Por siempre tuya -
Capítulo 78
Capítulo 78:
Recuperé el control, dejando a Marcel herido y dolorido en mi mente.
“Alania, Alania” fueron las últimas palabras que pronuncié antes de caer inconsciente en la oscuridad que me envolvía.
…
Desperté en mi cuarto con un terrible dolor de cabeza y noté que alguien se aclaraba la garganta. Miré hacia la puerta y vi a Iván entrando, con la mano acariciándose el cabello y una expresión apenada en su rostro.
“¿Cómo te sientes? Espero que mejor. Realmente lamento mucho lo que tuvimos que hacer, pero estabas fuera de control. Teníamos miedo de que pudieras lastimarte” dijo Iván.
“Lo sé, y se los agradezco” respondí agradecido y me levanté de la cama.
“Hansen, todavía estás débil. Deberías descansar un poco más” advirtió Iván.
“No puedo. No hay tiempo. Alania no tiene tiempo. Necesitamos actuar ya” declaré decidido y me dirigí a mi oficina.
“Llama a Elena y Sebastián. Diles que los espero en la oficina y que vengan también. Y dile a Lexie que necesitamos planear nuestro próximo movimiento” ordené con seguridad.
“Perfecto” respondió Iván.
Cuando todos estaban en mi oficina, comencé a explicarles todo lo que Alania me había contado y mis sospechas, incluyendo información sobre la bruja Samanta.
Ahora solo teníamos que crear el plan perfecto para rescatar a mi luna.
“¿Samanta? Claro, era de esperarse. Esa mujer está loca por convertirse en Luna de algún alfa. Pero si Julius no cumple con ese trato, es porque en algún momento va a matar a Samanta. Sería la única forma de detenerla. Es una mujer muy peligrosa” opinó Elena.
“¿La conoces, amor?” preguntó sorprendido Sebastián.
“Sí, ella era parte de nuestro Coven. Pero sus ideas y su deseo de poder no le gustaron a Maxon, así que la exilió para evitar que nos arrastrara en sus planes” expliqué.
“No puedo pelear con ella en mi estado. Sería muy peligroso para mi bebé. Pero puedo llamar a una de nuestras sacerdotisas, Silvana. Ella estaría encantada de ayudar. Samanta fue su alumna y sabe cómo derrotarla” propuso Elena.
“Iván, quiero que todos los guerreros estén listos. En cuanto llegue la sacerdotisa, decidiré nuestro siguiente paso, pero deben estar preparados” ordené seriamente.
“Puedes contar con eso, alfa” aseguró Iván.
“Me encargaré de preparar todo en la clínica para cuando traigan a Alania. Le realizaré un chequeo general a ella y a mi sobrino o sobrina. Hablaré con Anthony” dijo Lexie.
“Gracias, Lexie. Te lo agradezco. No había pensado en eso. Tendremos que hacerle análisis y asegurarnos de que todo esté bien” expresé preocupado.
“¿Cómo está Alania?” me preguntó Lexie.
“Pálida, perdió algo de peso y ese brillo en sus ojos. No puedo esperar más tiempo. Necesito rescatarla” expresé seriamente.
“Y así será, ya lo verás” dijo Iván con determinación.
…
Al día siguiente…
Ayer vi a Hansen y eso me dio las fuerzas que necesitaba para tratar de escapar. Estaba en mi cuarto desayunando cuando alguien entró, una mujer que no reconocí.
“¿Quién eres tú y qué haces aquí?” le pregunté directamente.
“Esa no es la manera de contestarle a la futura Luna de esta manada” dijo la mujer mientras entraba y miraba a mi alrededor.
“Te pregunté quién eres. Y no soy una persona muy paciente, así que contéstame” insistí sin quitarle la mirada de encima.
“Ya te lo dije. Soy Samanta, la futura Luna de esta manada” respondió.
“Tú eres la bruja que está utilizando la magia negra para ocultarme de Hansen” le dije con enojo.
“¿Por qué? ¿Lo extrañas mucho?” dijo con una sonrisa sarcástica.
“No te preocupes, no te quedarás por mucho tiempo. Tu estancia en mi manada no es de mi agrado. Pronto me desharé de ti y de…”
Me detuve al ver que se acercaba lentamente hacia mí, con su mano extendida hacia mi v!entre.
“¿Qué tenemos aquí? Esto sí que es una sorpresa, Luna Alania. Estás embarazada” dijo soltando una risa sarcástica.
“No sé de qué me estás hablando” le dije sorprendida por haber sido descubierta.
“Me sorprende que Julius no lo sepa aún. Estoy segura de que te haría abortarlo sin dudarlo”.
“No te atrevas a decírselo. Te juro que te mataré con mis propias manos” le dije furiosa.
“Mi querida Luna, no lo haré. Por el momento es una carta que puede servirme más adelante. Pero eso quiere decir que tendrás que hacer todo lo que yo te pida. Te dejo descansar y me retiro, Luna” dijo mientras se retiraba de mi cuarto.
No puedo esperar más tiempo.
Necesito hablar con Susana.
Debemos irnos.
“Luna” dijo Susana abriendo la puerta de mi cuarto.
“Susana, justo estaba pensando en ti. Necesitamos irnos lo antes posible. ¿Averiguaste algo? ¿Alguna manera de escapar?” le pregunté con urgencia.
“Hay una manera, pero debe ser de noche cuando los guardias hagan el cambio de turno. Podemos salir por la cocina y huir por la parte de atrás de la casa, sin ser vistas” explicó Susana.
“Es perfecto. ¿Cuándo podemos irnos?” pregunté con ansiedad.
“Puede ser mañana en la noche, cuando todos estén descansando para la ceremonia” sugirió Susana.
“¡Mañana! Pensé que aún faltaban varios días para la ceremonia. Es muy pronto” expresé preocupada.
“Alfa Julius había programado la ceremonia para dentro de una semana, pero algo pasó y la adelantó para dentro de 48 horas, Luna” reveló Susana.
“Luna, te traje los suplementos que me pediste” me dijo mientras me entregaba unos frascos de pastillas.
“Susana, muchas gracias” le dije sonriendo.
“Siento mucho haberme tardado, no fue fácil conseguirlos sin levantar sospechas” me dijo.
“Lo importante es que pudiste traérmelos y esto ayudará a mi bebé. Gracias, Susana” le dije.
“Tengo que retirarme. El alfa pidió que esta noche estuvieras sola con él. No puedo quedarme mucho tiempo contigo” explicó.
“Sola con él, ¿Por qué?” pregunté con miedo en mi mirada.
“No lo sé, Luna. Debo irme. Mañana vendré temprano para ver los detalles de nuestra fuga” me dijo sonriendo antes de marcharse.
El día pasó rápido y sin darme cuenta, ya era de noche.
Una mujer entró a mi cuarto y me pidió que la acompañara a la oficina de Julius, donde él me estaba esperando.
“Pasa, siéntate. Necesitamos hablar” me dijo Julius mientras me miraba con lujuria.
“¿Qué quieres?” le dije desafiándole.
“Eres muy valiente al hablarme así, sabiendo que puedo hacer contigo lo que me plazca” respondió sonriendo.
“Hace mucho tiempo que dejé de tenerte miedo, Julius. Así que dime por qué estoy aquí para que pueda retirarme a mi cuarto” le dije con desprecio.
“El día después de mañana será nuestra ceremonia, donde te reclamaré como mía y mi luna. Espero que estés lista para el evento” anunció.
“Estás demente. Yo no soy tuya y nunca lo seré. Tengo mi posición de luna en Red Winter y tengo a mi alfa y mate” le dije levantándome de la silla.
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