Presa entre tus brazos
Capítulo 74

Capítulo 74:

“Muy bien pensado hijo, quitaremos a esa mujer, a su madre y a su hijo de en medio, nadie podrá quitarme lo que me pertenece, he trabajado muy duro para que la empresa llegara hasta donde esta, no es justo que me la quieran quitar”

Se sentía feliz de tener en su hijo un aliado.

Leandro observaba a su padre sin poder creer lo que escuchaba.

¿En qué momento se había convertido en esa basura?

Por ahora le daría por su lado para que no sospechara que estaba a favor de Nicole.

“Tienes razón, la empresa te pertenece por derecho, ya veremos como logramos hacer para que la conserves”

Sergio sonrió.

Con la ayuda de su hijo todo sería mucho más fácil.

Ajena a los planes de Sergio, Nicole llegaba al corporativo.

Alizza ya se encontraba ahí, y la chica al verla se acercó a ella.

“Buen día señora, le debo una disculpa, mi comportamiento no ha sido el adecuado, me pasé un poco de copas, nunca había tomado”

Mintió para intentar justificarse.

“No te preocupes, el alcohol no es buen consejero para nadie, en todo caso es con Bruno con quien tendrías que disculparte, es el quien está molesto”.

“Lo sé, más tarde lo haré, espero el Señor Bruno pueda perdonarme”.

Nicole se disculpó, tenía demasiado trabajo, no podía retrasarse.

La Bruno llegó poco después, entró enseguida a su oficina, y Alizza al verlo fue tras de él.

“Señor, necesito hablar con usted sí me lo permite”.

“Ahora no es el momento, tengo que entregar unos documentos muy importantes en una hora y aun no los tengo”

Esa chica tenía la facilidad de alterarlo.

Lo peor era que donde quiera se aparecía.

“Está bien señor, regresaré en otro momento”

La chica salió de ahí con lágrimas en los ojos.

No entendía porque la trataba así desde el primer día.

Ella solo trataba de agradarle.

Bertha al verla en ese estado se acercó a ella, por lo visto no entendía que no debía de acercarse a su jefe.

“¿Qué ha pasado?”

“Intente disculparme por lo que pasó el fin de semana, pero no me ha dejado, prácticamente me corrió de su oficina, no sé por qué no me tolera”.

“Mira niña, te voy a dar un consejo para que te evites sufrimiento, aléjate del Señor Bruno, está muy enamorado de la Señora Nicole, todos estos años no lo he visto con alguna otra mujer, él solo piensa en ella”.

“Pero se han divorciado”

No entendía como era que aún seguían juntos.

“Es verdad, pero el señor está empeñado en reconquistarla, tienen un hijo y eso los une aún más”.

La chica se alejó de Bertha.

Ella sabía que pronto Nicole y Santi ya no estorbarían más a sus planes.

Bruno salió de su oficina en ese momento.

“Bertha, dígale a Nicole que venga a mi oficina”.

“Enseguida señor”.

Alizza hizo un esfuerzo por ocultar su molestia, para Nicole si tenía tiempo su jefe.

Muchas de las empleadas del corporativo odiaban en secreto a Nicole.

La envidiaba porque tenía el amor de Bruno, ante sus ojos era el hombre perfecto, era guapo, exitoso, y millonario.

Lo que más les molestaba era que Nicole no sabía apreciar todo eso.

Si al menos esa mujer desapareciera para siempre, él se fijaría en alguna de ellas.

Nicole ajena a todo eso, entró en la oficina de Bruno.

“¿Necesitas algo?”

“¿En verdad quieres saber lo que necesito?”

Le Dijo acercándose demasiado a ella.

Luego pegó su boca a su oreja y con una voz ronca preguntó:

“¿Por qué siempre huyes de mí?”

“Yo no estoy huyendo”

Le contestó intentando no mostrar su nerviosismo.

“Pues a mí me parece que lo estás haciendo, sabes que extraño la suavidad de tu piel, el sabor de tus besos, y ese sonido tan especial que haces cuando estoy dentro de ti”

Tomó su mano y la puso sobre su pantalón.

“Siente como me pones, sé que aunque lo niegues, tu sientes lo mismo al estar cerca de mí”.

Acercó su boca peligrosamente a la de ella.

El rostro de Nicole se puso completamente roja.

Por instinto lo empujó para alejarlo.

“No estés jugando Bruno, estamos en la oficina, ¿Para qué me has llamado?”

No podía creer que fuera tan descarado.

“Sabes bien que yo no juego, estoy hablando muy en serio”

Su voz se escuchaba aún más ronchas.

Sus pupilas estaban dilatadas por el deseo.

Deseo que sólo ella despertaba.

“Si no me necesitas para algo relacionado con el trabajo, me voy”.

Se dio la vuelta para salir.

Bruno suspiro antes de hablar, intentaba recomponerse.

“Nos ha llegado una invitación de Amadeus para un evento de su empresa el sábado por la noche, bueno dos, aquí está la tuya, traen pases dobles, pero me gustaría que fueras conmigo”

Nicole tomó la invitación.

“Lo siento Bruno, ya sabía sobre el evento, le he pedido a Max que sea mi acompañante”, contesto tajante.

“Así que irás con Max, me parece perfecto”

Le dijo mientras apretaba sus dientes.

Estaba molesto.

Muy molesto.

No podía creer que prefiriera a ese chico.

“Si no me necesitas para nada más, me retiro”

Se dio la vuelta y salió rápidamente de la oficina.

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