Presa entre tus brazos -
Capítulo 129
Capítulo 129:
“¿Qué estas diciendo? ¿Te atreves a contradecirme?”.
Sergio se encontraba profundamente molesto.
“Esto ya se debe acabar, firmará esos documentos cuando nos entregues con bien a nuestro hijo y es mi última palabra”
Bruno corto la llamada.
Sergio se quedó temblando por la rabia que sentía.
Le demostraría a Bruno que no podía atreverse a jugar con él.
Tomó un cuchillo de la cocina y se dirigió hacia el cuarto del pequeño.
…
Bruno había regresado a su casa para hablar con Nicole, en ese momento recibió una video llamada de Sergio, sabía que así podrían rastrear su ubicación, pero ya había ordenado tuvieran el helicóptero listo para alejarse de ahí.
Un hombre grababa, Sergio despertó de mala manera al niño que dormía.
Santi al ver al hombre frente a él que sostenía el cuchillo empezó a temblar.
“Así lo has querido Bruno Leone, te enviaré una parte de la mano de tu hijo, y si no accedes no volverás a saber de él, no estoy jugando”.
Sergio corto la llamada.
Bruno se quedó pálido sin saber cómo reaccionar.
Nicole, por su parte, se desmayó por la impresión.
Sergio estaba decidido.
Cuando iba a tomar la mano del niño escucho un golpe.
El guardaespaldas que lo acompañaba cayó a su lado, iba a voltear cuando sintió un golpe en su cabeza.
Todo a su alrededor se oscureció.
Cuando despertó más tarde, el niño ya no estaba.
Varios de sus hombres estaban muertos, busco a Deborah por toda la casa sin encontrarla, la mitad de sus hombres o estaban, entró a su despacho, los documentos y el dinero que tenía habían desaparecido.
Corrió hacia la parte de atrás y el helicóptero había desaparecido.
“¡Maldita mujer! Sabía que en cualquier momento me traicionarías, te encariñaste con ese animal, debí eliminarte cuando me di cuenta”
Más tarde, Nicole había vuelto en sí, sus padres y los de Bruno estaban en su casa.
A Rina y Gío poco les importo esta vez que ella no los reconociera, querían saber sobre su nieto,
Bruno tenía el rostro enrojecido y los ojos hinchados, no podía creer que por su culpa habían hecho daño a su hijo.
“No puedo con esto padre, no debí contra decir a Sergio”.
“No te culpes hijo, creíste que era una oportunidad de recuperar a tu hijo, cualquiera lo hubiera hecho”.
En ese momento sonó su teléfono.
“Aló”.
“Bruno hijo”.
“¿Cómo se atreve a llamarme hijo después de todo lo que sea atrevido a hacernos? Sergio daño a mi hijo y usted no hizo nada por impedirlo”.
“Te equivocas, Santi está a salvo conmigo, no permití que lo dañara, ahora Sergio me busca, si me encuentra me matará, tendré otra identidad, lo mismo mi nieto, se quedará conmigo hasta que atrapen a ese maniático”.
Deborah colgó sin dar tiempo a que Bruno contestara.
Él bajo el teléfono estaba completamente pálido.
“¿Qué pasó hijo?”
Preguntó Noah preocupado, estaban sólo ellos dos en el despacho.
“Era Deborah, Sergio no daño a Santi, ella se lo llevó, pero no piensa entregarlo, se quedará con ella”.
“Demonios!”
“Así se asegura que no intentaremos nada contra ella, es igual que Sergio, una porquería de ser humano”.
“No hijo, son todos menos eso, no queda nada de humanidad en ellos”
Salieron del despacho para hablar con los demás sobre lo que había pasado.
Era increíble como iban de un problema a otro sin buscarlo.
Nicole sintió un poco de consuelo al saber que el niño estaba bien, aunque el que estuviera al lado de esa mujer era un peligro latente.
Leandro llegó más tarde, Bruno le mostró el video de la video llamada de Sergio que había grabado.
“Conozco ese lugar, era mi habitación en una casa a las afueras de Milán”.
“Tenemos que ir de inmediato hacia allá, imagino que no encontraremos a nadie, pero es un punto de partida para comenzar a investigar”, dijo Bruno.
“Estoy de acuerdo contigo hijo, pero Sergio intentará acercarse a Nicole para que firme esos documentos, estoy seguro que no se quedará de brazos cruzados, alguien debe quedarse a proteger a Nicole”.
“Nos quedaremos Gío y yo, si él acepta”, contestó Noah.
“Claro que me quedaré a protegerla”.
Nicole volteó a verlo extrañada.
¿Porque ese hombre y esa mujer estaban ahí preocupados por ella?
“Llamaré de inmediato al hangar para que preparen de inmediato el jet, en el llegaremos en menos tiempo”
Más tarde se reunían en el hangar, Bruno, Leandro y René esperaban encontrar alguna pista que los llevará hacia el niño.
Deborah había logrado sobornar a algunos de los hombres de Sergio, les ofreció el doble de paga, ahora tenían que protegerla y ayudarla a esconderse, si Sergio los encontraba los mataría a todos, él no sabía perdonar.
Bruno, su padre y Leandro, llegaron ocho horas más tarde a Milán, se dirigieron a la zona de San Siro.
Pasaron por el área donde se encontraba el estadio y el hipódromo, la casa estaba más allá de todo eso.
Al llegar, Leandro abrió con sus llaves, pudieron encontrar rastros de sangre seca en el jardín y al interior de la sala, no sabían que había pasado ahí, pero era lógico pensar que Sergio no había llamado a las autoridades.
Revisaron todo el lugar, en la habitación de Leandro encontraron ropa de Santi, Bruno la tomó, aún podía sentirse en ella el aroma de su hijo, se sentó en la orilla de la cama, lloro al pensar por todo lo que estaba pasando su hijo.
Era aún pequeño para darse cuenta de lo que realmente sucedía, le dolía pensar que quizá pensaba que lo habían abandonado.
Leandro estaba igual.
Adoraba a ese niño con toda su alma, Sergio era su padre, pero no dudaría en acabar con él si llegará a encontrarlo, alguien tenía que ponerle un alto, no podía seguir dañando a inocentes con tal de llevar a cabo sus planes.
“Tenemos que seguir buscando, ¿A quién podríamos preguntar sí notó algo extraño?, preguntó René a Leandro.
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