Presa entre tus brazos
Capítulo 143

Capítulo 143:

En una prisión de Milán la pelirroja no podía creer su suerte.

Estaba completamente furiosa y a la vez con miedo.

Eso era algo que nunca había sentido, se encontraba recluida en esa prisión, donde la gran mayoría estaban ahí por haberse metido en líos de dr%gas.

No sabía cuál sería su destino pues no tenía quien viera por ella, nunca se había sentido tan sola, ella había negado todos los cargos, pero encontraron una fuerte cantidad en su cuenta bancaria, el día y la hora coincidían con la llamada que había hecho Sergio, además al investigar el hilo sobre esa transacción, todo estaba más que claro.

La dirección IP había llevado a la policía hasta un hotel de mala muerte en Bérgamo, habían puesto varios filtros de seguridad en las salidas de la ciudad.

Si de algo estaban seguros es de que Sergio no había abandonado Milán.

Tanto Sondra como Alizza habían colaborado con él por diferentes razones.

Ambas ya estaban pagando, el hombre seguía aferrado a su venganza, habían arruinado su vida y los haría pagar, uno de sus hombres estaba en contacto con los familiares de los hombres que estaban con Deborah.

Sabía que tarde o temprano se comunicarían con ellos y les dirían de la gran cantidad que estaba ofreciendo.

“Se que tarde o temprano la entregarán, me traicionaron por ambición, sé que harán lo mismo con ella”.

Ese día habló con uno de sus ex socios.

Le pidió una gran cantidad de dinero o entregaría los documentos que comprobaban que había estado evadiendo impuestos.

Además de que había robado a otras empresas, el hombre no podía creer su suerte, sabía que con Sergio no se jugaba.

“Si envío ese dinero me meteré en un gran lío, no puedes hacerme esto De Santi, me comprometería hacerlo”, dijo el hombre desesperado mientras ajustaba su corbata.

“Será peor para ti si no lo haces, a ti nadie te tiene en la mira, además de que lo tranferiras a nombre de otra persona, si no lo haces, enviaré esos documentos a las autoridades y a los principales noticieros”.

El hombre terminó aceptando.

Se encontraba entre la espada y la pared.

Esperaba que la policía no se diera cuenta que él enviaba ese dinero, tenía que preparar una coartada por si se enteraran de ello.

Mientras tanto en otro lugar…

Nicole ya había cumplido siete meses de embarazo, Bruno sólo iba al corporativo por las mañanas, intentaba acompañarla lo más posible durante el embarazo, quería estar presente en todo momento, que su bebé reconociera su voz en cuanto la escuchara, por eso le hablaba y hasta cantaba por las noches.

Ese día llegaría más tarde, tenía una reunión muy importante.

Ella se encontraba haciendo sus ejercicios que había aprendido en el curso psicoprofiláctico para fortalecer sus músculos.

Bruno la había acompañado a las clases, incluso práctico con ella los ejercicios de respiración, su teléfono empezó a sonar con insistencia.

Al contestar la voz que escucho le heló la sangre.

“Hola preciosa”.

“¿Qué quieres? ¿Como has conseguido mi número telefónico?”

“Eso es lo de menos, conseguir el número de alguien que ofrece algún servicio público no es nada del otro mundo, ahora escúchame bien y no vayas a colgar, tengo ubicados a Deborah y a tu hijo, es cuestión de horas para que lo tenga conmigo, quiero que estes pendiente de mi llamada, me comunicaré contigo, te daré algunas instrucciones que debes seguir si es que quieres ver a tu hijo con vida, si alguien se entera de esta llamada, jamás lo volverás a ver”.

Sergio colgó en seguida.

Nicole estaba pálida.

No sabía cómo reaccionar.

Sí hablaba su hijo la pasaría mal.

Sara le habló para que bajara a comer, se asustó al verla tan pálida.

“¿Qué te pasa?”

“Nada Nanny, tan solo fue un calambre, me tomó por sorpresa”.

“Bajemos para que comas, ya es tarde”.

“Gracias Nanny, pero no tengo apetito, me voy a recostar”.

“Está bien, pero mas tarde tendrás que bajar a comer”.

Bruno llegó, Nicole aún dormía, la despertó para que cenar a con él.

Le agradaba verla así.

Su enorme v!entre la hacía ver hermosa, de Santi no había tenido oportunidad de verla y el anterior embarazo no había alcanzado a crecer de esa manera.

“¿Por qué me miras de esa manera?”

“Eres hermosa, el embarazo te sienta muy bien”.

“Gracias, no sé si es mi idea, pero el saber que serás padre te ha sentado muy bien”.

“Hey, esas son mis palabras jajaja”.

“Jajaja a veces es bueno tomar de los demás lo que nos agrada”.

“Entonces toma de mí lo que quieras”.

Le dijo mientras le guiñaba un ojo.

Luego la tomó de la mano para bajar a comer, Nicole hizo un esfuerzo por contener el llanto, no quería que se diera cuenta de lo que estaba pasando.

Sara observaba complacida a la pareja.

No dejaban de demostrarse el amor que se tenían.

“Faltan tan solo un par de meses para que tengamos en nuestros brazos a nuestro bebé, se que Santi pronto estará con nosotros y nuestra felicidad será completa”, dijo Bruno para después tomar la mano de Nicole y depositar un beso en ella.

Mientras tanto en otro lugar…

En Italia, uno de los hombres de Sergio recibía una llamada.

“Señor, le llaman, es uno de los hombres que huyó con la señora Deborah”.

Sergio se acercó de prisa.

Sonreía satisfecho.

Sabía que ofrecer una gran cantidad por Deborah funcionaría.

“Pronto…”, contestó mientras se sentía inquieto.

“Señor…”

“Lazarus que bien que has decidido llamarme, dime ¿En dónde está esa z%rra? Sabes que te recompensare muy bien”.

“Transfiera la cantidad que ofrece a mi familia y le diré donde podrá encontrarla”.

“Envía el número de cuenta a Sandro, él hará la transferencia de inmediato, si me mientes tu familia pagará las consecuencias, sabes que puedo ser muy cruel cuando me lo propongo”.

“Espere un momento”

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