Presa entre tus brazos -
Capítulo 140
Capítulo 140:
Pensaba dejar a Rina en último lugar, quería que sufriera la muerte de los otros, quería que viera todo lo que había ocasionada con su desprecio.
Dante no estaba en su lista, a ese chico no lo consideraba relevante, nunca se había cruzado en su camino.
Cada uno sufriría la muerte de su ser querido antes de morir.
Sergio sonrió macabramente, pensar en ello le provoca a una gran satisfacción, siempre escuchaba que pensar en aquello que deseas como sí ya estuviera hecho se concede y él lo deseaba, lo deseaba demasiado.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Entre Bruno y Nicole las cosas parecían mejorar.
Ese día él decidió hacer ejercicio antes de irse a la oficina, más que por estar preocupado por su físico, lo hacía para distraer su mente.
Sentía que pronto enloquecería, deseaba ir a buscar a su hijo, pero Leandro tenía razón, no tenía caso si no tenían alguna pista sobre donde hacerlo.
Cuando lo tuvieran ubicado, saldrían hacia allá inmediatamente.
Salió del cuarto de ejercicios, se encontró a Nicole en el pasillo, ella lo escaneo con la mirada, lo hizo descaradamente.
“¿Ves algo que te guste?”
Le preguntó con una se%y sonrisa sobre sus labios.
“Mucho”, contestó sonriendo.
Él le devolvió una sonrisa coqueta.
Entraron en su habitación, Nicole se sentía bonita con lo abultado de su v!entre, él se encargaba de decírselo todos los días.
Era agradable escuchar todos sus halagos.
“Te ves preciosa, ¿Nos bañamos juntos?”
Sonrió con una sonrisa pícara en su rostro.
“Jajaja no cambias, vamos”.
Estaban haciendo de bañarse juntos una costumbre.
Debido a las hormonas Nicole quería se%o a todas horas.
Él accedía gustoso, era la parte que más le gustaba del embarazo.
Al bañarse, él tallaba su cuerpo con la esponja.
Lo hacía con cariño y ella se dejaba querer.
Más tarde en la oficina, Dante entró para hablar con Bruno.
“Pasa hermano, que sucede”.
“Hemos estado hablando con Sophie, hemos decidido quedarnos aquí, viajaré de vez en cuando a checar las filiales, ayer vimos que se vende la propiedad justo al lado de la suya, ya hablamos para que nos la muestren”.
“¿En verdad hermano? No sabes el gusto que me da hermano, Nicole se pondrá loca al saber que Sophie vivirá a unos cuantos metros”.
“Nuestras chicas se quieren como hermanas, en verdad tenemos suerte de tenerlas, son únicas”.
“Así es”.
“Hablando de otra cosa, ¿Qué dice Leandro sobre Santi?”
“Nada aún, es como si se los hubiera tragado la tierra, Deborah ya no se ha comunicado, no sé qué es lo que piensa esa mujer”.
“Se que es difícil hermano, pero si lo rescato de Sergio es porque no piensa hacerle daño”.
“Es lo que hemos pensado”.
“Me gustaría ver el rostro de Sergio ahora que está arruinado”.
“Debemos de tener mucho cuidado, es un hombre peligroso y no se quedará de brazos cruzados, su pasividad me provoca escalofríos, estoy seguro de que algo está planeando”.
“Lo mismo pienso, por eso mismo debemos reforzar la seguridad, por cierto, me encontré a Gío Rossano, le informe que Nicole ya sabe que es su padre, me ha dicho que hoy por la tarde irán a visitarlos”
“Hablaré con Nicole, gracias hermano”.
Por la tarde Nicole se sentía nerviosa al recibir a sus verdaderos padres, había preparado una deliciosa cena ella misma.
Sara le había contado la historia con mucho más detalle que Bruno.
“Tranquila amor, sé que no lo recuerdas, pero ya has convivido con ellos, te aman demasiado, no es que te abandonaran, simplemente fueron las circunstancias las que los alejaron”.
“No puedo controlar estos nervios, ven vamos, te esperan en la sala”.
La tomó de la mano para bajar, mientras se acercaban, Nicole apretaba cada vez más fuerte la mano de Bruno.
“¡Hey!”, exclamó Bruno.
“Lo siento, lo siento mucho”.
Rina y Gío se levantaron para saludarla en cuanto la vieron.
Ellos también se sentían nerviosos.
“Hola”.
“Hola hija”, contestaron al mismo tiempo.
“¿Puedo abrazarte?”, pregunto Rina.
Nicole no contestó, se acercó para abrazarla, Rina no pudo más y comenzó a llorar, Nicole no podía evitarlo se sentía extraña.
En ese momento un recuerdo vino a su mente.
Estaba con ellos en una tienda, y compraban algunas cosas para su hijo.
“¿Pasa algo?”
Le preguntó Rina alarmada al ver la expresión de su rostro.
“Logré recordar algo justo en este momento, ustedes me acompañaron mientras compraba cosas para mi hijo”.
“Gracias a los cielos que empiezas a recordar”.
“Son como flashazos”.
Gío también se acercó a abrazarla.
“Pronto podrás recordar todo lo que has olvidado, hija”.
Cenaron entre una plática agradable y amena.
De pronto Nicole sintió una calidez al estar con ellos.
Quizá su mente no los recordaba del todo, pero su corazón si lo había hecho, se despidieron más tarde, prometieron regresar pronto.
Nicole les pidió que lo hicieran deseaba pasar más tiempo con ellos.
“¿Lo ves mujer? Te dije que tarde o temprano nuestra hija empezaría a recordarnos”.
“Me siento feliz, solo falta que regrese nuestro nieto para que nuestra felicidad sea completa”, dijo ella.
“Ten fe, verás que cuando menos lo esperes estará con nosotros, Bruno me ha dicho que ahora que ya no está en manos de Sergio se ha podido emitir una alerta, saldrá en los noticieros internacionales, Deborah no tendrá otra opción más que entregarlo”.
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