Presa entre tus brazos -
Capítulo 77
Capítulo 77:
“No te preocupes, he hablado con mis padres, ellos lo cuidarán”.
“Bruno Leone, llévame de vuelta en este mismo instante”.
“¿Pará qué quieres regresar? ¿Para estar con Amadeus?”
“Eso a ti no te debe importar, tú y yo ya no somos nada, eso debes de entenderlo”.
“¿Quieres regresar para seguir bailando abrazada con él?”
“Si así fuera eso no te importa”.
“Claro que me importa, me has desafiado, ahora te voy a mostrar que es lo que sucede cuando te atreves a desafiarme”
Estaba demasiado molesto por su comportamiento en la fiesta.
“Firmamos el divorcio, ya no soy tu esposa, mucho menos tu propiedad; es hora de que lo entiendas”.
“Shhhh calla, guarda toda esa energía para más tarde”
Le dijo mientras ponía uno de sus dedos sobre los labios de Nicole y la veía a los ojos sugestiva mente, ella desvío la mirada inmediatamente.
Una hora después llegaban a su destino.
“¿En dónde estamos?”
En este punto ya se sentía mucho más asustada.
Habían salido de la ciudad y no tenía idea de dónde estaban.
“Breakneck Ridge, cerca del río Hudson”.
Bruno contestó tranquilo.
Él auto se adentró en una brecha, a los lados del camino solo había árboles, se detuvo frente a una hermosa cabaña.
“Desde la terraza de este lugar, se pueden ver unos amaneceres espectaculares”.
“Bruno, no quiero estar aquí contigo, debes entender que lo nuestro ha terminado”
“Eso no me pareció la otra noche cuando estaba dentro de ti”
Le contestó mientras sonreía con amargura.
“Has bebido demasiado, regresemos, yo manejare”.
No podía creer que fuera capaz de hacerle eso.
No entendía que por la fuerza no conseguiría nada con ella.
“De ningún modo, he rentado la cabaña por dos días, he pedido que nos trajeran víveres y algo de ropa, así que tendremos todo lo necesario”.
“No puedo creerlo, en verdad que no, ya lo tenías planeado, como siempre haces tu voluntad sin importar sí haces daño”
Se sentía frustrada.
Nicole entró en la cabaña de mala gana.
El lugar era acogedor, tenía lo necesario, una gran chimenea ubicada en una pequeña sala, una cocineta, un baño y una cama.
“Dormirás en el sillón”, dijo molesta.
“No, los dos dormiremos en la cama”.
“No señor, no lo haremos”
Bruno empezó a desvestirse.
Nicole abrió los ojos desmesuradamente.
“¿Qué estás haciendo?”
“No lo ves, me estoy desvistiendo, no creerás que dormiré enfundado en este traje, además no es como que antes no me hayas visto”.
“Yo dormiré en el sillón”
Cruzó los brazos molesta.
“De ningún modo, te he dicho que dormiremos los dos en la cama”.
Bruno se quitó la ropa, quedando solo en ropa interior.
Luego se acostó en la cama y puso un brazo bajo su cabeza, con su otra mano, golpeó un lado de la cama.
Estaba invitando a Nicole a ir junto a él.
Ella lo observó con él rostro enrojecido.
No podía creer el descaro de ese hombre.
Maldijo a sus hormonas que la estaban traicionando, eran las culpables de que se sintiera acalorada al ver todos esos músculos.
“¿Dormirás con ropa?”
“Sí”
Respondió con evidente nerviosismo.
“Como quieras”
Ese no era un problema para él, sería muy fácil quitársela.
Nicole se acostó a su lado dándole la espalda.
Él la cubrió con una manta.
La noche era fría, la abrazo y subió su pierna sobre ella, así se quedó dormido.
Ella no podía dormir.
No sabía si era por el peso de Bruno o porque su cercanía la hacía tener pensamientos indebidos.
Se hizo hacia atrás pegándose mucho más a él, con el movimiento se dio cuenta que cierta parte de él despertó, aunque aún continuaba dormido.
Segundos después Bruno despertó al sentirla inquieta.
“¿No puedes dormir? ¿Necesitas algo?”
Sonrió con malicia.
“¡Al carajo!”, exclamó mientras se volteaba para besarlo.
“Sabes que no puedes resistirte, así como yo no puedo hacerlo”
Le dijo para después morder el lóbulo de su oreja.
Tal como él lo había pensado, quitarle la ropa fue realmente fácil.
Se entregó a él sin reservas.
Sus caricias la enloquecían.
Jamás había estado con otro hombre, no sabía si sentiría lo mismo si lo hiciera, pero no creía que alguien más pudiera provocar en su cuerpo esas sensaciones, como Bruno Leone lo hacía.
Él recorrió su cuerpo, con sus labios y sus manos, la lleno de caricias, fue bajando poco a poco hasta abrir sus piernas.
Colocó su rostro entre ellas, Nicole sintió el profundo placer que le producía con los movimientos de su lengua.
Menos mal que no había nadie más cerca, porque aunque intentó cerrar su boca, no pudo callar los g$midos que de ella salían.
Momentos después, cuando Bruno intensificó el ritmo.
Sintió que flotaba.
Después se sintió estallar en miles de fragmentos.
Enseguida él entró en ella, la necesitaba, nunca había dejado de hacerlo desde la primera vez que estuvieron juntos.
Sólo que actuó tontamente dejándose llevar por su ego.
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