Presa entre tus brazos -
Capítulo 42
Capítulo 42:
“¿Puedes dejarme sola por favor?”, dijo sin poder evitar las lágrimas que corrían por su rostro, eso indicaba que Leandro seguía sufriendo por ella.
Bruno agacho la cabeza y se retiró de ahí.
El corazón le dolía, imaginó el significado que tenían esas rosas para ella, se acercó al escritorio de Bertha.
“Marca a la florería, que suspendan las rosas rojas que había mandado a pedir”
Se sentía tonto, que era un ramo de rosas comparado con todo aquello.
“Enseguida señor”
Bertha pudo notar su tristeza, al principio pensó que él había enviado todas aquellas rosas, ahora sabía que no.
Más tarde, avisó a Nicole que la estaban esperando en la sala de juntas.
Ella tomó una carpeta y se dirigió hacia allá.
Al entrar ya todos se encontraban ahí.
“Buenos días”, saludo educadamente.
“Buenos días”, contestaron los ejecutivos al unísono.
Bruno ya se encontraba en su lugar.
La observaba atentamente mientras sostenía en su mano un lápiz con el que jugaba, dándole vueltas.
Le hizo un ademán para que se acercara a él.
Ella se dirigió hacia allá rápidamente.
Bruno se levantó y la presentó ante los allí presentes.
“Ella es Nicole Williams, desde ahora será la encargada del departamento de diseño de paisajes, está plenamente capacitada para ello”.
“¿Podemos ver algunos de sus diseños? No es personal, pero necesitamos estar seguros que quién dirigirá al personal en esa área este capacitado para ello”.
Preguntó uno de los ejecutivos.
Nicole se acercó y puso frente a cada uno de los asistentes, unas hojas con sus diseños, después se dirigió hacia el frente, encendió el proyector y colocó una USB.
Empezó a mostrar uno a uno sus diseños, a la vez que los iba explicando, dando los detalles necesarios.
Los directivos y accionistas estaban muy interesados en su presentación.
Bruno sonreía satisfecho.
Definitivamente Nicole se echó a la bolsa a aquellos hombres, que en lo que a trabajo se refería eran muy exigentes.
“No hay nada más que hablar, nos ha quedado claro, que es la persona indicada para ocupar el puesto, bienvenida al corporativo”, dijo uno de los directivos.
Todos los presentes aplaudieron satisfechos con la presentación.
Después de despedirse de Nicole, salieron del lugar, solo quedaron Bruno y Nicole.
“He suspendido todos nuestros compromisos para llevar a nuestro hijo al pediatra”.
“Que bien, aunque amaneció bien es mejor saber qué es lo que ha pasado”.
Se dirigieron hacia el elevador.
Antes de que la puerta se cerrara Dante los alcanzó.
“¿Ya se van?”
“Así es hermano, Santi no se encuentra del todo bien, lo llevaremos al médico”
“¿Puedo acompañarlos? Quiero ver a mi sobrino”.
“Me parece perfecto, así aprovecharé para hablar contigo”, contestó Nicole.
“¡Jajaja! Te pusiste pálido de pronto hermano”
Bruno reía al notar la reacción de su hermano.
“Acabo de recordar que me reuniré en unos minutos con unos inversionistas extranjeros, no se como he podido olvidarlo”
Oprimió un botón para parar el elevador y bajó de prisa, sin dar tiempo a que Nicole dijera algo.
“¡Jajaja! ¿Qué es lo que pasa con Dante?”
“Prácticamente huyó de ti”
“¿Sabes que tiene una relación con Sophie?”
“¿Con Sophie? Ahhh ahora entiendo porque ha estado tan extraño desde hace tiempo, antes venía una mujer distinta a buscarlo a la oficina cada día, desde hace un tiempo eso ha cambiado, no lo he visto acompañado de ninguna de ellas”.
“Uhmmm no me gustaría que Sophie saliera lastimada”, expresó preocupada.
“Los dos ya están bastante grandecitos como para saber lo que hacen”.
“Estoy de acuerdo en eso, pero aún así hablaré con él”
Estaba decidida a leerle la cartilla a Dante.
Sophie era una chica que había sufrido demasiado y no permitiría que él le hiciera daño.
Al salir de la oficina, se detuvieron en la entrada a esperar el auto de Bruno.
Al voltear, Nicole pensó ver a Leandro a bordo de un auto de lujo.
El auto se alejó en seguida, ella tomó su teléfono para marcarle, no contesto, el número estaba fuera de área, estaba casi segura que era él.
Leandro se retiró del lugar al notar que Nicole lo había visto.
Su corazón se le oprimía al verla junto a Bruno.
No podía olvidarla.
Había intentado estar con mujeres muy bellas, pero no lograba sacarse la imagen de ella de la cabeza.
Sentía un odio profundo por su padre y resentimiento hacia su madre, Nicole y él, tan solo eran víctimas de las circunstancias.
El odio por su padre era mayor.
Él sabía lo que sentía por Nicole y lo alentó a llevarla con él.
Sabía que Sergio estaba tramando dañar a Nicole y a su madre, por eso decidió estar cerca para protegerlas, lo que sentía por Rina sería diferente si les hubiera contado la verdad a tiempo.
En el consultorio del pediatra, Santi estaba renuente a ser revisado, aunque ya conocía a su médico, no era de su agrado, sobre todo al ver que siempre le sonreía a su mamá de una manera que le parecía boba.
“Hola Santi, esta vez revisaremos tu garganta ¿Podrías abrir tu boca? Si lo haces, te daré un caramelo”, dijo el médico, quien sonreía como siempre.
“No”, contestó el pequeño, mientras cruzaba sus brazos a la altura de su pecho, demostrando así que aquello no era de su agrado.
“Vamos Santi, abre un poco tu boca para que el médico revise tu garganta”.
Pidió Nicole apenada por el comportamiento de su hijo.
Bruno pudo notar de qué manera veía el joven médico a Nicole, eso le molesto por lo que instintivamente también cruzó los brazos a la altura de su pecho.
Al observarlos de aquella manera, Nicole se dio cuenta de que su hijo era una copia fiel de su padre.
“Anda hijo, permite que el médico te revise la garganta, para poder así irnos de aquí, sino lo haces, nos tendremos que quedar”.
De mala gana Santi lo hizo.
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