Presa entre tus brazos
Capítulo 115

Capítulo 115:

Por la mañana, Nicole se despertó con un terrible dolor de cabeza.

Se asustó al ver en donde estaba, sobre todo cuando se dio cuenta de que estaba en ropa interior, se sentó sobre la cama, Bruno aún dormía.

Sin pensarlo dos veces, aventó una almohada sobre él.

Bruno, por su parte, despertó asustado.

“¿Qué pasa?”

Le preguntó mientras veía asustado hacia todos lados.

“¿Por qué me trajiste aquí?”

Estaba muy molesta.

Luego cruzó los brazos sobre su pecho.

No se había dado cuenta, pero ya había adquirido el mismo modo que Santi y Bruno cuando se sentían molestos.

“Sabía que pasaría esto, pero ahora sí tomé mis precauciones”

Tomó su celular y reprodujo la grabación.

“Lo siento, no recuerdo nada…”

Se sintió apenada.

Bruno no dijo nada.

Solo sé metió al baño para darse una ducha, cuando salió se acercó a ella.

“Deberías ducharte, sobre el mueble del baño te deje un par de pastillas para que las tomes, te ayudaran con la resaca, prepararé el desayuno, te espero abajo”, dijo en tono serio.

Nicole se sintió avergonzada por su comportamiento, se levantó a ducharse y afortunadamente no se había llevado todas sus cosas así que podría cambiarse.

Cuando bajó, Bruno le sirvió chilaquiles en un plato, al igual un vaso de jugo de naranja.

“Come, te caerán muy bien”.

Nicole comió en silencio.

Él se sentó frente a ella e hizo lo mismo.

“Te llevaré a tu casa”.

Nicole había pensado que le rogaría que se quedara, pero por lo visto se había equivocado, quería quedarse a su lado, pero era demasiado orgullosa para pedirlo.

“Ok, gracias”, contestó con la mirada fija sobre su plato.

Bruno se había dado cuenta de que con Nicole las cosas funcionaban de manera inversa.

Sabía que quería quedarse, pero la haría sufrir un rato, así la próxima vez lo pensaría antes de irse otra vez.

De camino a su casa, pasaron por Santi a casa de sus abuelos, el niño estaba feliz de ver a sus padres juntos.

“Mama, papá, ¿Viviremos de nuevo juntos?”

“Por ahora no hijo, sabes que aunque no vivamos juntos, los dos te amamos”

Nicole se sintió incómoda ante la respuesta de Bruno.

¿Será que la chica de la noche anterior le interesaba?

“¿Podemos ir a tomar helado juntos? Por favor”, dijo mientras juntaba sus pequeñas manitas en señal de súplica.

“Por mí no hay problema, no sé papá si pueda”.

“Tampoco tengo problema”.

Le contestó intentando parecer frío ante ella.

Al llegar a la heladería se sentaron en una mesa en el exterior, en otra mesa un chico no dejaba de ver a Nicole.

Ella estaba distraída hablando con su hijo, Bruno se dio cuenta enseguida.

“Cuenta hasta tres Bruno, cuenta hasta tres”, se dijo así mismo.

“¿Dijiste algo?”

“¿Yo? No, nada”.

Nicole se levantó al baño.

Un chico fue tras ella, y Bruno lo noto, pero no podía dejar solo a su hijo.

Llamó a uno de los guardaespaldas que vigilará a Nicole.

En ese momento el chico sacó una navaja, cuando ella salió del baño, se acercó, coloco la navaja a un costado y le habló muy cerca.

“Saldrás junto a mí por la otra puerta, lo siento no es nada personal, me han ofrecido muy bien dinero por entregarte”.

Nicole estaba aterrada.

No entendía que era lo que estaba pasando.

El guardaespaldas se acercó sigilosamente al chico y le dio un golpe en el brazo.

La navaja salió volando, después de esto sometió al chico.

Bruno al escuchar el alboroto tomó la mano de su hijo y entró en el local, vio al guardaespaldas sosteniendo al chico y a Nicole llorando.

“¿Qué ha sucedido?”, preguntó alarmado.

“Este hombre apuntaba una navaja hacia la señora”.

“¿Estas bien?”

Ella asintió con un movimiento de cabeza.

No podía hablar por la impresión que se había llevado.

“Saca a Santi de aquí”.

Nicole llevó a su hijo fuera del lugar.

Bruno se fue encima del chico, hacía preguntas mientras lo golpeaba.

“¿Quién demonios te ha pagado?”

Estaba completamente furioso.

“No sé quién es, no sé quién es, un hombre me ha contactado por teléfono, me ofreció una gran cantidad y me envió los datos”.

“Hijo de p%ta, me encargaré de que te pudras en la cárcel”.

El guardaespaldas se llevó al chico.

Por su parte, Bruno regresó junto a Santi y a Nicole.

“Vámonos”.

Ella lo siguió junto a su hijo.

Aún seguía muy asustada.

Pensó que Bruno se había molestado con ella.

Ambos subieron al auto y Bruno se dirigió hacia su mansión.

“Este jueguito se acabó, se quedarán conmigo, de otra manera no puedo protegerlos, enviaré por Sara para que este con ustedes, sé que tienes que manejar las empresas de tu padre, pero sería mejor si no salieras de casa, lo que puedas manejar por computadora hazlo, te acompañaré a tu empresa cuando no tengas otra opción más que acudir”.

“Gracias”.

Más tarde, Sara y los padres de Nicole estaban en la mansión de Bruno.

“Esto es obra de Sergio, quien sabe ahora que es lo que está tramando”, dijo Gío completamente furioso.

“Todos sabemos que es él, pero no podemos comprobarlo”, contestó Noah.

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