Presa entre tus brazos
Capítulo 78

Capítulo 78:

Se quedaron dormidos, después de unas horas, en las que repitieron una y otra vez todo aquello.

Por la mañana Bruno la observó dormir.

Seguía tan hermosa y bella como siempre.

Los años no habían hecho más que aumentar su belleza, cualquier hombre estaría orgulloso de tener a su lado una mujer como ella, solo que está ya estaba apartada y le pertenecía por completo.

Jamás dejaría que se volviera alejar de él, no le importaba que tuviera que hacer para conseguirlo.

Nicole despertó, enseguida sintió la calidez de sus brazos, volteó a verlo y se encontró con su mirada.

Nunca había notado lo expresivos que eran sus ojos, en ellos pudo ver todo el amor que estaba sintiendo.

Le sonrió dulcemente, él tomó su barbilla y la beso de nuevo, tenían por delante un largo día y pensaba aprovecharlo.

Nicole no pensaba dejarle las cosas tan fáciles a Bruno.

Durante años tuvo que pagar por algo que no hizo, mismos años en lo que él ni siquiera la quiso escuchar.

Recordó como él disfrutaba de su cuerpo y luego la rechazaba y humillaba de la peor manera.

Disfrutaría de sus caricias y su pasión, le haría creer que había caído rendida ante sus encantos, después cuando regresaran, lo haría ver su suerte.

Si en verdad había cambiado, y estaba dispuesto a todo por conquistar su amor, tendría que demostrarlo, no quería caer en sus redes y que después volviera a tenerla prisionera, eso le aterraba.

“¿En qué piensas?”

Le dijo Bruno acercándose a su espalda, mientras le daba un beso en el hombro y tallaba su espalda.

Ella que estaba inmersa en sus pensamientos, parada en la terraza, sonrió.

“En que tenías razón, el paisaje que se puede ver desde aquí, es realmente bello”.

Mintió.

No deseaba iniciar una discusión.

Sabía que la tendrían si decía lo que realmente pensaba.

“La vista que yo tengo desde aquí, es la mejor”

Sonrió coqueto.

“Te amo”.

Nicole escucho perfectamente lo que dijo, pero se hizo la desentendida.

Luego se alejó de él, dio la vuelta, entró en la habitación y se sirvió una copa.

Bruno se sintió dolido al verse ignorado.

“Veo que has tomado gusto por el vino”.

“Antes lo evitaba, muy pocas veces la vio tomando”.

“Así es, Leandro y yo acostumbrábamos tomar una copa cada tarde mientras charlábamos”

No pudo evitar suspirar mientras lo decía.

En ese momento la arruga que se formaba sobre la frente de Bruno se marcó mucho más, Nicole pudo darse cuenta de que estaba muy molesto.

“¿Tenías que mencionar a Leandro?”

Tan sólo escuchar ese nombre lo sacaba de sus casillas.

“Él es una parte muy importante de mi vida y siempre lo será y debes entenderlo, como él me trató nadie me ha tratado”, dijo mientras suspiraba de nuevo.

“¿Lo amas?”

Era una pregunta que quería hacer desde hace tiempo.

“¿Cómo piensas que voy a amarlo? Es mi hermano, le tengo un cariño muy especial, estuvo conmigo cuando más necesitaba de alguien que me apoyara, incluso estuvo conmigo en el momento que nació mi hijo”

Nicole se exaltó ante esa pregunta que le parecía estúpida.

“Yo hubiera estado ahí, pero no me lo permitiste, me hubiera gustado recibir a mi hijo cuando llegó a este mundo”.

“Sabes bien porque lo hice, no tengo que repetirte lo, podría enumerar una gran lista de las razones que tuve para hacerlo”.

Bruno optó por callar.

Había demasiado dolor en las palabras de Nicole.

Sabía que ella tenía razón.

De seguir, él saldría perdiendo.

Se sirvió una copa, luego se acercó a ella y la beso.

Nicole se alejó de él y se metió al baño dejando la puerta abierta.

Bruno entendió el mensaje, sonrió con malicia.

Luego entró en el baño y la encontró desnuda.

Hizo lo mismo, aventó su ropa a un lado, la bañera se estaba llenando, y ambos entraron en ella.

Bruno se metió en el agua, quedando acostado boca arriba, Nicole abrió sus piernas para quedar sentada sobre él.

Lo beso apasionadamente, está nueva faceta de mujer decidida le encantaba a Bruno.

Ella recorrió el cuello de él con sus labios, mientras con sus manos lo acariciaba, después de unir sus cuerpos comenzó a moverse cadenciosamente, Bruno la observaba.

Cada movimiento que ella hacía, provocaba en su cuerpo un placer infinito.

Sus gestos demostraban que también estaba disfrutando, con ella se sentía completo, miles de descargas eléctricas recorrían su cuerpo.

Más tarde, sintiéndose ya saciados de sus deseos, salieron del baño.

Bruno se quitó la toalla que llevaba alrededor de la cintura, se puso unos pants y una playera, Nicole se colocó una bata que encontró entre la ropa que Bruno había pedido a un empleado que dejara en la cabaña.

Al acostarse, enseguida se quedaron dormidos.

Por la mañana Bruno se despertó, y Nicole no estaba a su lado.

Pensó que estaría en el baño, espero un rato, y al ver que no salía se levantó para buscarla, el baño, pero estaba vacío.

Busco en la terraza, pero tampoco estaba.

Cuando salió vio que el auto había desaparecido.

“¡Demonios!”

Regresó a la cama, encontró una nota sobre la almohada.

[Lo siento mucho, no puedo permitirme enamorarme de ti de nuevo hasta saber que en verdad has cambiado, no quiero exponerme a que me vuelvas a hacer daño, le pedí a Dante que venga a recogerte, mañana te entregaré tu auto en la empresa].

“¡Carajo! Nicole, ¿Cuándo entenderás que te amo?”

Estaba desesperado.

Mo pensó que ella lo dejara abandonado en aquel lugar.

Dante llegó poco después.

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