Presa entre tus brazos -
Capítulo 66
Capítulo 66:
Faltaban tan solo algunos invitados.
Entre ellos Sophie y Max, llegarían más tarde con Dante.
Nicole se alegraba que las cosas entre Sophie y Dante se habían arreglado.
Al parecer la relación entre esos dos iba a funcionar.
Esperaba que así fuera ahora que iban a ser padres.
Al finalizar la fiesta de presentación de Santi, anunciarían su boda y el embarazo de Sophie.
Santi estaba emocionado por conocer a tantas personas agradables.
Al principio se había sentido incómodo, pero ya se estaba acostumbrando.
Los invitados, al ver el cuadro donde estaba junto a su padre se quedaban impresionados, eran exactamente iguales.
Después de un par de meses, Nicole por fin se había vuelto a reunir con sus padres, a Sondra por supuesto que no la habían invitado.
Se podía quedar con su veneno, pero muy lejos de ella.
A los demás invitados les llamaba la atención que tenía dos madres y dos padres, querían saber y no dudaban en preguntarle, rehuía de esas personas, no podía andar por ahí dando explicaciones a todos.
Dante, Sophie y Max llegaron poco después.
Max se acercó a Nicole.
La saludó efusivamente con un beso en la mejilla y un fuerte abrazo.
Bruno estaba recargado en la baranda de la amplia terraza.
Desde ahí observó aquella escena.
Una gran arruga se marcó en su frente.
Aparecía siempre que se disgustaba, era imposible que pudiera evitarlo, podía contener sus palabras, pero sus gestos.
Se sorprendió al ver que llegaban Alizza y su padre, la chica fue directo a donde él estaba, puso rostro de enfado pues la chica no le agradaba.
“Buen día Señor Leone, espero que no incomode nuestra presencia, sus padres nos han invitado”
Le dedico una tímida sonrisa.
“No se preocupe son bienvenidos”.
No tenía otra opción más que ser amable, eran invitados de sus padres.
…
Más tarde Bruno y su padre se hicieron cargo de la parrilla.
La comida era sencilla, carnes y hamburguesas, acompañadas por ensaladas.
Nicole se dio cuenta de que él único niño en el lugar era su hijo.
“Vaya, una fiesta para un niño, sin niños”.
“Las amistades de mis padres tienen hijos en su mayoría adolescentes o adultos, y otros no han querido tenerlos”, contestó Dante.
Cómo siempre que se reunían, los amigos bromeaban y reían mientras convivían.
Bruno se sentía excluido.
Santi se la pasaba bien junto a sus abuelos que habían encendido una fogata para que asara malvaviscos.
Todos los orgullosos abuelos estaban reunidos en torno a él.
Ya casi al anochecer, llegó otro invitado.
Fue recibido por el padre de Bruno, que lo saludó con un fuerte abrazo.
“Muchacho no sabes el gusto que me da verte después de todos estos años, al verte, sentí como si estuviera viendo a tu padre”.
“El gusto es mío Señor Leone, mi padre siempre me habló de la gran amistad que los unía”.
“A pesar que tuvo que regresar a su país, mantuvimos el contacto, nos visitábamos de vez en cuando”.
Se dirigieron hacia donde estaba Bruno, quien lo saludó fríamente, después se dio la vuelta y se alejó de ahí.
“Una disculpa, mi hijo suele ser poco amistoso”, dijo apenado.
Ese hijo suyo nunca entendería.
“Me he dado cuenta”.
Max volteó hacia dónde se encontraba el padre de Bruno y el recién llegado.
La bebida que acababa de tomar salió disparada de su boca.
Nicole le dio pequeños golpes en la espalda para que pudiera recuperar el aliento.
El barullo que provocó aquello llamó la atención del recién llegado.
Se dirigió hacia allá para saludar a Nicole.
“Hola Nicole, un gusto verte”.
“Hola”.
Extendió su mano para saludarlo.
Él la tomó y se acercó para saludarla con un beso en la mejilla.
En ese momento notó al chico frente a él.
Mil colores pasaron por su rostro para después quedar tan blanco como el papel.
Nicole volteó a ver a uno y a otro.
Pudo notar tensión y rigidez.
“¿Ustedes se conocen?”, preguntó curiosa.
“¡No!”
Contestaron al unisonó.
“Él es mi amigo Máximiliam, él es Amadeus”, dijo dirigiéndose a uno y otro.
Amadeus fue el primero en reaccionar.
Después de maldecir en silencio, saludo a Max cortésmente.
“Un gusto conocerte”.
Max extendió su mano para contestar el saludo, cuando Amadeus apretó su mano, no pudo evitar sentir que una fuerte corriente eléctrica invadía su cuerpo.
Alejó su mano rápidamente.
No podía ser posible que le estuviera pasando eso.
No él.
Amadeus tenía el mismo dilema.
¿Qué demonios era lo que le ocurría cada vez que estaba cerca de ese chico?
Jamás le había pasado algo así.
Las mujeres le seguían gustando, pero no entendía que le estaba pasando.
Nicole presentó al ruso con Dante y Sophie, quienes lo saludaron amistosamente.
Dante era un chico de excelente carácter.
Enseguida se puso a platicar con Amadeus.
Él noto que era muy diferente de su hermano.
Más tarde la madre de Bruno se acercó a Nicole para decirle que Santi se había quedado dormido, que no se preocupara que ella lo subiría a la recámara y se quedaría a su lado.
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