Presa entre tus brazos
Capítulo 113

Capítulo 113:

“Leone, que bien encontrarnos aquí”.

“Así es, que bien”

Le contestó, mientras quería traspasar a Nicole con la mirada.

Ella, por su parte, se hizo la desentendida.

“¿Y está bella señorita es?”

Amadeus preguntó con toda intención de incomodarlo.

“Lidia Hanston”.

“Mucho gusto señorita, ¿Es usted familia de Leopoldo Hanston?”

“Es mi padre”

Le contestó la chica con una gran sonrisa.

“Qué pequeño es el mundo, en su momento fue un gran amigo de mi padre, se conocieron en Rusia”.

“Mi padre estuvo muchos años por allá en su juventud”.

“Espero puedan acompañarnos en nuestra mesa”.

Le dijo Bruno, mientras seguía mirando a Nicole.

Ella permanecía callada.

“Será un gusto”, contestó Amadeus.

Bruno hizo un ademán para que pasarán.

Al observar el escote en la espalda de Nicole se quedó perplejo.

Estuvo a punto de quitarse el saco y cubrir su espalda.

¿Que demonios pensaba al ponerse ese vestido?

Se veía hermosa, no era que ese escote mostrará algo prohibido, pero con lo que mostraba era suficiente para despertar la imaginación de los hombres, que no se preocupaban en disimular la manera lasciva en que la miraban.

Su semblante cambió, se mostró molesto, su acompañante le hablaba y él contestaba con medias palabras.

Amadeus y Lidia se enfrascaron en una amena conversación sobre sus familias.

La chica puso su mano sobre la de Bruno, él le había aclarado que sólo necesitaba que una amiga lo acompañará al evento, pues no deseaba llegar sólo cuando todos llegarían en pareja.

Nicole clavo la mirada sobre la mano de la chica que sostenía la de Bruno sobre la mesa.

Después lo volteó a ver a los ojos, se mordió un labio.

Sabía que eso lo enloquecía.

Luego se quito un stiletto, puso un pie sobre la pierna de Bruno.

Él abrió enormemente los ojos.

¿A qué demonios estaba jugando Nicole?

Bruno sudaba copiosamente.

después de un rato Nicole bajó su pie, se puso el stiletto, se paró y se dirigió al baño.

Segundos después Bruno se paró y la siguió.

Lidia y Amadeus seguían enfrascados en su charla.

Nicole se paró frente al espejo, puso un poco de agua en sus manos y mojo la parte de atrás de su cuello.

Justo escucho que la puerta se abría.

Enseguida sintió su aroma, era Bruno.

Él se acercó a su espalda y la abrazo.

“Así que no quieres regresar conmigo, pero te gusta provocarme”.

“¿Quién es esa chica?”

“Una amiga”.

“Ahhh no estaba enterada que tuvieras amigas”.

“Así como yo no estaba enterado de tu gran amistad con Amadeus”.

“No quería venir sola, él también fue invitado, por lo que decidimos asistir juntos”.

“Al igual yo, no deseaba asistir solo, por eso invite a Lidia, ya que la mujer que amo no pensó en mi para acompañarla, y si yo se lo hubiera pedido se hubiera negado”.

Él empezó a besar su cuello.

Por su parte, ella empezó a respirar agitadamente.

“¿Lo ves? Aún tengo la capacidad de ponerte así, no entiendo porque te niegas a estar a mi lado”, dijo él.

“Porque cuando lo hago cambias, creo que nos hará bien este tiempo alejados, piensa si lo que realmente quieres es tenerme a tu lado, yo lo pensaré igual”.

En ese momento una mujer entró al baño, fulmino a Bruno con la mirada, pero él decidió ignorarla, la mujer salió de ahí molesta.

“Quédate conmigo está noche”

Le dijo pegando su boca muy cerca de su oído.

“No, Bruno, no tienes idea de lo que me dolió que me culparas por la muerte de nuestro hijo, ¿Como crees que me sentí? Era yo la que lo llevaba en mi v!entre, con él perdí una parte de mi corazón”.

“Perdóname, por favor, soy un estúpido”.

“En eso último estoy de acuerdo, será mejor que regresemos, se estarán preguntando en donde estamos”

Ambos regresaron a la mesa.

Amadeus y Lidia se encontraban sobre la pista bailando.

Bruno tomó por la mano a Nicole y la llevó hacia allá.

Pasó su brazo por su cintura, y ella coloco sus brazos sobre su cuello.

Amadeus los observaba.

No sabía si esos dos eran tontos o necios, estaban perdiendo un tiempo valioso al no estar juntos.

Él se sentía completamente perdido, no podía sacar a Max de su cabeza, y él que había creído que él chico había llamado su atención por el exceso de bebida, para su desgracia se había dado cuenta de que no era así.

Max seguía tan solo como siempre, también tenía clavada la imagen del ruso en su mente, intentaba entender como era que le había pasado aquello, le daba terror que alguien pudiera adivinar sus verdaderos sentimientos.

Ahora entendía que quería a Nicole como a una hermana.

Había confundido durante años ese cariño, pensaba que era la mujer ideal, la mujer que cualquier hombre querría a su lado.

Deseaba gritarle al mundo lo que le estaba pasando, pero el temor a ser rechazado podía más en él, por lo que prefería callarlo.

En la fiesta, Lidia pidió a Amadeus que se acercaran a Bruno y Nicole para cambiar de pareja, Bruno se sintió molesto y está vez no pudo ocultarlo.

Bailo de mala gana con la chica, y deseaba cortar el brazo de Amadeus.

No toleraba que sostuviera a Nicole por la cintura, eso solo podía hacerlo él, la calidez de su cuerpo le pertenecía.

Nicole también se entristeció al ya no sentir el calor de su cuerpo, el contacto con Amadeus lo sentía tan frío.

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