Presa entre tus brazos -
Capítulo 45
Capítulo 45:
Bruno escuchó la confesión de Nicole.
Estaba seguro que lo que decía era verdad y no un simple delirio producto del estado en el que se encontraba.
Escucharla decir que lo odiaba le provocó dolor, pero entendía, lo que él sentía no era nada comparado con lo que ella debió sentir cada vez que la humillaba.
Intentó tranquilizarla, pero era imposible.
Ella lloraba, un rato después tuvo que orillarse.
Nicole tenía arcadas, abrió la puerta del auto y sostuvo su cabeza mientras ella vomitaba, para su mala suerte sus zapatos fueron cubiertos de algo extraño.
Sacó una botella de agua, limpio el rostro de Nicole con un paño húmedo, le dio a beber una poca de agua para que enjuaguara su boca y después limpio sus zapatos.
Decidió llevarla a su mansión, su estado era inconveniente y no quería que su hijo viera a su madre así.
Llamó a Sara para avisarle la situación.
Al llegar, la tomó de nuevo entre sus brazos, la llevó hasta su habitación y la colocó delicadamente sobre la cama.
Le quitó los zapatos y la cubrió con una manta.
Él dormiría en otra habitación, se dio la vuelta para irse, en ese momento, Nicole abrió los ojos, lo agarro de la camisa y lo jaló hacia ella, lo besó de tal manera, que Bruno estuvo a punto de dejarse llevar por las sensaciones que estaba sintiendo, solo ella era capaz de despertar en él todo aquello.
Haciendo un gran esfuerzo para resistirse, se retiró de ella y salió de prisa de la habitación, se dio una ducha de agua helada.
Intentó dormir, pero le fue imposible, tan solo el saber que ella estaba tan cerca, lo ponía nervioso, sobre todo al recordar lo que ese beso le hizo sentir.
Por la mañana, Nicole se despertó, a pesar del terrible dolor de cabeza, se dio cuenta de que estaba en un lugar extraño, se levantó de inmediato, enseguida se dio cuenta de que estaba en la habitación de Bruno.
Seguía igual que antes, no había cambiado nada, pudo ver que frente a la cama, había una gran cuadro, se reconoció en la imagen de aquella pintura, no entendía la razón por la que Bruno la tendría, él entró y la encontró parada frente a la gran pintura.
Había olvidado por completo que al llevarla ahí la vería.
Ella volteo a verlo cuando se dio cuenta de su presencia.
“¿Por qué tienes un cuadro con mi imagen?”
No entendía la razón.
Se suponía que estaba enojado con ella.
“Lo mande a hacer cuando regrese de ver a tus padres en Australia, cuando vivías conmigo tome una foto en alguna ocasión sin que te dieras cuenta”.
“Eso no responde mi pregunta ¿Por qué lo hiciste?”
“Extrañaba tu sonrisa”, contestó completamente apenado.
En aquella imagen, Nicole sonreía.
“No me siento cómoda al saber que frente a tu cama tienes una imagen mía, es incómodo además de raro”.
“Lo siento en verdad, pero no pienso deshacerme de ella, se convirtió en mi única compañía en todas esas noches de insomnio sin saber de ti, para mi es invaluable”.
Nicole guardó silencio por un momento, como siempre sería inútil discutir, después recordó que no sabía qué hacía ahí.
“¿Cómo es que llegué aquí?”
“Tomaste un poco más de lo debido, pensé que no sería apropiado que Santi te viera en ese estado”.
“Siento mucho el inconveniente, pediré un taxi para que me lleve a casa, afortunadamente hoy es domingo y no hay que ir a la oficina”, dijo mientras ponía ambas manos sobre su cabeza.
Bruno extendió un vaso que contenía un líquido blanco, con burbujas.
“Toma esto, te ayudará con eso, créeme”
“Gracias”
Lo bebió rápidamente.
“Te llevaré a tu casa, me sentiré más tranquilo si lo hago, solo espera un momento, me daré un baño rápidamente”.
“Gracias”
En realidad, en ese estado, no tenía ganas de discutir.
…
Unos minutos más tarde, Bruno tocó la puerta, ella abrió, después bajaron.
“Han preparado un delicioso desayuno, sé que ahora no querrás comer, pero te ayudará bastante para mitigar el malestar”.
“Si eso me ayudará con esto, acepto”.
Bruno sonrió.
Se veía que estaba sufriendo terriblemente, pero le alegraba el que aceptará desayunar con él.
Le sirvieron un desayuno ligero, sintió que recuperó fuerzas después de comerlo.
Recordó que Nanny le dijo que desde su partida, Bruno tomaba diariamente, era lógico que supiera que con lo que le sirvieron se sentiría mejor.
“Gracias por pedir que prepararan esto, en verdad me ha ayudado”.
“Por experiencia propia, sé que ayuda a disminuir el malestar”.
Nicole se distrajo un momento pensando en lo raro que era aquello.
Estaban hablando como dos personas civilizadas, no como siempre lo hacían.
Subieron al auto, Bruno puso música a bajo volumen, comenzó a cantar en voz baja: Gold de Tolan Shaw.
En realidad la letra expresaba todo lo que le quería decir, pero no se atrevía a decírselo a ella.
Nicole nunca lo había escuchado cantar, lo hacía muy bien, cerró sus ojos y se concentró en escuchar el timbre de su voz.
Él manejó lo más despacio posible, le hubiera gustado que la distancia fuera más larga, para poder estar más tiempo junto a ella.
Al llegar a la casa de Nicole, Bruno bajó para abrir la puerta, la tomó de la mano y la ayudó a bajar.
“¿Puedo ver a Santi? Me gustaría pasar un rato con él”.
“Claro, pasa”.
El niño estaba en la sala en compañía de Sara.
Al ver a su papá corrió a abrazarlo.
Él lo levantó, cargándolo entre sus brazos.
“Papá, ¿Mamá se ha quedado contigo?”
Nicole se ruborizo, porque Sara la veía atenta, esperando que contestara esa pregunta.
“¿A mamá no la vas a saludar?”
“Claro que sí mamá”, dijo, Bruno se acercó a ella y el pequeño depositó un tierno beso, en su mejilla.
Nicole subió para bañarse.
Bruno y Santi, se quedaron en la sala, jugando videojuegos.
Poco tiempo después el timbre de la puerta se escuchó.
Sara se apresuró a ver quién era, al ver a Leandro parado frente a ella.
Ella lo saludo efusivamente.
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