Presa entre tus brazos
Capítulo 149

Capítulo 149:

“Listo, en unos instantes nos enviaran la ubicación, vayamos subiendo a las camionetas, debemos darnos prisa”.

Bruno y René subieron en una de las camionetas acompañados por Noah y Gío.

En otra camioneta subieron Leandro y varios hombres, otra camioneta más los seguía, la camioneta de Leandro iría adelante porque sería el que los guiaría, ahora tan solo tenían que esperar que les enviaran esa ubicación.

Tenían los nervios a flor de piel, no sabían cómo estarían Nicole y el niño, esperaban llegar a tiempo y por fin terminar con esa pesadilla.

Leandro recibió la ubicación, el convoy de camionetas enfiló a gran velocidad hacia las afueras de la ciudad, más adelante la llanta de la camioneta donde iba Bruno comenzó a fallar, Leandro que iba hasta adelante no se dio cuenta.

Cuando llegó al lugar vio que las otras dos camionetas no venían atrás, marcó de inmediato a Bruno, les indico que bajaran algunos hombres de la tercera camioneta para que subieran ellos, enseguida envío la ubicación, estaban relativamente cerca.

Leandro estaba impaciente, el tiempo era crucial para salvarla.

Dentro de la casa, Sergio había atado a Nicole y al niño a unas sillas.

El pequeño estaba asustado, pero aún así se contenía para no llorar, no quería que Sergio lo fuera a castigar como lo había hecho tantas veces.

Les cubrió los ojos con unas vendas, encendió la cámara y empezó a grabar.

“Leone en verdad espero que puedas ver esto, tu mujer tendrá que firmarme algunos documentos si es que quiere que deje en libertad a su hijo, de una vez se los digo, ella saldrá de aquí con los pies por delante así que estas son las últimas imágenes que verás de ella, no considero que seas merecedor de que te entreguemos su cuerpo, les advertí a todos de que no deberían meterse conmigo, hicieron caso omiso y estas son las consecuencias”.

Le dijo a la cámara mientras sonreía.

“En cuanto a ti Rina, te ame más que a mí vida, pudimos ser muy felices, pero mis padres me obligaron a dejarte, nunca te lo he dicho, pero si regresaba a tu lado iban a asesinarte, después bajó la misma amenaza tuve que llevarme a nuestro hijo, me dolió el alma hacerlo porque sabía que te estaba condenando a una vida de sufrimiento, cuando te lleve conmigo nunca me quisiste escuchar, no me diste oportunidad de explicarte, además de que ya no tenía caso, tú ya amabas a otro, por eso hoy les quito lo que más quieren, Nicole es lo que te ha unido a Gío, y ese amor que los une a ustedes es la razón por la que ella hoy va a morir, sé que el saber esto no los dejara ser felices y con eso me siento más que satisfecho. Pensaba buscarlos y acabar con cada uno de ustedes, pero sé que lo que ocurrirá hoy aquí los atormentar a por el resto de sus vidas, mientras yo estaré disfrutando de toda la fortuna muy lejos donde nadie me encuentre”.

Sergio hablaba frente a la cámara con una frialdad terrible.

Nicole lo escuchaba aterrada.

Sabía que su fin había llegado, ya no podría conocer a su bebé.

Sólo esperaba que Bruno pudiera perdonarla.

Sergio no dejó de grabar en ningún momento, se acercó a ella y la tomó del cabello jalando fuertemente su cabeza hacia atrás.

Ella grito por el dolor que sintió.

“Ahora si palomita, firmaras los documentos que te daré, después vas a transferir todo el efectivo que tienes en el banco a una cuenta, las propiedades quedarán a nombre de otra persona, quiero dejar muy claro a tu familia que sí intentan hacer algo en mi contra, regresaré y acabare con todos”.

“Suelta primero a mi hijo y haré lo que me pides, no confío en ti”.

“Pues tendrás que hacerlo, sino aquí mismo morían los dos”

“Te dije que lo sueltes antes”.

Sergio soltó su cabello y le dio un fuerte golpe en el rostro.

Mientras tanto en otro lugar…

Fuera de la casa Bruno y los demás llegaban.

Enseguida amagaron a los guardias de Sergio pues los superaban en número, habían dejado las camionetas a cierta distancia para no alertarlos, así que los tomaron por sorpresa.

Rodearon la casa con mucho cuidado, era lógico pensar que había más hombres dentro acompañando a Sergio, lo escuchaban hablar, aunque no lograban entender lo que decía.

Entraron a la casa las puertas eran viejas, las cerraduras no funcionaban, Sergio se encontraba solo con Nicole y el niño.

Los hombres que estaban fuera eran los únicos.

Bruno hizo señas a Leandro para que rodear a él lugar por un pasillo que había.

Él traería a Sergio mientras Leandro y Noah soltaba a Nicole.

“Sergio Leone, suelta a mi mujer y a mi hijo”

Bruno habló en voz alta intentando intimidarlo, tenía que darse cuenta de que ya estaba solo.

“Vaya, vaya, que tenemos aquí, ni más ni menos que la comitiva Leone y el estúpido de Rossano”

Sergio se le podía ver en el rostro que no estaba ya muy cuerdo.

“Suelta a mi hija De Santis”, gritó Gío.

“Al estar aquí dentro imagino que es porque ya eliminaron a mis hombres, eso me hace tener que cambiar de planes aún que eso me moleste”.

Él camino hasta el centro de la habitación, tenía varios cañones apuntándole.

Giro el arma que tenía en su mano y apuntó hacia Nicole.

“Se que debido al cambio de planes, es probable que aquí termine mi vida, así que a ella me la llevaré conmigo”.

Enseguida accionó su arma y disparó dos veces en dirección a Nicole.

Ella no sabía que estaba pasando.

Cuando escucho lo que dijo Sergio, apretó los ojos, esperaba sentir el impacto de las balas, pero no fue así.

En cambio sintió caer un cuerpo justo a sus pies, varias detonaciones se escucharon después.

Nicole empezó a gritar porque sintió que agarraron su pie, pero poco a poco esa mano lo fue soltando, Santi aterrado lloraba.

Bruno corrió a su lado, mientras quitaba sus ataduras, Gío llamo de inmediato a una ambulancia.

Noah corrió hacia su nieto después de soltarlo lo cargo y puso su rostro contra su pecho, para así cubrir sus ojos y que no viera lo que estaba sucediendo.

“Sácalo de aquí, que no vea todo esto”

Gritó Bruno desesperado.

Cuando quiero la venda de los ojos de Nicole, ella lo primero que hizo fue voltear a ver hacia el piso, quería saber quién había caído.

Empezó a llorar desconsolada, en ese momento todos los recuerdos que había olvidado volvieron de repente.

El médico había dicho que podría suceder con una fuerte impresión.

Ahí estaba Leandro tirado en medio de un gran charco rojo.

Ella se hinco a su lado, y tomó su mano mientras le hablaba.

“No, no, Leandro por favor, no puedes dejarnos”.

Besaba sin parar su mano, esperando abriera sus ojos, pero él estaba ahí tirado, pálido y estático.

Bruno pudo se acercó para ver si aún respiraba, lo hacía débilmente, se quitó la camisa y con ella hizo presión sobre la herida que estaba en el pecho.

Nicole observó que salía sangre del costado de Bruno, volteaba a ver a uno y a otro sin saber que hacer.

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