Por siempre tuya
Capítulo 60

Capítulo 60:

Me levanté y caminé hacia el lago.

Me sumergí en él y dejé que el agua me cubriera.

Cuando estaba bajo el agua, abrí mis ojos para contemplar la vista, pero no podía creer lo que estaba viendo.

Era la imagen de él. De mi muse.

¿Cómo era posible?

Era un espejismo, un sueño bajo el agua.

Pero era él.

Maxon.

Su sonrisa, esa maravillosa mirada que cada mañana me despertaba con un te amo y una caricia.

Estaba soñando.

¿Qué era esto?

Después de unos segundos, su cuerpo se cubrió de llamas rojas y se desvaneció.

Ni siquiera me di cuenta de cuánto tiempo estuve debajo del agua. Nadé a la superficie y no podía creer lo que había visto.

Creo que estaba volviéndome loca.

Nada hacia la orilla de nuevo y me senté, cubriéndome.

Cuando estás bajo el agua, la magia hace todo posible, como en Obligion cuando conocí a Maxon por primera vez.

Pero estaba muy lejos de ese lugar.

Mis ojos me engañaron por un instante.

Mi corazón y mi alma se sienten en agonía, en dolor constante por no estar cerca de mi mate.

Quizá eso esté haciendo que se vea reflejado en mi magia y por eso vea al hombre que, en tan poco tiempo, me amó como si hubiera sido una vida entera.

Amo a Hansen y lo extraño. Pero no puedo evitar pensar que Maxon jamás permitió que estuviera triste por un solo minuto.

No entiendo qué me está pasando.

Mis sentimientos por Hansen no han cambiado y lo extraño.

Necesito tenerlo cerca.

Lo amo y me duele que estemos así.

Dos semanas antes…

Ayer, al regresar de la cena, fue un desastre.

Estar frente a Julius y ver que respiraba el mismo aire que mi mate me hacía hervir la sangre. La manera en que la miraba era un insulto constante para mí.

Tuve que contenerme para no matarlo en ese momento.

Marcel estaba furioso y fue muy difícil no permitirle tomar el control de nuestro cuerpo para arrancarle la cabeza a ese imbécil. Incluso tuvo la osadía de mencionar a Maxon, burlándose de la manera tan vil y ruin en la que terminó con su vida.

Pude sentir la rabia y la indignación de Alania cuando mencionaron el nombre de su muse.

Sé que ella me ama, pero no pude evitar sentir celos por alguien que, en tan poco tiempo, la amó intensamente y la hizo suya.

Algo que debió haber sido mi honor tomar de ella, mi derecho. Todo esto me hace odiar cada vez más a Julius, por todo lo que perdí cuando ella se fue para protegerme.

Si lo hubiera matado en ese entonces, nada de esto habría pasado y nuestras vidas serían diferentes. ¡Diablos! Incluso ya tendríamos cachorros y ella tendría el título de mi Luna. Pero no dejaré que nuestra felicidad penda de un hilo.

Saben de lo que soy capaz.

Soy un alfa temerario y no pienso permitir que otro alfa ponga en peligro a mi luna.

Si guerra es lo que quiere, que se prepare, porque tendrá una en la que no podrá ganar.

Decidí reunirme con mis guerreros y mi Beta para realizar un plan y algunas alianzas. Julius ha hecho demasiadas cosas y estas han quedado impunes.

Es momento de terminar para siempre con esa manada y darle tranquilidad a los demás. Pero, sobre todo, darme el placer de matarlo con mis propias manos.

“Llamé a esta reunión porque nuevamente mi Luna y mi manada están siendo amenazadas. Nuestra existencia está en peligro. Como líder y alfa de Red Winter Clan, no voy a permitir que esto suceda. Tengo el derecho de velar por su seguridad y tranquilidad” dije orgulloso.

“Alfa, ¿Qué ha pasado para que tomes esta decisión?” preguntó mi guerrero Dominik.

“Ayer, Julius se atrevió a decirle a Alania, delante de mí, que no descansaría hasta que ella sea suya”.

“Eso es un insulto imperdonable, que no pienso pasar por alto. Nadie lo ha retado ni ha puesto en duda sus decisiones, pero no permitiré que la tranquilidad de mi mate, de mi mujer y de mi manada esté en manos de un alfa que no merece ese título” dije decidido.

“Estamos contigo, alfa” dijeron todos al unísono.

“En las siguientes semanas, debemos obtener la información necesaria para poder atacar a Black Spirit Clan. Hablaré con los alfas con los que tengo alianzas y les explicaré lo que está pasando. Les pediré su apoyo en esto”.

“Pueden retirarse. Iván, quédate un momento. Debo hablar contigo” le dije a mi Beta.

Los guerreros salieron de mi oficina y esperé hasta estar completamente solo con Iván.

“No quiero que tu hermana se entere de esto, no hasta que tengamos un plan y la información que necesitamos. Entonces, se lo diré personalmente” le dije.

“Creo que cometes un error. Ella odia las mentiras y creo que la estás subestimando. Te ha demostrado que es más fuerte de lo que piensas. ¿Estás seguro de esto?” me dijo Iván.

“Estoy seguro. Se lo diré a su debido tiempo. Puedo contar con tu discreción” le dije, esperando su respuesta.

“Te lo pido no como tu alfa, sino como tu amigo, tu hermano. Prácticamente, por serlo para mí. Necesito saber que puedo contar contigo en esto” le dije decidido.

“Está bien. Solo espero que ella no se entere por alguien más. No me gustaría estar en tus zapatos”.

Los días siguientes estuve muy ocupado, Alania insistía en que saliéramos a correr o en comer juntos, pero estaba repleto de trabajo, llamadas y email que enviar, para solicitar refuerzos y realizar mis planes.

Mas de una vez, tuve que rechazar el estar con ella, no podía decirle el motivo por el cual estaba tan ocupado, así que decidí solo ignorarla, me partía el alma verla sola y no poder estar a su lado, pero esto no podía esperar más tiempo.

Al final, estoy seguro de que ella entenderá.

Después de contarle todo, pero hasta no tener un plan y los detalles de nuestro ataque, tendré que mentirle por su seguridad.

Estaba en la oficina, gritando en el teléfono a un alfa de un clan vecino.

“No podemos esperar más tiempo, entiendo sus dudas, Alfa McGregor, pero una unión nos garantizaría que esto no volviera a pasar y…”

Me detuve cuando vi que Alania estaba por entrar a la oficina.

“Permíteme, alfa” le dije mirando a mi hermosa mate.

“Estás muy ocupado. ¿Puedo traerte algo de comer?” me preguntó con una sonrisa, que odié por lo que tendría que decirle.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar