Presa entre tus brazos
Capítulo 80

Capítulo 80:

A Bruno esa chica le parecía realmente molesta, hacía todo menos trabajar, más bien le parecía que solo se dedicaba a merodear por las oficinas.

En mala hora había aceptado recibirla, tendría que hablar con su padre para ver de qué manera podría reubicarla en otra de sus empresas.

Había algo en ella que le provocaba desconfianza, y con lo sucedido en la casa en la playa, ya la consideraba un problema.

Alizza se paró frente al escritorio, y enseguida notó las marcas en el cuello de Bruno, el gesto que hizo no fue muy agradable.

“¿Qué necesitas?”

Le preguntó Bruno, visiblemente molesto por su presencia.

No toleraba que se acercara a él.

“Cómo le dije anteriormente, deseo disculparme con usted, no fue correcto mi comportamiento, estoy muy apenada por ello”.

“Así es, no lo fue”, contestó con desagrado.

Quería que la chica notará que no debía acercarse a él.

“Espero me perdone”

Hizo pucheros al decirlo.

Quería ver si así era menos duro con ella.

“Está olvidado, solo ten en cuenta que por ningún motivo puede repetirse, serás reubicada en otra de las empresas, es lo mejor, así podrás seguir con tus prácticas”.

“Eso no, por favor señor, déjeme quedarme aquí, aprenderé de usted y la señora Nicole, son los mejores, prometo que no volveré a molestarlo, es más, no notará mi presencia aquí”.

“Ya está decidido, se te avisara en cuanto encuentre un lugar para ti, no puedes quedarte junto a nosotros”.

“Está bien señor…”

Agachó la cabeza.

La chica apretaba los puños intentando ocultar su furia.

¿Cómo podía tratarla de esa manera?

“Al salir cierre la puerta de favor”, dijo sin voltear a verla.

“Sí señor, debe ponerse algún ungüento en el cuello, creo que ha contraído el mismo mal que la Señora Nicole”.

Lo dijo con la intención de molestarlo.

Era obvio que él y Nicole habían estado juntos.

Bruno subió el cuello de su camisa.

Mo contestó nada.

Sólo fulminó a la chica con la mirada.

Había olvidado los chupetes que Nicole le había hecho.

Alizza salió de prisa.

No quería molestarlo más de lo que ya estaba.

Luego entró en el baño, tomó el teléfono e hizo una llamada.

“Aló”

La ronca voz de un hombre contestó al otro lado.

“Me transferirán a otra empresa, el Señor Bruno y la Señora Nicole aún están juntos”, dijo casi llorando.

“En otra empresa no me sirves, no sé qué deberás hacer para quedarte ahí, pobre de ti si te trasladan”.

El hombre se enfureció.

Esa estúpida no podía hacer las cosas bien.

“Veré que puedo hacer señor, pero no le aseguro poder quedarme, el Señor Bruno está decidido a trasladarme”.

No hubo respuesta al otro lado.

Sólo una expresión de molestia se escuchó.

Después se cortó la llamada.

Ella supuso que aquel hombre había colgado.

“Maldita sea mi suerte, hablaré con la señora Nicole, es mi única oportunidad, tendré que humillarme ante ella, pero eso es mejor a soportar lo que este hombre hará a mi familia”, dijo ella con cierto desagrado.

Se dirigió hacia la oficina de Nicole, se detuvo un momento antes de llamar a la puerta, las lágrimas comenzaron a brotar una tras otra.

Valdría la pena el esfuerzo si es que lograba darle pena, golpeó la puerta suavemente, la voz de Nicole se escuchó al lado, pidiéndole pasar.

“Adelante”.

Al entrar observó que se encontraba frente a su computadora, sobre el restirador se encontraba extendido un plano con el diseño de un hermoso jardín.

Se paró frente al restirador, poniendo toda su atención sobre el plano.

“El diseño es perfecto, veo que a pensado en todo, patios al interior y exterior del hotel con vegetación que proporciona a los espacios, y a su vez filtra la luz y la contaminación acústica, la vegetación situada dentro de las terrazas y balcones de las habitaciones, lograrán un mayor confort para los huéspedes”.

“Así es, has comprendido perfectamente la idea de mi diseño”

La chica sabía de lo que hablaba.

“Es un diseño excelente, me hubiera gustado poder aprender de usted”

Bajó la cabeza mientras jugaba con su cabello entre sus dedos.

“¿Has estado llorando?”, preguntó preocupada.

“El Señor Bruno ha decidido trasladarme a otra empresa, sé que cometí un error, no debí tomar alcohol, ya me disculpe con el señor y quiero disculparme también con usted, nunca había tomado bebidas alcohólicas y definitivamente no volveré a hacerlo”.

“No te preocupes, acepto tu disculpa, déjame hablar con Bruno para que puedas quedarte”

Bruno era demasiado cruel, era tan solo una chica.

“Gracias señora”

Interiormente celebraba que Nicole era tan tonta como para creer en ella.

Mientras tanto Bruno recibía una inesperada visita, Deborah entró en su oficina sin siquiera tomarse la molestia de llamar a su puerta.

Bruno al verla se levantó del sillón donde se encontraba, no sabía quién era esa mujer, hasta que le habló.

“Bruno, hijo”

Se sintió furioso al reconocerla.

“¿Hijo? Solo tengo una madre, se llama Mara Vitalli”.

“Hijo por favor tienes que escucharme”

Deborah lloraba.

Estaba fingiendo un dolor que en realidad no sentía.

Pensaba que si fuera actriz se ganaría un Óscar con aquella actuación.

“Salga de aquí señora, a usted se le olvido que soy su hijo por demasiados años, que extraño que ahora lo recuerde”

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