Presa entre tus brazos
Capítulo 130

Capítulo 130:

“La Señora Rinaldi es la vecina de la propiedad de al lado, le haré una visita para ver si ella ha notado algo”.

“Aquí te esperaremos, seguiremos revisando el lugar”.

Leandro se dirigió a la casa de la señora Rinaldi, era una anciana muy dulce que lo conocía desde pequeño, un momento después de tocar el timbre la señora abrió la puerta.

“Diga”.

“Señora Rinaldi, ¿Cómo ha estado”?

“Leandro, hijo, mira nada más que grande estás, pero pasa, no te quedes ahí”.

Leandro la siguió hasta la sala, él conocía muy bien la casa, cuando viajaban a Milán pasaba la mayor parte del tiempo porque su padre siempre lo dejaba solo en casa.

“Ya se me hacía raro que no vinieras a visitarme, tu padre estuvo meses en la propiedad, pensé que no habías viajado con ellos”.

“Acabo de llegar, estoy algo preocupado, no me he podido comunicar con mi padre”.

“Pues no sé qué sucedería, ayer despegó el helicóptero que tenían en la propiedad, minutos después varias camionetas salieron”.

“Quizá se dañó el teléfono de mi padre, por eso no he podido contactarlo”.

“Sería lo más probable, ¿Gustas un té?”

“Me encantaría, pero tengo que marcharme, solo pase un momento a saludar”.

“Me ha dado gusto verte muchacho”.

Leandro salió para regresar a la casa donde se encontraba Bruno.

¿Qué diablos sería lo que pasaría entre su padre y Deborah?

“¿Lograste investigar algo?”

Le preguntó ansioso.

Bruno estaba desesperado.

“Nada en concreto, la Señora Rinaldi sólo me ha dicho que ayer vio que despegó un helicóptero que mi padre tenía en la propiedad, minutos después salieron varias camionetas, es todo lo que ella vio, mi padre tenía meses aquí, no sé cómo fui tan estúpido de no darme cuenta, lo que pasa es que como tiene varias propiedades alrededor del mundo que no creí que estuviera en esta”.

“¿Sería que Deborah y mi hijo se encontraban en ese helicóptero? No se me ocurre otra manera en la que pudiera escapar de Sergio”.

“Probablemente, ella ha sido incondicional de mi padre, no tengo idea de que es lo que pasaría entre ellos, debió un problema muy fuerte para que estén separados, en todos los años que llevan juntos nunca lo habían hecho, donde iba uno, lo seguía el otro, siempre juntos”.

“Tal para cual, siempre lo he dicho”, contestó René.

Había amado demasiado a esa mujer, no sabía cómo es que no se había dado cuenta de la maldad que tenía.

Se culpaba por la mala elección de madre que había hecho para su hijo.

“Deborah no está dispuesta a entregar a mi hijo, eso lo ha dejado claro, será como buscar una aguja en un pajar”.

Los tres se voltearon a ver, no tenían idea de dónde seguir buscando, se sentían frustrados, tendrían que regresar de la misma manera como habían llegado, sin alguna pista de donde encontrarlos.

A veces no todo es como lo queremos o como lo planeamos.

Bruno por una u otra razón no podía estar al lado de su hijo, regresó a E$tados Un!dos desilusionado.

Decirle a Nicole que no encontraron pista alguna sobre su hijo no era fácil, su mente ya se encontraba demasiado dañada.

Al llegar a la mansión, ella salió a recibirlo.

Él sintió la calidez de su abrazo.

Era claro que empezaba a tener sentimientos por él de nuevo y eso le agradaba.

“Qué bien que regresan a salvo, ¿Han encontrado alguna pista sobre nuestro hijo?”

“Aún no, cuando menos sabemos que ya no está en manos del loco de Sergio, si Deborah lo salvo es porque Santi se logró ganar su corazón, después de todo nuestro hijo ablando su corazón de piedra”.

La abrazo fuertemente, aspiro el suave aroma que se desprendía de su cuerpo, ella era su lugar seguro al que siempre regresaría, cuando Bruno la soltó, Leandro se acercó a saludarla.

“Hola”

“Hola hermano”

Era la primera vez que lo llamaba así.

Se sintió extraño.

“Necesito hablar contigo, me han dicho que eres mi hermano, pero no tengo ni idea porque lo eres”.

“Cuando sea el momento podremos hablarlo, ya que el médico autoriza que podemos hacerlo”.

Nicole ya estaba cansada de tantos secretos, Noah y Rina eran muy cariñosa con ella, siempre pendientes, pero ella no sabía ni quienes eran.

¿De dónde habían salido esas personas?

Rina salió, al ver a Leandro se acercó a saludarlo.

“Hijo, que gusto que regresaste con bien, ¿Que han investigado sobre mi nieto?”

Le preguntó mientras lo abrazaba.

Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, soltó a Leandro y se cubrió la boca con ambas manos; Nicole se quedó estupefacta, sí esa mujer era madre de Leandro.

¿Por qué decís que Santi era su nieto?

“Creo que es momento de que me den una explicación, no me importa lo que diga el médico, creo que tengo derecho a saber que es lo que está pasando, basta de mentir y de ocultar cosas”.

“Perdón Nicole, Leandro ama a Santi como a un hijo, por eso yo he insistido en que me llame abuela”.

Rina esperaba que creyera en sus palabras.

“Ahhhh es eso, perdón, pero al no recordar siento que me ocultan cosas”.

“Te entiendo, imagino que debe de ser difícil”.

Más tarde en su habitación, Nicole se encontraba recostada sobre el pecho de Bruno, el rítmico latir de su corazón la hacía sentir tranquila.

En ese momento al voltear hacia la puerta un recuerdo vino a su mente, Bruno estaba recargado sobre la puerta y una mujer lo abrazaba mientras ella los veía.

Se alejó de él y lo observó dormir.

Luego se levantó despacio y se dirigió hacia la habitación de Sara, la nana abrió la puerta extrañada cuando escucho que tocaba.

“¿Pasa algo mi niña?”

“Necesito hablar contigo nana”.

“Dime”.

“He tenido un leve recuerdo, era Bruno recargado sobre la puerta de la habitación, una mujer lo abrazaba mientras yo los observaba, sé que no fue algo agradable para mi porque sentí una presión horrible en mi pecho, dime nana, ¿Quién era esa mujer?”

“Hija yo creo que debes haberlo soñado, tienes que estar tranquila, tu marido te ama”.

Nicole salió de ahí aun dudando.

Estaba segura que aquello era un recuerdo no un simple sueño.

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