Presa entre tus brazos -
Capítulo 91
Capítulo 91:
Noah desesperado escuchaba lo que las autoridades decían.
“Señor Williams, suspenderemos la búsqueda, no se puede encontrar a alguien que no quiere ser encontrado, lo más probable que la señora haya huido con su amante, parece que se la hubiera tragado la tierra, debe estar escondida en algún lado”.
“¿Como puede decir eso? Mi esposa no hubiera abandonado a nuestra pequeña hija”
Cada vez creía que los rumores que había eran ciertos.
En algún lugar de su corazón aún mantenía una pequeña esperanza de que Rina no fuera esa mujer que todos pensaban incluido él mismo.
“Lo siento Señor Williams, es lo que creemos”
Noah salió de ahí derrotado.
Un par de años más tarde conoció a Emma Miller, ella ya tenía a la pequeña Sondra, se casaron y crio a Nicole como suya.
En su corazón Noah sentía mucho rencor por Rina.
No había sentido amor por su pequeña hija, no le había importado abandonarla, eso creía, mientras Rina sufría el peor de los infiernos al lado de Sergio, quien, al morir sus padres, había decidido secuestrarla.
Sergio se encontraba feliz de tener con él a Rina, seguía amándola.
Sus padres no pudieron hacer que contrajera matrimonio, se dedicó en cuerpo y alma a cuidar a su hijo.
Quería reunirlo con su madre en cuanto la llevarán con ellos.
El día que por fin la tuvo a su lado, se encontraba ilusionado, se mantuvo junto a ella, hasta que noto que estaba despertando del sedante que le habían puesto los hombres que la secuestraron.
“Amor de mi vida, por fin podremos estar juntos”, dijo Sergio cuando vio que estaba despertando, la observó mientras estaba inconsciente.
Para él era la mujer más bella que existía.
Rina sorprendida no daba crédito a lo que estaba escuchando.
¿Qué clase de loco hacía aquello?
“¿Qué es lo que pretendes Sergio? Déjame regresar al lado de mi esposo y de mi hija”
No pudo evitar pedírselo gritando.
Estaba muy molesta.
“Rina, debes tranquilizarte, pronto la traeremos con nosotros”, dijo con una sonrisa, estaba seguro que aún lo amaba.
“Ni se te ocurra tocar a mi hija, no hagas que te odie más de lo que ya lo hago”.
¿Qué pretendía después de hacerle tanto daño?
“Respetaré tu decisión, no la traeré, pero tú te quedaras a mi lado, sé que pronto te darás cuenta de que no has dejado de amarme”.
“Maldito loco, déjame ir”
Simplemente no podía creer lo que escuchaba.
“Ni siquiera has preguntado por tu hijo, que poco te importa”.
“Hijo que tú me arrebataste”
Se enfureció a un más al escucharlo.
En ese momento entró un doctor que le puso un tranquilizante.
Sergio no quería mantenerla sedada, pero por lo pronto sería lo mejor hasta que estuviera calmada y entendiera que por fin podrían ser felices.
Rina gritaba y lloraba en cuanto despertaba.
Quería volver al lado de Noah y su hija.
Ellos eran su familia, lo de Sergio ya era pasado, en algún momento pretendió hacerse a la idea de que nunca había existido, que sólo era un mal sueño, pero el dolor que sentía por su hijo le recordaba que era muy real.
Por meses Sergio intentó ganarse su amor, pero no llevo a su hijo con ella.
Tenía miedo que lo rechazará, ya que tenía crisis nerviosas constantemente.
Una de esas noches en que ella estaba tranquila, Sergio entró en la habitación, sin importarle sus súplicas la hizo suya.
Había bebido demasiado, no soportaba sus constantes rechazos.
Al otro día ella sentía odiarlo más, un día al llegar, ella le dijo que se había dado cuenta de que aún lo quería.
Él le hizo el amor de manera tierna.
Por la madrugada despertó sobresaltado, Rina había escondido un cubierto y se lo clavo en la espalda mientras dormía.
“Maldita, me has engañado, ahora verás de lo que soy capaz, no has terminado de conocerme, la abofeteo hasta cansarse”.
A gritos llamo al médico que estaba a su cuidado, este dormía en la habitación contigua, la sedaron nuevamente.
Desde ahí Sergio cambió con ella, siempre llegaba en mal estado, se negó a llevar con ella a su hijo, la obligaba a dormir con él, incluso llegó a atarla.
La situación empeoró cuando se dio cuenta de que sus padres le habían heredado tan sólo deudas, estaba en bancarrota.
Desde entonces desquitaba su ira con ella, la torturaba de crueles maneras, ella iba de una crisis nerviosa a otra, temblaba en cuanto lo veía llegar.
Un día que estaba tomando en un club, conoció a Deborah la madre de Bruno.
Cuando René se encontraba viajando por negocios ella se negaba a acompañarlo, dejaba a su pequeño hijo en casa y salía a divertirse.
Era una mujer hermosa, cuando ella se le insinuó, no pudo resistirse, desde ahí comenzaron su relación, él le contaba sus problemas y ella fingía entenderlo.
Rina agradecía cuando no llegaba a dormir, desde que había empezado su relación con Deborah se ausentaba por varios días, la mujer aprovechaba a quedarse con él cuando René se encontraba de viaje.
Después empezó a llevarla a su casa, obligaba a Rina a dormir en la misma habitación que ellos, Deborah disfrutaba al verla llorar, eso le provocaba risa.
Cuando Deborah se enteró de que Rina era una rica heredera, lo convenció de obligarla a cederle su fortuna.
“Puede cederte el poder, después de firmarlo debes internarla en un hospital psiquiátrico, ya que no quieres deshacerte definitivamente de ella”.
“Así lo haré, ella no me ama y yo necesito de su dinero”.
Sergio vio en la fortuna de Rina la solución a todos sus problemas económicos.
Interno a Rina pidiéndole a los médicos que le inyectaran medicamentos para hacerla pasar por inestable.
Desde ese momento, se convirtió en un hombre completamente cruel y ambicioso, disfruto cuando se entero que el marido de Deborah era el mejor amigo de Noah.
Por mucho tiempo, desde las sombras intentó hacerles daño, ellos no estaban enterados de que era su peor enemigo.
Deborah al asegurarse de que tendrían toda esa fortuna, no dudo en abandonar a René y a Bruno.
Desde ese momento Sergio cambió con su hijo, Deborah se encargó de hacer que pasara menos tiempo con él, Leandro pasaba el mayor tiempo con la servidumbre, en clases y después en internados.
Bruno era muy pequeño, amaba a su madre, aunque ella siempre lo trataba con desprecio, fingía atenderlo cuando estaba su padre.
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