Presa entre tus brazos
Capítulo 147

Capítulo 147:

Tomó su mano y depósito un tierno beso, ella lo beso en ese momento, quería grabarse el sabor de sus besos, sentía que su pecho explotara en cualquier momento, quería decirle lo que pasaba, pero tenía miedo, Sergio era capaz de cumplir su amenaza y enviar a su hijo en pedazos.

Bruno podía sentir su tristeza, sabía que era normal que ella estuviera así, pero algo dentro de él le indicaba que pasaba algo más.

“Nicole sabes que me puedes decirlo que sea, si algo está pasando dímelo por favor”

Nicole se puso muy nerviosa, trato de ocultarlo.

“No pasa nada más de lo que ya sabes, saber que nuestro hijo está en manos de un desquiciado mental y que no hemos podido hacer nada me está volviendo loca”.

“Lo sé y te entiendo, me siento igual, pero mi corazón me dice que hay algo más”.

“Estás paranoico, créeme yo también lo estoy, pero trato de controlarme”.

Bruno se quedó callado.

Quizá era eso.

De tanto que había pasado, veía cosas donde no las había.

Al llegar a Milán, Leandro los recibió en el aeropuerto, en cuanto bajaron del avión se dirigió a hacia donde estaba Nicole la saludo efusivamente.

“Te vez hermosa, verte así me hizo recordar cuando estabas embarazada de Santi”.

Nicole solo le dedico una sonrisa, no recordaba esos momentos, para ella era como si fuera la primera vez que estaba embarazada.

Bruno llamó a Leandro.

“Nicole ha insistido en venir, no pude hacer que entendiera que debe cuidarse por el embarazo, aun falta mes y medio para que nazca nuestro hijo”.

“Suele ser algo testaruda cuando se lo propone, no te preocupes hay suficiente vigilancia en la casa, es mejor que nos quedemos todos juntos así le será más difícil atacamos, sé que tarde o temprano lo hará, conozco bien a mi padre, quizá en estos momentos nos mantenga vigilados”, explicó.

“Perdóname por lo que diré, pero es un hijo de p%ta tu padre”

“Aunque no lo creas, lo sé”.

Subieron a las camionetas que ya los esperaban, se dirigieron hacia la casa de Leandro.

Al llegar Nicole sintió que el sitio le era conocido.

“¿He estado aquí antes?”, preguntó a Leandro.

“No, debe ser que está decorada con el mismo estilo que la casa en Nápoles, incluso es similar el diseño”.

“¿Conocí tu casa en Nápoles?”, pregunto intrigada.

“Ahí es donde vivimos algunos años”.

Nicole guardo silencio.

En la sala pudo observar que sobre un mueble, había una fotografía colocada en un pequeño cuadro.

Ahí estaba ella.

Leandro la abrazaba con un brazo, con el otro cargaba a Santi, los tres sonreían, se veían felices, Bruno se acercó a ella que permanecía parada frente a aquella fotografía, al ver la imagen Bruno se entristeció.

Él no tenía alguna foto así con ellos, aquella era la foto de una familia.

“Algún día recordarás, en ese tiempo éramos muy felices”.

La voz triste de Leandro se escuchó a sus espaldas.

“Creo que si son hermanos siempre serán una familia”

Bruno no podía controlar su mal carácter por más que lo intentaba.

Le molestaba ver que junto a Leandro ella era feliz y junto a él no sabía si algún día lo sería, siempre sucedía algo que se los impedía.

Más tarde los hombres salieron en busca de Sergio, en la casa solo quedaron Emma, Nicole, Rina y Mara, cuidadas por los guardaespaldas.

Por la noche, Nicole descansaba en su habitación.

Su teléfono empezó a sonar, era un número desconocido, agradeció estar sola en ese momento, ya sabía de quien se trataba.

“Aló”.

“Vaya, atiendes rápido mis llamadas palomita, ¿Ya estas en Milán?”

“Sí”

Le contestó débilmente.

“¡Jajaja ya lo sé! Están en la casa de mi hijo, que obvios han sido”.

Nicole sintió escalofríos.

¿Sería que ese hombre podía verlos?

“Escúchame, por la madrugada, a las cuatro específicamente, una camioneta te estará esperando en la esquina de la casa, así que será mejor que salgas sin ser vista, cuando estés aquí dejaré ir a tu hijo, tú te quedaras en tu lugar”

“¿Y cómo sé que puedo confiar en ti? Después de todo no eres un hombre en el que pueda confiarse”.

“No tienes de otra, si no vienes mañana les enviaré un regalo, no te sorprendas cuando lo recibas”.

“Eres un loco”

Nicole temblaba mientras lloraba.

No podía creer la maldad que había en Sergio.

“Te conviene no insultarme, no olvides que mañana te encontrarás en mí poder, así que nos vemos por la madrugada palomita, sueña conmigo, si es que puedes dormir jajaja”.

Sergio corto la llamada.

Nicole se recostó en la cama mientras lloraba.

Sentía que sus piernas no la podrían sostener.

Más tarde llegaron Bruno y sus padres, Leandro también llegó con ellos.

Sergio sabía cuidarse muy bien las espaldas, no encontraban ninguna pista.

Subieron directo a dormir.

Nicole fingió que dormía cuando escuchó que había llegado Bruno, él se acostó junto a ella después de ducharse.

Nicole sintió su suave aroma, él la abrazo y depositó un tierno beso en su mejilla.

Ella hizo un esfuerzo por contener las lágrimas, estuvo tentada a decirle la verdad, pero tan solo lo pondría en riesgo al igual que a su hijo, así que siguió fingiendo dormir.

Cuando se aseguró que se había quedado dormido, lo abrazó, se quedó un rato observándolo, en poco tiempo se había enamorado de él de nuevo.

Se quedó así, sintiendo el calor de su cuerpo, el bebé parecía saber lo que pasaría porque no dejaba de moverse.

Cerca de la hora indicada por Sergio, se levantó, se puso ropa abrigada, colocó sobre la mesilla de noche, una carta que había escrito previamente, salió con mucho cuidado, a esa hora los guardaespaldas hacían cambio de turno.

Cuando estaban distraídos Nicole logró salir de la casa.

Después de todo ellos ponían más atención en que nadie entrará, así cobijada por las sombras de la noche se alejó de la casa.

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