Por siempre tuya
Capítulo 75

Capítulo 75:

“Ya estás despierta. Bienvenida a tu nueva casa” dijo una voz, y al escucharla supe quién era. “Julius” dije mientras lo miraba.

“Mi luna, mi amada luna. Por fin estarás a mi lado” dijo con esa mirada de loco que tenía.

Su adoración por mí era enfermiza.

“Julius, ¿Por qué no puedes dejarme en paz? Desde que tengo 14 años te has convertido en mi sombra, en un martirio. ¿Por qué? ¿Por qué?” dije desesperada al verlo.

“Porque no me dejas ser feliz. No entiendes que no te amo, que no quiero estar contigo, que te odio. Estás loco si crees que después de matar a Maxon te aceptaré como mi alfa” dije con rabia en mis palabras.

“Alania, hace mucho tiempo que dejó de importarme lo que tú quieras. Te di muchas oportunidades y aún sigues escogiendo a otros antes que a mí” dijo Julius, acercándose lentamente hacia mí.

“Pero eso se acabó. De ahora en adelante, tu vida será para amarme, hacerme feliz, ser mía. A menos que quieras que mate a todas las personas que amas” dijo con una sonrisa.

“No te atreverías” dije sorprendida.

“Ponme a prueba, mi amor”

Sus palabras llegaron al fondo de mi alma y la furia se concentró en mi ser. Extendí mis manos e intenté crear mis llamas azules, pero no pasó nada.

Lo intenté nuevamente y nada.

“¿Qué me has hecho?” le pregunté preocupada.

“¿Me crees tan estúpido como para raptarte sin tener un plan para controlar tus poderes?”

“Creo que me subestimas, tengo muchos trucos bajo la manga y aliados, entre ellos o ellas, mejor dicho. Hay una bruja especial, como la última que lamentablemente mataste”.

“Comprenderás que tuve que conseguir un reemplazo. Si quería estar contigo, tenía que estar preparado, y créeme que lo estoy” dijo Julius con determinación.

“No podrás utilizar tu magia ni contactar a nadie con tu link mental. Ni lo intentes, será inútil” añadió con firmeza.

“Hansen vendrá por mí. Mi manada te atacará y no dejarán a nadie vivo. Lamentarás haberme desafiado” le dije furiosa.

“¿Quién dijo que estoy en mi territorio?” respondió él con una sonrisa.

“Hay muchas maneras de ocultarse usando la magia”.

“Julius, por favor, si alguna vez me amaste en tu vida, déjame ir, por favor” le supliqué casi derramando lágrimas.

Él se acercó a mí y comenzó a acariciar mi cabello.

“Te ves tan hermosa suplicando, pero esta es tu vida ahora, a mi lado. Pronto serás mía, Alania, mi mujer, porque no esperaré más tiempo” dijo con determinación.

“Y he esperado lo suficiente. Mientras más pronto asimiles las cosas, mejor para ti” añadió antes de retirarse y cerrar la puerta detrás de él.

“Tengo que salir de aquí. No puedo dejar que él me toque. Prefiero morir a ser suya” pensé, casi derramando lágrimas.

“Mi bebé, por ti haré lo que sea, pero nunca podría arrastrarte a esta vida. Si Julius descubre tu existencia, tengo miedo de lo que te haría. Tengo que buscar la manera de salir de aquí, de contactar a alguien y pedir ayuda”.

Mientras me acostaba en la cama para descansar un poco, entró una joven al cuarto con una charola de comida en sus manos.

“Hola, Luna. Mi nombre es Susana y yo estaré a cargo de cuidarte y traerte tus alimentos” me dijo la jovencita.

“¿Susana?” le dije sonriendo.

“Tienes que ayudarme a salir de aquí. Julius está loco. Yo no soy su mate ni su Luna” le dije seriamente mirándola.

“Lo sé, Luna Alania. Sabemos que tú eres la mate de Alfa Hansen y eres del Red Winter Clan. Todos aquí lo saben, pero nadie tiene el valor de enfrentarse a nuestro alfa” dijo Susana con miedo.

“Desde que Alfa Julius asesinó a mi padre, todos hemos vivido con miedo. Nadie lo enfrenta por temor. Lo siento, Luna. No puedo ayudarte” me dijo Susana.

“Este es mi único hogar. Mis padres y hermanos murieron en uno de los ataques de Alfa Julius, y no conozco otro lugar que no sea este. No puedo arriesgarme. Lo siento” añadió con tristeza.

Una lágrima cayó en mi rostro al escucharla.

Las esperanzas de salir de este lugar se volvían cada vez más lejanas, pero aún podía ganar algo de tiempo antes de que se notara mi embarazo.

Una semana después…

Julius ha intentado en varias ocasiones hacerme suya, pero he logrado evadirlo con mentiras.

Sin embargo, no sé por cuánto tiempo pueda seguir haciéndolo. Sus caricias, el toque de sus manos, es insoportable.

He tenido que soportarlo por temor a que descubra mi embarazo.

Susana sigue siendo mi cuidadora personal y ahora estoy en otra habitación, más cerca de Julius, en la casa principal.

No puedo salir, pero al menos puedo ver a través de la ventana.

Me tranquiliza saber que ya no estoy en ese sótano, encerrada entre cuatro paredes sin ver la luz del día.

Mi plan ha sido ser más complaciente, hacer que Julius crea que me he dado por vencida y que finalmente seré su Luna.

“Buenos días, Luna” dijo Susana al entrar a mi habitación.

“Buenos días, Susana” le dije tratando de sonreír.

“Espero que te encuentres mejor después de estos días de malestares. Deben ser los nervios por la ceremonia que está por venir” comentó Susana.

“Ceremonia” dije sorprendida.

“Sí, la ceremonia de pareja. Alfa Julius está preparando todo. En unos días, serás oficialmente nuestra Luna” dijo sonriendo.

“Susana, necesito tu ayuda. Por favor, sé que puedo confiar en ti” le dije tomando su mano entre las mías.

Ella me miró seria y retiró su mano.

“Lo siento, Luna. ¿No sé qué me estás pidiendo?” preguntó.

“Necesito que me traigas algo importante que necesito, por favor” le supliqué.

“Claro, Luna. Lo que tú me pidas” respondió.

“Susana, si me ayudas a escapar, puedes venir conmigo. Te aceptaría en mi manada y tu vida sería diferente” le dije mirándola.

“Nada me haría más feliz, Luna Alania, pero no sé cómo podríamos escapar” dijo dudosa.

“Pensaremos en algo, pero antes necesito que me traigas esto” le entregué un papel con los nombres de los suplementos que necesitaba urgentemente para mi bebé.

Ya no podía esperar más.

“Luna, esto es para embarazadas. ¿Estás esperando un bebé?” dijo Susana sorprendida.

“Sí, debo tener casi dos meses y tengo anemia. Cuando me raptaron, no pude traer esto conmigo y lo necesito urgentemente para mi bebé o podría perderlo. Susana, por favor, te lo suplico, y si Julius se entera…”

“Estoy segura de que me obligaría a abortarlo. Por favor, consígueme esto y veremos una manera de huir juntas” le dije sonriendo.

“Sí, Luna, está bien. Te ayudaré, conseguiré esto y veré cómo podemos escapar” dijo Susana.

“Tengo que irme, no puedo estar mucho tiempo aquí. Trataré de traerte más fruta y comida saludable para tu pequeño cachorro, mi Luna”

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