Presa entre tus brazos
Capítulo 65

Capítulo 65:

Las dos chicas empezaron a bailar alrededor de él.

Una de ellas, abrió un poco los botones de su camisa, lo acarició suavemente, enseguida otra se sentó sobre él con las piernas abiertas, le quitó completamente la camisa.

Max sudaba copiosamente.

Volteó a ver hacia una de las mesas y ahí estaba aquel hombre observándolo fijamente.

Saber que aquel hombre observaba atentamente como aquellas chicas lo acariciaban, lo hizo excitarse.

En ese momento olvido la pena y se dedicó a sentir.

Una de ellas se quitó la pequeña blusa, quedando en topples.

La chica rubia tomó una copa que contenía un líquido rosa; se le dio a la morena quien lo puso en su boca.

Luego lo vertió sobre la boca de Max.

Él lo tomó, tenía un sabor ligeramente dulce.

Las chicas siguieron bailando mientras lo acariciaban y a la vez se quitaban la poca ropa que les quedaba.

Así continuaron hasta quedar completamente desnudas.

Cuando la música paró, se retiraron del lugar.

En ese momento, Max se sintió expuesto.

Luego se levantó, y tomó su camisa.

Después se dirigió rápidamente hacia el baño.

Él hombre aquel lo siguió de nueva cuenta.

Cuando iba a cerrar la puerta lo detuvo, y entró tras de él.

“Hola”, dijo con una voz muy ronca.

Max no pudo articular palabra.

Solo intentó salir de ahí, pero no pudo.

Sus pies no respondieron.

Parecía que se habían pegado al suelo.

Aquel hombre lo miraba directo a los ojos.

Eso lo ponía más nervioso.

Pudo ver en los ojos de aquel hombre algo que le pareció extraño.

“Yo…”

Intentó decir algo, pero el extraño hombre colocó un dedo sobre su boca para hacerlo callar.

“Shhhhh”

Se acercó aún más a él.

Sus bocas estaban muy cerca.

Max volteó hacia un lado.

Él hombre lo tomó por la barbilla.

Luego lo besó apasionadamente.

En ese momento entró un hombre.

Al verlos salió inmediatamente, no pensó encontrar aquella escena dentro de un bar donde se acudía a ver a chicas bailar y desnudarse.

Max empujó a aquel hombre y salió inmediatamente.

Él otro hombre se quedó pensativo.

¿Qué demonios le pasaba cuando veía a ese chico?

Afortunadamente el hombre que entró y los vio, era un completo desconocido y no uno de sus socios.

Regresó a su mesa, buscó con la mirada, pero ya no encontró al chico, había huido como la vez pasada.

Tenía que saber de quién se trataba.

Buscaría un nuevo investigador, no llamaría al que habitualmente trabajaba para él, no quería que se enterara.

Siempre le había pedido que investigará a mujeres que le interesaban, justo horas antes le había pedido que investigará a cierta persona que le gustaba.

Mientras tanto en otro lugar…

Nicole llegó por la noche a su casa.

Se sentía estresada y fatigada.

Aun así le dedico tiempo a su hijo.

Lo baño y le hizo de cenar.

Después lo llevó a su recámara y leyó para él varios cuentos, los que más le gustaban.

Cuando se quedó dormido, ella se fue a su recámara.

Luego entró a su baño, lleno la tina con agua tibia y se metió en ella.

Puso música suave, y se quedó ahí hasta que se sintió relajada.

Tenía que organizar su vida.

No dejaría que la separación con Bruno la afectará.

No de nuevo.

Mientras tanto en otro lugar…

Bruno se encontraba en su habitación.

Estaba parado frente al cuadro de Nicole.

Quiso quitarlo para que ya no lo atormentara, pero algo en su interior lo detuvo.

No podía.

No sabía si algún día podría sacarla de su corazón.

Quizá eso nunca sucedería.

Él trataría de conquistarla, así le llevará toda una vida lograrlo, o más.

Los padres de Bruno ya tenían todo listo para la reunión en su casa de la playa.

Querían que toda su familia y amistades más cercanas conocieran a su nieto, estaban locos por Santi.

Él que sería su único heredero, quedaría a cargo de todos por ser el mayor, tendría la responsabilidad de ver por el bien de los otros nietos que tuvieran, así funcionaban las cosas en su familia.

Los invitados se darían cuenta de que Santi era un Leone nada más al verlo.

Habían mandado a hacer un gran cuadro para ponerlo en la sala, en él estaba la imagen de Bruno cuando era pequeño y la de su nieto.

Definitivamente parecían la misma persona.

Llegado el fin de semana todos se dirigieron hacia la casa de la playa.

Estaba ubicada en la zona de los Hamptons, la casa principal contaba con ocho dormitorios y siete baños, sauna, una piscina cubierta y otra descubierta, también contaba con otra gran construcción donde se hospedarían los invitados.

Uno a uno fueron llegando los invitados.

Nicole, Santi y Sara fueron casi los últimos en llegar.

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