajaja”.

Le provocaban ternura sus reacciones.

Cuando llegaron, antes de dirigirse hacia la panadería, los llevó a comer unos ricos sandwiches en una cafetería, el lugar estaba completamente lleno.

“La gente viene exclusivamente a comer estos sandwiches, la cervecería también es famosa, venden la cerveza en botellón o jarra”.

Después se dirigieron a Kinston en el condado Ulster.

“Está fue la primera capital de Nueva York en 1977, en los siglos XVII y XVIII, fue colonizada por los holandeses “

Se quedó callado al voltear y ver que Nicole lo observaba fijamente.

“¿Por qué me observas de esa manera?”

“Solo observó a mi se%y guía de turistas, no creo que nadie más tenga uno como el mío”.

“¡Jajaja lo sé, soy irresistible”

Le dijo dando in pequeño golpe con el puño cerrado en su barbilla, en señal de autosuficiencia.

“Y modesto aparte jajaja”.

“Papá, ¿Podrías cargarme?”

Santi se acercó a él, alzando sus pequeños brazos.

“Claro campeón, ven acá”

Lo alzó y lo coloco sobre sus hombros.

Nicole estaba asombrada con la arquitectura del lugar, diferentes casas estilo victoriano se podían observar, pequeñas tiendas y galería se veían por todas partes.

“En estos pueblos la comida se lleva desde la granja hasta tú mesa, no es como en la gran ciudad que todo ya está procesado”.

Caminaron por un buen rato, más tarde entraron a un famoso restaurante del centro.

“Les recomiendo pedir el bacalao con papas y frutas, es la especialidad, no se pueden ir probarlo”, explico.

“Yo quiero eso mamá”

Santi en verdad tenía apetito.

“Perfecto, a probar el bacalao”, exclamó Nicole para después tomar de la mano a su hijo.

Bruno observaba a su familia.

Cuanto tiempo se había perdido de ellos por sus estupideces, Shelsy lo había dejado tan dañado que hizo que Nicole lo pagará con creces.

Más tarde se dirigieron a una hermosa cabaña a orillas del Rondout Creek, que era un afluente del Río Hudson.

Era una cabaña construida completamente con troncos redondos en color cedro.

Era muy amplia con dos habitaciones, tenía amplios jardines tanto atrás como al frente, todo el tiempo eran cuidados a cierta distancia por varios guardaespaldas.

No quería que Santi y Nicole se dieran cuenta, por lo que rento para ellos la cabaña aledaña, que estaba a una distancia no tan retirada, separada por los jardines.

“Papá, prometiste que acamparíamos, pensé que lo haríamos en una tienda de campaña”

El pequeño se sintió desilusionado.

Esta no era la idea que tenía de acampar.

“Y lo haremos hijo, mañana colocaremos una tienda de campaña en el patio trasero ¿Te parece?”

“Siiii, será muy divertido”

Junto sus pequeñas manitas y comenzó a aplaudir mientras sonreía.

Bruno había pensado en un principio hacer caminata por la montaña y acampar ahí, pero sería el lugar ideal para que Sergio les hiciera daño, por lo que cambió los planes, se sentía más seguro así.

“Por la mañana después de desayunar, iremos a visitar la vieja iglesia holandesa, fue construida en 1658, después al senado, ahí fue donde se estableció la primera capital de Nueva York, más tarde antes de pescar, podrán tomarse fotos en el muelle, conocerán a Mathilda”.

“¿Quién es Mathilda?”

Le preguntó de inmediato Nicole.

“Es una chica muy bella, que todo turista debe conocer”

“Ahhhh ok”, contestó un poco seria.

“No es verdad, Mathilda es el nombre de un remolcador a vapor construido en 1898”.

“Mamá, se te pusieron rojas tus orejitas”.

“Es porque hace un poco de calor hijo”.

“Jajaja”

Bruno sabía perfectamente porque se había puesto así y eso le causó gracia.

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