Presa entre tus brazos
Capítulo 38

Capítulo 38:

Al llegar al restaurante, Dante se adelantó para pedir una mesa.

Bruno bajo y se dirigió a abrir la puerta para que Nicole bajará.

Le ofreció su mano para ayudarla, pero ella solo lo ignoró.

Él suspiro.

Luego camino detrás de ella y se sentaron en una mesa desde donde se apreciaba una muy bonita vista hacia un lago artificial.

“Muy bonito lugar, no lo conocía”.

Estaba encantada con la vista.

“Me alegra que te guste, es uno de mis lugares favoritos”, contestó Bruno con una sonrisa.

“No seas modesto hermano, Nicole, Bruno es accionista de esta cadena de restaurantes, se ha dedicado a comprar acciones de varias compañías de diferentes rubros, desde que lo dejaste no hizo otra cosa que buscarte y trabajar”.

“Acciones que más adelante serán de mi hijo”, contestó rápidamente.

“No quiero que lo vayas a mimar demasiado, nuestro hijo tiene que crecer sabiendo que las cosas tiene que ganárselas, por eso no estoy cómoda con el puesto que me diste”.

“Sobre el puesto, no es algo sobre lo que podamos discutir, en cuanto a Santi, ya nos encargaremos de que crezca siendo un chico sencillo, sobre todo consciente de que debe de esforzarse para obtener lo que quiera”.

Bruno la observaba embobado.

No podía apartar la vista de sus labios.

Se les fue el tiempo hablando sobre su hijo.

Un rato después llegaron Sophie y Max.

Bruno no pudo ocultar su disgusto cuando el chico se acercó a saludar a Nicole efusivamente.

“Pequeña libélula, que gusto encontrarte por aquí”, dijo mientras esbozaba una gran sonrisa.

“Sophie, Max, qué coincidencia”, exclamó Dante.

“¿Gustan acompañamos? Apenas hemos pedido”.

“Gracias Dante, con gusto”, contestó Sophie.

Bruno estaba conteniendo la respiración, para no mostrar su molestia.

Lo que faltaba, tenían que llegar esos dos inoportunos justo cuando había logrado entablar una conversación tranquila con Nicole.

Sin estarse atacando mutuamente.

Nicole y Max se enfrascaron en una conversación de la cual Bruno se sintió excluido completamente.

Dante se disculpó, se alejó para contestar una llamada, Sophie se levantó un poco después, un rato después Nicole se paró para ir al tocador, en la mesa tan solo quedaron, Bruno y Max, ignorándose mutuamente.

Nicole había buscado una excusa para evitar esa incómoda situación.

La tensión en la mesa era más que evidente.

Al llegar al baño, abrió la puerta.

Al hacerlo su sorpresa fue grande.

No podía creer lo que veía frente a ella.

Gran sorpresa se llevó al ver que Sophie estaba sentada sobre el mueble del lavamanos con las piernas abiertas y en medio estaba Dante.

Estaban tan concentrados besándose que no notaron su presencia.

Nicole pensó que al menos aún llevaban la ropa puesta.

Carraspeó fuertemente, Sophie al verla, empujó a Dante lejos de ella.

“Nicole, ¿Qué haces aquí?”, exclamó Sophie, que se encontraba más roja que un tomate.

“Lo mismo podría preguntarle a ustedes, yo simplemente vine al tocador.”

Se estaba conteniendo para no reír al ver el rostro que ese par tenía.

“Bueno chicas, imagino que tendrán mucho de qué hablar, así que me retiro”

Salió de ahí como ciclistas en alma que lleva el diablo.

No deseaba tener que dar explicaciones, al menos no por ahora.

Nicole se le quedó viendo fijamente a Sophie.

La rubia bajó de donde estaba y se dirigió hacia la puerta, intentando huir.

“Lo siento señorita, usted no va a ningún lado, se queda donde está”, dijo mientras la sostenía por el brazo.

“No es nada serio, solo nos divertimos”.

“No me gustaría que salieras lastimada Sophie, Dante es todo un playboy, pero eso tú lo sabes”, soltó un suspiro.

“Claro que lo sé, esto no es nada formal, solo estamos pasando el rato”.

“No juegues con fuego amiga, te podrías quemar sabes que te amo como a una hermana y no me gustaría que salieras lastimada”.

Dante había llamado a Sophie para que los alcanzará en el restaurante.

Ante los demás hicieron creer que era una coincidencia.

Habían empezado a salir hacía un tiempo cuando ella estaba deprimida por la desaparición de Nicole.

Él tampoco definía aún que era lo que había entre los dos.

¿Una relación?

Tal vez.

No sabía en qué momento la rubia se metió en sus pensamientos.

Le encantaba su frescura, su forma de decir las cosas sin filtros, todo eso y el cuerpo que tenía, que a él le parecía de infarto, lo traían loco.

No era como las demás chicas a las que estaba acostumbrado, todas ellas eran modelos reconocidas, pero sin las redondeces que tenía Sophie, que él consideraba las tenía justo donde las debería de tener.

Además de que no eran capaces de atrapar su atención por más de cinco minutos en una conversación.

Eran tan frías, tan banales, interesadas, quizá no eran así todas las modelos, pero con las que él había salido si lo eran.

Sólo sirvieron para alimentar su ego.

Desde que se veía con ella, había perdido el interés en muchas cosas que antes le llamaban la atención y que estúpidamente le parecían importantes.

No se había sentido así desde su relación con Shelsy, con la diferencia de que Sophie era sincera, real, no sólo una pantalla.

Nicole y Sophie regresaron a la mesa, donde Dante y Max están en una amena conversación, en la cual Bruno no participaba.

Por su rostro se notaba que estaba incómodo.

“Creo que deberíamos de regresar a la empresa, Nanny ya debe de estar ahí con Santi, me gustaría ver que tal le va en su primer día”, dijo Nicole.

“Me parece bien, iremos cuanto antes”, contestó Bruno.

Deseaba alejarse de Max cuánto antes.

Dante decidió quedarse un rato más, por muy bien que se llevará con Max, no le agradaba que estuviera todo el tiempo con Sophie.

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