Presa entre tus brazos -
Capítulo 69
Capítulo 69:
“Nunca me había pasado”, dijo el ruso.
Max se detuvo y volteó a verlo.
“¿Qué?”, preguntó curioso,
“Lo que me pasa contigo, estoy seguro de que me gustan las mujeres, pero tú eres el demonio que llego a poner mi mundo de cabeza”
Max sintió que un escalofrío recorría su cuerpo.
Cuando vio que Amadeus se acercaba a él, se giró y prácticamente se alejó corriendo, agitado entró en su habitación.
Luego cerró la puerta y le puso llave.
Amadeus sonrió.
Le hizo gracia la reacción del chico.
Esa tarde cuando lo vio junto a Nicole, es lo que le hubiera gustado hacer, salir corriendo.
…
Por la mañana, cuando Bruno despertó y Nicole ya no estaba a su lado.
Él tomó la almohada y aspiró su aroma.
Al voltear, encontró una nota junto a él.
[Olvida lo que pasó, no debió ocurrir, sigamos como hasta ahora, por favor].
“¡Demonios!”
Maldijo en voz alta.
“No puede hacerme esto, no se lo voy a permitir, estoy seguro que lo hace por las tantas veces que yo se lo he hecho, esta es su venganza para hacerme pagar”.
Se levantó y se dirigió hacia su habitación.
Salió como había entrado, por el balcón, lo hacía por ella, no porque a él le importara que se enteraran que habían pasado la noche juntos.
Se dio una ducha, se puso unos pantalones cortos y una playera, se calzó unas sandalias, después bajó, todos ya estaban desayunando, Dante lo saludo.
“Buenos días dormilón, estuve tocando en tu habitación, duermes como piedra”.
“Es que no pude dormir, mi noche fue muy agitada”, dijo mientras volteaba a ver a Nicole, quién desvío la mirada.
En ese momento le hubiera gustado darle un punta pie para que se callara.
“¡Papá! Mira, mamá me ha hecho panqueques con formitas de animalitos”
Exclamó Santi, estaba visiblemente emocionado.
“¡Qué bien!”, dijo mientras lo alzaba entre sus brazos.
“Papá, ¿Sabías que el abuelo ronca? Es divertido escuchar sus ronquidos, tienen mucho ritmo”.
Todos rieron.
René se acercó y quitó al niño de los brazos de Bruno.
“Así que es divertido escucharme roncar mientras duermo”
Le dijo al pequeño mientras le hacía cosquillas.
“Sí abuelo, pareces un dinosaurio, jajaja”, contestó mientras reía por la sensación que le causaban las cosquillas.
…
Más tarde, ya casi al mediodía, Sophie convenció a Nicole de nadar en el mar.
Las chicas se quitaron los pequeños vestidos de playa, dejando al descubierto los diminutos bikinis que llevaban puestos.
Bruno, Amadeus y Max, como por inercia pusieron su mirada sobre el cuerpo de Nicole, sus formas eran perfectas.
Bruno con molestia noto que no era el único que la veía.
“Deberías cubrirte un poco”.
Bruno se acercó, ofreciéndole un pareo.
No le gustaba que nadie más la viera con tan poca ropa.
“Ya tú, ni que estuviera desnuda, no estamos en la época de las cavernas”, exclamó Sophie molesta, mientras tomaba la mano de Nicole para dirigirse hacia la playa.
Dante que estaba tomando un cóctel, sentado frente a la barra.
Él sonrió, Sophie no solía guardarse lo que pensaba.
Eso al contrario de molestarle le agradaba.
Bruno pensó en ir con ellas, pero una pequeña mano lo detuvo.
“¿Podemos hacer castillos de arena?”, preguntó Santi, mientras entrecerraba sus pequeños ojos para protegerse de la claridad, en su otra mano llevaba un cubo con palas y pequeños moldes en forma de animales marinos.
“Si hijo, vamos”
Al ver el pequeño rostro de su hijo, no pudo negarse, aun cuando lo que deseaba era entrar al agua con Nicole.
Alizza observaba todo con atención.
Ella se encontraba sentada junto a su padre.
El hombre conversaba alegremente con René, sin saber todo lo que pasaba por la cabeza de su hija.
La chica se paró y se dirigió hacia la playa.
Luego se sentó en la arena junto a Bruno.
Tomó una pequeña pala y comenzó a cavar.
Santi arrugó el entrecejo.
Hacia el mismo gesto de su padre cuando algo le molestaba.
“Hola Santi, ¿Puedo hacer castillos de arena con ustedes?”, pregunto mientras sonreía.
El niño se le quedó mirando detenidamente antes de contestar.
Algo en esa chica no le agradaba.
“Está bien, pero has tu propio castillo, este es de papá y mío”
Bruno se quedó callado.
Sí hubiera sido cualquier otra persona hubiera llamado la atención a su hijo, pero entendía que la chica tampoco le agradaba.
Alizza se sintió sumamente molesta, pero lo ocultó.
Ya vería ese niño cuando ella logrará conquistar a su papá.
Empezó a formar un castillo justo al lado del de ellos.
Por el momento se conformaba tan sólo con poder ver a Bruno, sentía que tarde o temprano se fijaría en ella.
Solo tenía que seguir tranquilamente su plan y dominar sus emociones.
Nicole no sabía lo que le esperaba, pensar en eso la hizo sonreír.
Los padres de Nicole estaban reunidos.
Rina expresaba la preocupación que sentía por su hija, en varias ocasiones sintió que era vigilada, por lo que Gío aumento la seguridad.
“Debemos aumentar la seguridad de nuestra hija, debe ser como hasta ahora, sin que lo note, igual la de mi nieto, estoy segura de que algo trama Sergio, no quiero que mi hija se entere de lo que esta pasando”.
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