Presa entre tus brazos -
Capítulo 72
Capítulo 72:
Bruno estaba harto, intentó retirarse, pero Alizza tomó su rostro entre sus manos e intentó besarlo, era más de lo que él podía soportar, así que la empujó fuertemente.
La chica cayó sobre un sillón, y enseguida empezó a llorar.
La madre de Bruno se acercó a ella.
Le empezó a hablar para intentar calmarla.
Alizza lloraba con mucho sentimiento.
“Vamos hija, estás un poco mareada, te llevaré a tu habitación, necesitas descansar”
Alizza obedeció, se retiró con ella sin dejar de llorar.
Bruno estaba demasiado molesto.
Tendría que ponerle las cosas claras a esa chica, no quería tener problemas con Nicole, aunque a ella parecía que no le importaba.
Nicole por su parte había logrado controlarse, cuando vio que aquella chica intentaba besarlo.
Estuvo a punto de acercarse para ponerla en su lugar, pero tuvo que respirar profundamente para no hacerlo.
“Vaya hermanito, eres todo un rompe corazones”.
A Dante le había divertido aquella escena, ya que podría molestar con eso a su hermano.
“No bromees con eso Dante, es tan solo una chiquilla, está confundida, hablaré con ella para evitar problemas, no quiero que se haga ilusiones falsas conmigo”.
Dante se alejó.
Bruno últimamente andaba muy gruñon.
El rubio se acercó a Sophie, la tomó por la cintura con uno de sus brazos, y la llevó hasta el centro del lugar.
“Familia tengo algo muy importante que anunciar, esta bella mujer y yo, pronto nos vamos a casa”
Tocó con su mano el v!entre de la chica.
“Dentro de unos meses nos convertiremos en padres”.
Sophie se puso tan roja como un tomate.
Los padres de Dante se quedaron estáticos.
No reaccionaban.
Sophie se puso nerviosa.
Pensó que no les había agradado la noticia, pero después de un momento, René logró reaccionar.
“No lo puedo creer, alguien deme un pellizco, creo que estoy soñando, hijo que alegría me da saber que te has enamorado”.
Su madre se acercó y lo abrazó.
Después lo hizo con Sophie.
Había pensado que quizá su hijo jamás se volvería a enamorar, que la rubia sería tan solo una conquista más y ahora hasta un nieto le iba a dar.
“En verdad chicos, me han hecho muy feliz con esta noticia”
Mara estaba al punto de las lágrimas.
Un nieto más venía en camino.
Amadeus aprovechando que la atención de todos estaba sobre la pareja, y se acercó a Max.
“¿Estás interesado en Nicole?”
“Eso a ti qué más te da”, contestó groseramente.
“Simple curiosidad”.
“¿Sabes lo que es ser un buscavidas?”
“No”.
“Es alguien que pretende averiguar lo que no debería importarle”.
“Jajaja, ¿Así que soy un buscavidas?”
A Amadeus lejos de molestarle aquello, le pareció gracioso.
Max lo miró extrañado.
¿En verdad le divertía que le llamara buscavidas?
Noah se acercó a ellos, llevaba en sus brazos a su nieto.
“Tío Max, ¿Quieres jugar?”
“Claro que sí”.
“Yo me esconderé y tú me buscarás”.
“Me parece bien, cubriré mis ojos y contaré hasta diez lentamente, no puedes alejarte ni subir las escaleras, tendrás que esconderte tan sólo en esta área”.
“Ok tío”.
Él pequeño corrió rápidamente.
No vio muchos sitios donde pudiera esconderse, pensó que dentro de la piscina, Max no lo encontraría.
Él era muy bueno aguantando la respiración bajo el agua.
Sin duda así ganaría el juego.
Todos los adultos estaban distraídos mientras conversaban, Max con los ojos cerrados aún contaba.
Santi entró en la piscina, recordaba que su madre le había dicho que era muy profunda, que él solo debería entrar en el chapoteadero, pero ahí Tío Max lo encontraría muy pronto.
Bajo las escaleras de la piscina, camino poco a poco hasta quedar de puntillas, tomó aire y sumergió su cabeza, estaba parado en el límite.
El espacio después era muy profundo.
Se movió un poco, sus pies se deslizaron cayendo en lo profundo, intentó salir a flote, pero no pudo.
Max terminó de contar, y se dedicó a buscarlo, sin lograr encontrarlo.
De pronto se escuchó un grito.
Emma vio al niño flotando dentro de la piscina.
Bruno se aventó al agua, tomó a su hijo y lo sacó de la piscina.
Nicole corrió a donde su hijo se encontraba.
No pudo moverse ni hablar.
Su cuerpo no reaccionaba.
El pequeño ya no respiraba, su piel estaba demasiado pálida.
Bruno inmediatamente colocó a su hijo sobre una superficie plana, puso la palma de su mano un poco más abajo de su pecho y comenzó a realizar compresiones rápidas, inclinó su cuello un poco hacia atrás y empezó a darle respiración de boca a boca.
Después de unos segundos, el niño comenzó a respirar.
Empezó a toser y a sacar agua por la boca.
Nicole que se había quedado inmóvil, en ese momento se desmayó.
La impresión de ver así a su hijo, fue demasiado para ella.
Amadeus la sostuvo para que no se cayera.
Luego la cargo y la subió a su recámara.
Bruno hizo lo mismo con su hijo, lo acostó junto a Nicole y enseguida llamó a un médico.
Los invitados se despidieron después de saber que todo había quedado tan sólo en un susto, sabían que la familia necesitaba privacidad en esos momentos.
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