Presa entre tus brazos -
Capítulo 82
Capítulo 82:
“Solo aprecio una bonita vista”, dijo con ternura.
Ella se sonrojó mientras seguía comiendo.
Eso le encantaba de ella.
Otras mujeres como Shelsy, tenían la facilidad de arruinar una comida, comían tan poco que sí se comía normal en su presencia, se corría el riesgo de parecer un glotón, Nicole era auténtica y no se paraba a pensar en esas banalidades.
Después de comer, se cepillaron los dientes.
El encendió el televisor y dejó una película romántica que estaba pasando.
Ambos se acostaron abrazados, en silencio.
Más tarde se dio cuenta de que Nicole lloraba.
“¿Qué sucede?”, preguntó alarmado.
“Nada, perdón, es sólo que el amor entre ellos era tan bonito y no han logrado estar juntos, el caprichoso destino se empeñó en separarlos, odio al escritor”.
“Jajaja”
Le causó risa el tono que había utilizado al hablar.
“No te rías Leone”.
“Lo siento, no te enojes”.
Se acercó y la beso.
Luego le quito lentamente la playera para poder acariciar sus pechos, eran de buen tamaño, redondos, perfectos, succiono cada uno de ellos.
Ella sentía un gran placer.
Bruno bajó y comenzó a succionar su centro.
La volvía loca de placer, sabía cómo ser agresivo y a la vez tierno.
Bruno se preguntaba, que pasaría si Nicole quedará embarazada otra vez.
Quizá así aceptaría casarse de nuevo.
En cuanto al matrimonio eclesiástico, podrían renovar sus votos.
Está de más decir que toda la noche puso demasiado empeño en ello.
…
Al amanecer, Bruno se levantó.
Luego se dio una ducha rápida y se preparó para trabajar.
Tenía que recuperar el tiempo perdido el día anterior, y reacomodar todas las citas que habíandi sido suspendidas.
Nicole se despertó poco después.
Se sentía muy cansada.
“Buenos días mi bella durmiente”
Bruno pensó que esa mujer se veía hermosa aún al despertar.
“Buenos días, Señor Leone”.
“¿Qué tal has dormido”
Le preguntó mientras reía.
“A decir verdad he dormido muy poco, hubo algo aquí en el ambiente que no me permitió dormi muy bien”.
“Pues al ver esa enorme sonrisa puedo adivinar que has disfrutado lo que ese algo hizo”
Le dijo con picardía.
Nicole se puso roja al recordar.
“Jajaja tu rostro se ha puesto completamente roja”.
Le encantaba que aún se sonrojara.
Nicole sonrió, después se levantó y se dirigió al baño.
Esta vez no se cubrió con la manta.
Bruno disfruto de la hermosa vista que se le mostraba.
Ese sería un día complicado así que tenían que darse prisa.
Cuando Nicole salió del baño, ya Bruno había pedido el desayuno.
“Será mejor que desayunemos ahora, después no tendremos tiempo”.
Nicole le agradeció por el desayuno.
Ambos se apresuraron a comer, después salieron a comenzar el día.
Bertha ya se encontraba en su lugar.
Al verlos tan juntos enseguida imaginó que habían pasado la noche juntos, sonrió ante ellos, esperaba que por fin solucionaran sus problemas.
…
Mientras tanto en otro lugar…
En casa de Sergio, Deborah se sentía muy molesta, no podía soportar el desprecio y no porque Bruno le importara, sino porque lastimaba su ego.
“Ya supéralo mujer, no vale la pena”
Sergio estaba cansado de escucharla decir una y otra vez lo mismo.
Deborah solía ser insoportable cuando se lo proponía.
“Es que hubieras visto cómo se transformó su rostro por el odio, al darse cuenta de quien soy, definitivamente está enfermo, no puede odiarme, soy su madre aunque ni a él ni a mí nos guste”, explicó ella.
“Debes de seguir insistiendo, lo necesitamos de nuestro lado, él podría converger a Nicole de que no reclame nuestra fortuna”.
“Es un completo fastidio el tener que soportarlo, pero tienes razón, lo necesitamos de nuestro lado, todo sea por conservar lo nuestro”.
“He investigado, Rina ha hecho varios movimientos intentando dañarme, tenemos que actuar pronto o nos quedaremos en la calle”.
“En la calle es poco, de no actuar antes que ella, terminaremos en prisión”.
“No te será fácil ganarte la voluntad de Bruno”.
“Lo sé, odio tener que fingir lo que no siento, siempre me he preguntado como es que otras mujeres son felices cuidando a sus hijos a pesar de ya no tener tiempo para ellas mismas y no vivir más que para ver que necesitan esos niños, que horror de vida, pobres mujeres”.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Sophie y Dante preparaban su boda.
La preocupación que sintieron al enterarse del embarazo, se había convertido en ilusión.
“Quiero un vestido hermoso, aun no se nota el embarazo por lo que todavía podré verme bien”
Sonrió al imaginarse vestida de novia.
“Aun cuando el embarazo avance te verás bien, te lo aseguro, por cierto, mi madre vendrá para ayudarnos con los preparativos”.
“Que bien, será de gran ayuda, quiero que todo quede perfecto”, dijo mientras la ilusión se reflejaba en su rostro.
“Mi loquita favorita, pronto seremos marido y mujer”
Dante se acercó a abrazarla.
“Cuando te conocí, no pensé que llegaríamos hasta donde estamos ahora, después de todos estos años, míranos aquí, a punto de ir al altar”.
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