Presa entre tus brazos
Capítulo 83

Capítulo 83:

“Llegaste para cambiar mi mundo, lo volviste un mejor lugar, antes de ti estaba completamente perdido”.

“Te amo Dante Leone”.

“Te amo mucho más próxima Señora Leone”.

Todos hacían planes, preocupándose por sus propias vidas, sin saber la tormenta que se avecinaba y que arrasaría con todos.

Mientras tanto en otro lugar…

Leandro fingía estar de acuerdo conos planes de su padre.

Incluso fingía sentir agrado por Deborah, los escuchaba planear y quejarse.

Esa mujer era despreciable.

Era ambiciosa y frívola como ninguna otra.

Ella y su padre eran tal para cual.

Trataba de pasar junto a ellos el mayor tiempo posible.

Sólo así se ganaría su confianza y le contarían sus planes.

Seguía intentando sobrellevar una relación con Shelsy.

Una relación que no daba resultado, pero lo que tenían era mejor a sentirse solos.

“¿Aún no puedes olvidarla?”, preguntó curiosa.

“No quiero mentirte, por más que intento no puedo, es más, sé que nunca podré”.

“Te entiendo me pasa lo mismo con Bruno”

Se había resignado.

Sabía que no tenía oportunidad alguna con él.

Leandro la abrazó.

Su relación se basaba en consolarse mutuamente.

Ambos se contaban sus penas y se apoyaban.

Mientras tanto en otro lugar…

Por la tarde, Sondra esperaba fuera del corporativo Leone, sus padres la habían echado de su casa al enterarse de todo lo que había hecho, le habían cancelado las tarjetas, ya no tenía manera de seguir sobreviviendo, trabajar no era una opción para ella, en la empresa de su padre, había tenido un alto puesto, así que mendigar empleo en otro lado, jamás lo haría.

Al ver salir a Bruno acompañado de Nicole, se abalanzó sobre ellos, tomó por el cabello a su hermana.

“Maldita, tú eres la culpable de mi desgracia”

Quería hacerla pagar por todo su sufrimiento.

“Suéltala Sondra”

Bruno intentaba inútilmente alejarla de Nicole.

“No la soltaré, ahora verás lo que hago con ella”

Sacó unas tijeras e intentó cortarle el cabello.

Bruno la sostuvo por el brazo, mientras le quitaba las tijeras.

Nicole trataba en vano de liberarse,

“Eres una loca Sondra”.

“Tú me amas a mí y no a ella, ¿Por qué no te das cuenta?”

Gritaba desquiciada.

Estaba totalmente fuera de si.

“Vete Sondra, no vuelvas a acercarte a mí”

A pesar del escándalo, Nicole intentaba mantener la calma.

“Regresaré por ti Nicole, de eso no tengas duda”.

Nicole por un momento se asustó al ver el odio reflejado en su mirada.

Salió corriendo al ver que los chicos de seguridad iban por ella.

“¿Estás bien?”

Bruno se acercó a Nicole.

“Sí, Sondra está mal, no entiendo el motivo de su odio, en verdad que no lo entiendo”

No podía evitar llorar.

El odio de su hermana le dolía.

“Ya no pienses en ella, vamos te llevaré a tu casa, así aprovecharé para estar un tiempo con mi hijo”.

“Mi Santi, casi no he tenido tiempo de estar con él”, dijo con tristeza.

“Me gustaría que saliéramos de vacaciones los tres, yo tampoco he pasado tiempo con él, podríamos hacer montañismo, acampar e ir de pesca”.

“Suena bien, se pondrá feliz cuando se lo digas”

Su rostro se iluminó.

Esa idea la hizo olvidar su tristeza.

Más tarde, Santi gritaba emocionado, Bruno y Nicole lo observaban, se sentían bien viendo feliz a su hijo.

“Iremos de pesca mamá, pescare un pez así de grande”

Le dijo abriendo sus manitas.

“Ese sí que será un pez muy grande”, exclamó Nicole mientras reía.

Santi y Bruno jugaban videojuegos, mientras Nicole preparaba la cena.

Bruno se levantó, se acercó a ella y la abrazó.

“Así que así se siente”

“¿Qué?”

No tenía idea a qué se refería.

“Ser una familia”

Nicole sintió calidez en su corazón al escucharlo.

Luego se volteó para darle un beso.

Poco después los tres cenaban.

Sara se había disculpado con el pretexto de sentirse cansada, Nicole sabía que lo hacía para darles espacio.

Santi estuvo parlanchín durante toda la cena.

Tenía tanto que contarle a su padre.

“Papá un niño intentó golpearme en el colegio, se burla de mi porque dice que mis padres no viven juntos”.

“¿Y tú que has hecho?”, contestó arqueando una ceja.

“Me defendí, lo he puesto en su lugar sin golpearlo, la niña que me gusta se acercó a felicitarme”.

“¿Te gusta una niña?”, preguntó Nicole.

“Si mami, a los niños nos gustan las niñas”

Al responder hizo gestos.

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