Por siempre tuya -
Capítulo 69
Capítulo 69:
Levanté la mirada y todos bajaron la cabeza en sumisión ante mis palabras.
“Llévense el cuerpo de Irina y entréguenlo a su familia. Si ellos tienen algún problema, saben dónde estoy”.
“Terminamos el entrenamiento el día de hoy. Nos vemos mañana. Pueden retirarse todos. El espectáculo ha terminado” anuncié, y esperé a que todos se fueran para hablar con Hansen, quien estaba parado mirándome sin saber qué decir.
Una vez que todos se habían ido y solo estábamos nosotros, Hansen rompió el silencio.
“No esperaba tu reacción ni que aceptaras el reto de Irina” dijo mientras pasaba su mano por su cabello avergonzado, sin poder mirarme a los ojos.
“¿Por qué no habría de aceptarlo? ¿Acaso prefieres a alguien más?” le respondí en tono altanero, aún furiosa por lo que me dijo Irina.
En cierta forma tenía razón; Hansen había sido un mujeriego antes de conocerme, y solo la diosa sabía cuántas mujeres habría tenido.
“Desde muy pequeña supe que no eres un monje, y mucho menos estabas esperando por tu mate. Pero por dios, ¿tenías que elegir mujeres de nuestro Clan? ¿Por qué no de otro?” le espeté, furiosa y gritando.
“Aly, no sé qué decirte. No pensé que mi mate estaría en la manada, y en cierta forma, Irina tenía razón. Si no te encontraba, ella habría sido mi Luna designada” dijo, bajando la cabeza.
“Eres un idiota, realmente lo eres. Precisamente por eso tenía que aceptar su reto. ¿Qué esperabas? ¿Que tuviera un combate cada día después de que todas tus conquistas se enteren de que tienes a tu mate oficialmente?” le espeté, con las manos en la cintura.
“No entiendo, de verdad. Pero te amo. Por algo pasaron las cosas, y si la diosa te dejó andar de flor en flor, solo espero que hayas aprendido la lección y solo seas mío” dijo, poniendo una cara de berrinche.
Hansen dio unos pasos hacia mí y me tomó en sus brazos, pegándome a su pecho y besando mi frente.
“Hermosa, tú eres mi vida. Mi pasado quedó atrás, mi presente y mi futuro eres tú. Te amo, Aly” dijo, mirándome, y no pude evitar sonreír ante esas palabras.
“Eres un idiota, pero te amo. Por favor, solo no dejes que nada ni nadie nos separe. No podría soportar perderte y que alguien más nos separara. Prométemelo, que no permitirás que nos separen” dije, abrazándolo fuerte.
“Te lo juro, Alania, mi Luna. Nada ni nadie volverá a separarnos. Defenderé lo nuestro hasta con mi propia vida si es necesario. Te lo prometo” me dijo, besándome.
Sentí que era sincero, sus labios tocaron los míos y nos fundimos en un beso apasionado y eterno.
Principio del formulario
“Sera mejor que nos vayamos, necesitas un baño para limpiar la sangre de su cuerpo” me dijo mientras me acariciaba el rostro y me besaba nuevamente.
Después de bañarme y descansar un poco, Hansen y yo decidimos bajar a cenar.
Nos sentamos en la mesa y Hansen estaba dándome de comer en la boca, sonriéndome y besándome mientras yo comía.
“No puedo dejar de admirarte, cada día estás más hermosa” me dijo sonriendo.
“Hansen, lo dices como si fuera la primera vez que nos vemos” le dije mirándolo.
“La primera vez que te vi, quedé impactado con tu belleza. Las manos me sudaban y solo verte me excitó como no tienes idea” dijo sin el menor pudor.
“Hansen, te van a escuchar, ósea, los lobos tenemos oídos supersónicos ¿Recuerdas?” dije sonrojada.
“Qué me importa, soy el alfa y puedo decir lo que quiera” dijo levantándose de su silla.
“Esta mujer me vuelve loco y la amo, la amo” exclamó mientras me agarraba la camisa para que me sentara de nuevo.
“Por dios, ¿Qué voy a hacer contigo? Se supone que tú eres el mayor de los dos, yo soy la adolescente aquí, ¿Recuerdas?” le dije sonriéndole.
“Alania, cuando me di cuenta de que estaba enamorado de ti, me sentí el hombre más feliz del mundo. No me importaba encontrar a mi mate, porque sabía que te amaba con locura. Estaba dispuesto a rechazar a mi mate por ti” dijo seriamente mirándome.
“Sabes lo que eso significa para nosotros, el rechazar el regalo de la diosa. Tan grande es mi amor por ti que no dudé ni un segundo en hacerlo”.
“Cuando descubrí que tú eras mi mate, la vida regresó a mi cuerpo. Reaccioné de la peor manera posible y fui un completo imbécil, lo admito. Pero después de que todo pasó, entendí que la diosa me había dado el regalo más grande: la mujer que amo es mi mate” dijo mientras se acercaba y me besaba tiernamente.
“Mi vida tenía sentido ahora. Tú eras y eres mi vida entera. Cuando te perdí, quería morirme y juré que jamás volvería a sentir eso, que jamás volvería a dudar de tu amor. No me importa si existen miles de Julius, nadie me alejará de ti” dijo mientras me abrazaba con fuerza.
“Nadie me alejará del amor de mi vida, de mi mujer, de ti, Aly”.
“¿Qué hice para merecerte? Eres perfecto. Te amo tanto” le dije sonriendo.
“Y yo a ti. Solo quédate conmigo, confía en mí, quédate a mi lado y te prometo que todo estará bien, hermosa” dijo colocando su brazo alrededor de mi cintura y acercándome a él, abrazándome con fuerza.
“Sabes, cuando era una niña, siempre me pareciste el hombre más guapo de la manada. No podía dejar de verte cuando venías a nuestra casa y me ponía celosa cuando tenías una cita con mi hermano y su novia” le dije mientras reíamos juntos.
“A pesar de que no tenemos mucha diferencia de edad, la última vez que te vi fue poco antes de irme a la universidad. Estabas entrenando en el campo, vi que tu padre, que en ese entonces aún era Beta, te exigía mucho en los entrenamientos. Pude ver cómo en uno de ellos caíste al suelo, agotada, y quise correr a abrazarte. No sé por qué, pero siempre sentí una atracción por ti, algo que me decía que tenía que protegerte” me dijo mirándome con esos ojos llenos de amor y ternura.
“Creo que incluso en ese tiempo, sentía algo por ti, pero no quería darme cuenta”.
“Siempre me pareciste muy hermosa, y me ponía celoso cuando los amigos de tu hermano decían algo sobre ti” añadió, y pude ver que estaba celoso.
“Recuerdo ese día. Tenía horas entrenando y estaba muy cansada. Caí al suelo, y mi padre me dijo que me levantara. No sé de dónde saqué fuerzas para seguir, pero lo logré” le dije sonriendo.
“Cuando te fuiste, ni siquiera te despediste de mí. No esperaba una gran despedida, pero te extrañé mucho. Cada día esperaba volver a verte. Cuando mi hermano regresó, pensé que tú también lo habías hecho” le dije, y borré la sonrisa de mi rostro.
“Pero fue cuando mi hermano le dijo al Alfa Dante que estabas saliendo con la hija de un Alfa y no podías dejarla sola” me puse furiosa solo de pensar que tenías novia y seguías teniendo citas en vez de esperar por tu mate.
“Y de nuevo, lo siento. Fui un imbécil, pero todo eso quedó atrás y valió la pena porque ahora estoy contigo” dijo Hansen mirándome.
“¿Pups?” le dije sorprendida.
“Sí, cuando los tengamos” me dijo.
“Mi amor, aún no estoy preparada para eso. Siento que nos falta conocernos más, disfrutarnos. Sé que puede suceder, y si pasa, lo amaré con mi vida. Pero si no, está bien. No es algo que esté buscando en este momento, Hansen” le dije dudosa de su respuesta.
…
“Aly, cuando tú quieras y estés lista, lo estaré yo. Y si pasa, pasará. No te voy a presionar, pero creo que deberíamos empezar a practicar para cuando estés lista, ¿no crees?” me dijo mientras comenzaba a acariciarme la pierna.
“Hansen” le dije sonrojada, mirando hacia todos lados.
Pero a él no le importó. Me tomó en sus brazos y comenzó a subir las escaleras rumbo a nuestro cuarto.
Pasamos una noche de placer y amor intenso, donde él me recordó y me hizo sentir cuánto me ama, mi alfa, mi mate.
Cada día lo amo más.
…
Han pasado poco más de un mes desde nuestra ceremonia y no podría estar más feliz. Hansen es todo lo que soñé, nuestra manada está firme, unida y más fuerte que nunca.
Mi hermano y Lexie tuvieron a su pequeña princesa, una hermosura a la que llamaron Bella. Hansen y yo seremos sus padrinos, y estamos tan emocionados.
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