Por siempre tuya
Capítulo 76

Capítulo 76:

“Diosa, por favor, ayúdame a que todo salga bien. Dame la fuerza para lograr escapar de este infierno”

“Hansen, amor mío, te extraño. No dejes de buscarme, te necesito”

Ha pasado una semana desde que Alania desapareció.

Una noche fuimos a la manada de Black Spirit, pero no encontramos a mi Luna.

Descubrimos que Julius la tiene y que una bruja está ayudando a esconderla.

Sería muy obvio que estuvieran en su territorio.

Regresamos a mi manada para idear un nuevo plan, pero han pasado demasiados días sin mi hermosa mate y mi bebé aún no nacido a mi lado.

Cada momento, mi lobo Marcel se vuelve loco, y yo con él.

La distancia y estar lejos de ellos es un infierno.

Elena y Sebastián están utilizando magia para rastrearlos, pero es inútil.

La magia negra que está utilizando Julius es muy poderosa.

Estoy en mi cuarto, recostado en nuestra cama y abrazando su almohada, que casi no tiene su esencia. Se ha desvanecido casi por completo.

Estoy perdiendo la fe de encontrarlos pronto, pero espero que la diosa me ayude a encontrarlos con vida.

“Hansen” dijo alguien tocando en mi puerta.

“¿Quién es?” dije seriamente, sin abrir la puerta.

“Soy yo, Iván. Te necesitamos en la oficina. Es hora” dijo mi Beta.

Elena utilizaría el último recurso: un poco de magia negra con mi sangre para intentar localizar a mi cachorro, ya que a ella no puedo sentirla.

Nuestro vínculo se ha debilitado por la distancia entre nosotros, y ni siquiera puedo sentirla ni a su lobo Kayla.

“Está bien. En unos minutos estoy con ustedes” dije mientras me sentaba en la cama.

Tomé una de sus blusas e intenté inhalar el poco aroma que aún tenía.

La extraño tanto, y ahora que sé que está embarazada, la amo aún más, porque lleva en su v!entre esa vida que será la unión de nuestras almas, una nueva vida.

Me levanté, y mi mirada se desvaneció.

Mi lobo está débil.

Cuando una pareja pasa demasiado tiempo alejada, la unión se va debilitando, pero también lo hacen sus cuerpos y sus lobos.

Estoy sintiendo el efecto de esto, como cuando Alania se fue hace casi un año. Pero debo ser fuerte.

Debo resistir por ambos, por ellos.

Salí de nuestra suite, de nuestro departamento, y me dirigí a mi oficina.

Al entrar, todos me miraron.

“Hansen, ¿Estás bien?” preguntó Lexie preocupada.

“Estoy bien, no te preocupes” le dije sin darle importancia a su comentario.

“Tenemos que empezar. ¿Estás seguro de que tienes la fuerza necesaria?” me preguntó Elena.

“Y esto, ¿Será un problema para ti y tu embarazo?” le pregunté preocupado. Elena ha estado ayudándonos sin descanso, cuidando de Sebastián en todo momento.

“No te preocupes, Hansen. Pero gracias por preocuparte por mi mate y mi pup. Elena es fuerte y este simple hechizo, aunque poderoso, no le causará problema alguno” dijo Sebastián.

“Recuerda, ella te verá como si fuera en un sueño. Debes ser rápido, preguntarle e intentar saber dónde está ella. Para ustedes será muy real, pero recuerda que es solo un sueño. Intentaré que sea lo más largo posible” explicó Elena.

“Pero si te quedas mucho tiempo, puede que ambos se queden en él y no puedan despertar de la ilusión. Tienes que ser fuerte y dejarla ir cuando tengas la información” añadió Elena.

“Entiendo. Seré rápido” dije seriamente.

“Empecemos. Hansen, toma la navaja y corta tu mano. Deposita tu sangre sobre la foto donde estás tú y Alania” me indicó Elena, y no perdí más tiempo.

Me acerqué a mi escritorio y me senté en una posición cómoda para iniciar.

Corté mi mano, y la sangre comenzó a salir. Cerré la mano en puño y deposité la sangre sobre la fotografía.

Elena comenzó a decir un hechizo.

“Sebastián, colócate detrás de mí, y Hansen, acércate a la imagen. Cierra los ojos y piensa en Alania y en tu bebé”

“Buscare mia Alania. Sobri mare eu terra. Sue escenci debei encontrae. Cue unione nostre ellos. Lea forcé de alfa eu luna”

Los ojos de Elena se tornaron blancos, y pensé en mi hermosa Luna y mi bebé, deseando tenerlos cerca pronto.

Estaba en mi cuarto, recostada, cuando comencé a soñar.

Cerré mis ojos, y en mi mente apareció una imagen: estaba en un lugar que reconocí de inmediato, caminando entre la hierba y los arbustos.

Era tarde, la noche estaba por caer, pero la vista del lago Chenek, mi lugar favorito, era hermosa.

Extrañaba mi hogar.

A lo lejos, vi una sombra acercarse, pero mi instinto me decía que no debía tener miedo.

A pesar de que Kayla estaba ausente en la parte más lejana de mi mente, por la magia que habían utilizado para ocultarme, sentía su instinto protector aún presente conmigo.

Todo mi ser me decía que estábamos protegidos y que no debía tener miedo.

La sombra se acercaba cada vez más, y fue cuando lo vi.

“Hansen” dije sin poder contener las lágrimas, y corrí hacia sus brazos. Él me abrazó con tal fuerza que casi no podía respirar.

“Por Dios, Alania” dijo Hansen mientras me abrazaba y ponía su cabeza en mi cuello, oliendo mi aroma.

“Hansen, te he extrañado tanto. Te amo, te amo” le decía sin parar, con lágrimas en los ojos.

Hansen colocó sus manos en ambos lados de mi rostro y me acercó a sus labios.

Fue el beso más apasionado y necesitado de amarnos que jamás nos habíamos dado. Nos fundimos en ese beso, sin querer alejarnos uno del otro.

Había pasado tanto tiempo sin poder tocarnos, acariciarnos, sentirnos.

Su aroma llegó a mí, y me sentí protegida al instante.

Pude sentir a Marcel, tan cerca de nosotros.

“Te amo, hermosa. Te amo” me dijo sin dejar de besarme, de abrazarme.

Pero tenía que hablar con él.

Tenía que decirle sobre nuestro bebé, antes de que fuera demasiado tarde.

Sin fuerzas pero con la necesidad de hablar con él, me separé un poco de sus labios y miré esos hermosos ojos.

“Hansen, mírame” le dije mientras llevaba mis manos a mi v!entre, que ya se notaba un poco, a pesar de la ropa que usaba.

“Julius no tardará en darse cuenta de mi embarazo”

“Estoy esperando nuestro bebé, estoy embarazada, Hansen” le dije sonriendo.

Él cayó de rodillas al suelo y abrazó mi v!entre, besándolo.

“Lo sé, hermosa. Te amo, los amo tanto a ambos” me dijo, y pude ver unas lágrimas en su rostro.

“Alania, no tenemos mucho tiempo” me dijo seriamente mientras se levantaba.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar