Por siempre tuya
Capítulo 68

Capítulo 68:

Los ovarios de esta loba no pensaron antes de retarme, pero me alegra, porque así podré ponerla en su lugar a cualquiera que se crea con derecho sobre mi mate y mi puesto de Luna.

“Irina, estás loca. Nadie va a retar a mi…” dijo Hansen, pero antes de que terminara de hablar, acepté el reto.

Las agallas de esta z%rra me sorprenden, pero no estoy dispuesta a tolerar otra falta de respeto.

Tendré que tomar cartas en el asunto y terminar con esto de raíz.

“Yo, Alania Winter, esposa de Alfa Hansen y Luna de Red Winter, acepto con gusto tu reto” dije sonriendo y caminé hacia el área de entrenamiento.

Pude ver la cara de asombro de Hansen y el resto de los guerreros presentes.

Hansen se acercó a mí tratando de persuadirme en mi decisión.

“Alania, esto es ridículo. Vamos a solucionar esto de otra manera” me dijo mirándome.

“No veo que otra solución exista. Cuando aparece otra mujer de tantas de tu lista y me quiere quitar mi título, si cada vez que se le ocurra alguna de tus conquistas aparecer, esto no terminará nunca. Así que daré un ejemplo para que no se repita” dije furiosa mirándole.

Mi hermano Iván llegó corriendo y escuché cómo se acercó a Hansen.

“¿En la madre, qué hace Irina aquí, Hansen?” le preguntó mi hermano.

“Eso quisiera saber yo. Pensé que jamás regresaría y ahora acaba de retar a tu hermana por el título de Luna” dijo Hansen.

“Estás consciente de que Alania ganará fácilmente, no me preocuparía por eso, sino por la mirada que te está dando mi hermana. No quisiera estar en tus zapatos cuando esto termine, Alfa” dijo Iván riéndose y alejándose de Hansen.

“Gracias por tu apoyo. No esperaba menos de mi Beta, de casi mi hermano” le dije seriamente.

“Prefiero ser hermano de nuestra Luna y vivo que tu amigo y tres metros bajo tierra. Lo siento” dijo Iván.

Irina y yo estábamos en el cuadro principal de combate preparándonos, cuando se acercó Renata y dijo las reglas.

“Este combate será para pelear el derecho al título de Luna de Red Winter Clan. Será un combate justo y legal. Podrán pelear en su forma humana únicamente y será hasta que alguna de las peleadoras se rinda” dijo Renata.

“Será a muerte. No pienso rendirme y no la dejaré viva tampoco” dijo Irina frente a mí.

Miré a Renata y ella solo sonrió al escuchar las palabras de Irina.

Renata había peleado muchas veces conmigo y sabe perfectamente de lo que soy capaz y mis habilidades.

Pero a pesar de mi fuerza, no usaría mi magia ni mi ventaja frente a Irina, solo la fuerza humana para darle una oportunidad.

Abrí mi enlace mental y me comuniqué con Renata.

“Acepto su reto a muerte y además le concedo el derecho de transformarse en su loba, mientras que yo renuncio a mi derecho hacerlo. Infórmale a todos, Renata” le dije firmemente.

“¿Alania, estás segura? No es que dude que ganarás fácilmente, pero si extiendes el show sería una gran exhibición para las mujeres” dijo Renata riéndose.

“No te preocupes, haré mi mayor esfuerzo para no matarla en los primeros 5 segundos, pero no prometo nada. Cada vez que abre la boca, me dan ganas de hacerla cenizas” le dije sonriendo.

“Nuestra Luna acaba de informarme que acepta el reto a muerte o rendición total y le concede a Irina el derecho de pelear en la forma que ella desee” anunció Renata.

“Eso lo hace para poder pelear en su lobo ella misma” dijo Irina.

“Luna Alania ha rechazado ese derecho. Ella solo peleará en su forma humana” aclaró Renata, y asentí con la cabeza en aceptación.

Hansen se acercó a mí y me miró con los ojos casi saliéndose de su cráneo.

“Estás loca, no puedes hacer esto. Te estás exponiendo. No me quedaré aquí a ver cómo te lastiman” dijo Hansen preocupado.

“Qué lástima, querido. Pero no te alejes tanto, que pienso terminar en pocos minutos” le dije sonriendo.

“Están listas” dijo Renata mirando a Irina, y ella asintió con la cabeza.

Luego me miró y yo hice el mismo gesto.

“¡Peleen!”

Irina no perdió el tiempo y se lanzó a mí, tratando de conectar un golpe en mi rostro.

Pero mi velocidad fue demasiado para ella.

Me moví y casi al instante la tomé del brazo y la lancé al suelo. Cayó de espaldas y se escuchó un grito salir de su boca.

Me alejé, dándole espacio para que se levantara.

De nuevo se lanzó sobre mí, pero esta vez detuve su brazo y le devolví el golpe, casi lanzándola a dos metros de distancia.

La miré fijamente con mi sonrisa y extendí mi mano, dándole permiso para que se levantara de nuevo.

En su rostro ya se podía ver la sangre por el golpe que le había conectado, además de algunas costillas rotas por haberla lanzado en el aire.

Sin pensarlo más, ahora era mi turno de atacar. La miré fijamente y giré con rapidez, conectando una patada en su abdomen que le sacó el aire.

Coloqué mis manos en sus hombros, realicé un salto, volé sobre ella girando mi cuerpo y cayendo detrás de Irina.

Coloqué mis brazos alrededor de su cuello, tratando de asfixiarla y obligándola a rendirse.

Quería humillarla por su falta de respeto, y lo iba a conseguir, sin necesidad de matarla.

“¿Te rindes?” le dije al oído.

“Nunca, p%rra, prefiero morir” me respondió con su voz cínica.

“Qué lástima, porque prefiero que vivas para que aprendas la lección de quién manda en esta manada y quién es la verdadera Luna”.

Apreté más mis brazos para que Irina cayera de rodillas al suelo.

Mi fuerza era implacable, y ella lo comprendió.

Con un ligero golpe en mi brazo, admitió su derrota y se rindió, cayendo al suelo.

Me acerqué a ella, me hincé sobre una rodilla para que pudiera escucharme y le dije:

“No era tan difícil someterse a tu Luna”.

Me levanté y comencé a caminar rumbo a Hansen, dándole la espalda a mi contrincante.

Pero al dirigirme hacia Hansen, su rostro cambió y fue reemplazado por una mirada de miedo.

Me gritó con fuerza.

“¡Cuidado, detrás de ti!”.

Cuando giré, vi a Irina lanzándose sobre mí para golpearme por la espalda. Realmente pensaba que podría vencerme así, la muy estúpida creía que había nacido ayer.

La tomé del cuello con una mano y la apreté tan fuerte quebrando su cuello. Cayó al suelo, su cuerpo sin vida y con los ojos abiertos.

Levanté la mirada y vi a todos los miembros de mi manada frente a mí.

Al principio solo eran los guerreros, pero durante la pelea se corrió la voz de que me había desafiado por mi título.

Aproveché la ocasión para dar mi alerta.

“Alguien más que desee retarme por mi título, estoy dispuesta a pelear” dije firmemente en mi voz de Luna.

“No permitiré una falta de respeto hacia mí ni hacia las lobas que aún no tienen pareja. Alfa Hansen es mío. Si alguna de ustedes es sorprendida insinuándose o tratando de seducirlo, estará firmando su sentencia de muerte. En esta manada solo hay una Luna, y esa soy yo”.

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