Presa entre tus brazos -
Capítulo 109
Capítulo 109:
Después de contestar varias preguntas más, salió de ahí furioso.
¿Qué clase de loca era esa chica, que se atrevía a decir esas cosas?
Había puesto en peligro a su familia al aceptarla en la empresa.
Al salir de la estación de policía, lo abordaron varios reporteros que le tomaban fotos.
Era la desventaja de poner la denuncia.
Acostumbraban a hacer un circo los reporteros, pero los ignoró y subió a su auto para marcharse, tenía que hacerse a la idea que al otro día las noticias sobre ellos no serían muy buenas.
Regresó al lado de Nicole, pero ella lo notaba muy frío.
Trató de eliminar sus malos pensamientos y mantenerse tranquila.
Lo que estaban pasando no era fácil.
Al otro día por la mañana, Dante llamó a Bruno.
Quería que comprara el diario para que viera una noticia.
Dejó un momento sola a Nicole y salió a comprar el diario.
Sondra entró en ese momento.
Nicole se molestó al verla, pues había fingido estar arrepentida pero ella no le creía.
“Querida hermanita, vengo a felicitarte, me enteré que has perdido a tu desgraciado, no sabes cuanto me he alegrado cuando me enteré jajaja”.
“Sabía que tu arrepentimiento era mentira, eres una víbora, sal de aquí de inmediato”.
“Sabes que tu sufrimiento es mi alegría”.
“Lárgate, no quiero verte”.
“Jajaja no sabes lo bien que me siento al saber que sufres”
Se acercó y la tomó por el cabello.
“Estaré junto a ti en cada una de tus caídas, celebrando por ellas hermanita, eso tenlo por seguro”
Bruno entró en ese momento.
Se sorprendió al ver lo que pasaba, así que enseguida se abalanzó sobre Sondra, jaló mucho más fuerte el cabello de Nicole.
“Suéltala Sondra, maldita loca”
“No lo haré, quiero que sufra por todo lo que me ha quitado, tu amor y el de mis padres”.
“Yo nunca te he amado, y el amor de tus padres lo perdiste por tu maldad, suéltala o no respondo”.
“¿Qué, vas a pegarme? Solo eso te falta, golpear a una mujer”.
“Suéltala Sondra”
Volvió a repetir mientras intentaba abrir la mano de la pelirroja.
La mujer sacó unas tijeras de su bolso con su otra mano.
“Cortare este cabello que tanto he odiado, a ver si la vas a querer así”.
Bruno sostuvo con su otra mano la mano donde Sondra sostenía las tijeras.
La mujer quizá por su furia parecía tener una tremenda fuerza.
Gío llegó en ese momento, se alarmó al ver esa escena.
Corrió a ayudarle a Bruno a sujetar a Sondra.
Ambos lograron alejarla de Nicole y quitarle las tijeras.
“Llamaré a la policía”, dijo Bruno mientras Gío la sujetaba.
Sondra se asustó al escuchar esto.
Pisó fuertemente el pie de Gío.
Este al momento de reaccionar al dolor la soltó, lo empujó y salió corriendo.
Bruno intentó atraparla, pero fue mucho más rápida.
Ordenó a los guardaespaldas que estaban en la sala que la atraparan, fueron tras ella y él regresó a la habitación.
“¿Porque no la detuvieron los guardaespaldas?”, preguntó Gío.
“Porque como ves viene vestida de enfermera y olvidamos darles su descripción para que la cuidaran de ella”.
Nicole no podía creer lo que había estado a punto de hacer su hermana.
¿En qué momento había alimentado todo ese odio hacia ella?
Ese día fue dada de alta, así que Santi los recibió con alegría.
“¿Fueron por mi hermanita mami?”, preguntó ilusionado.
El pequeño esperaba ver que llegarán con la bebé.
Nicole no pudo evitar llorar ante la pregunta.
Bruno tomó al niño entre sus brazos y se lo llevó de ahí para tratar de explicarle lo ocurrido.
Sara acompañó a Nicole hasta su habitación.
La nana no podía creer las cosas que le pasaban, ya había sufrido demasiado y el destino parecía empeñarse en que lo siguiera haciendo.
“Descansa mi niña, te traeré un té para que te relajes”.
Bruno hablaba con Santi en su habitación.
“Hijo, el bebé regresó al cielo, desde allá nos cuidara”.
“¿Ya no tendré una hermanita?”
“Por ahora no, los cielos necesitaban a su lado un angelito, desde el cielo nos va a estar cuidando”.
Santi se puso triste.
Bruno no pudo evitar que las lágrimas brotaran.
Por más que lo intentaba no podía evitar sentir que Nicole también era culpable, si tan sólo hubiera hecho caso y se hubiera quedado en casa, el bebé estaría a salvo.
Después de contarle un cuento a Santi, regresó a su habitación.
Luego observó los libros que había comprado para leer sobre el embarazo.
Él los tomó y se los llevó de ahí.
Después regresó para ducharse.
Nicole esperaba que le dijera algo, pero no fue así.
Se acostó dándole la espalda, y después de un rato se quedó dormido.
Nicole lloro en silencio.
Sentía que algo en su interior estaba roto.
Le faltaba ese ser que crecía en su interior y que había perdido.
…
Por la mañana cuando despertó, Bruno ya se había ido.
Le dolía su frialdad.
No sabía porque reaccionaba de esa manera, quizá era el modo en que él manejaba el dolor que estaba sintiendo.
En los días siguientes lo vio muy poco.
Se iba muy temprano y sólo llegaba a dormir.
Los fines de semana los dedicaba por completo a su hijo.
Ella se sentía olvidada.
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