Por siempre tuya -
Capítulo 10
Capítulo 10:
“Sebastián, perdóname no te había visto, ¿Cómo estás?” le dije distraída.
“Te estaba buscando, que te parece si vamos a cenar, tenemos que ir por unas hamburguesas, dicen que…” pero antes de que pudiera terminar de hablar Sebastián, se escuchó un gruñido.
“Aly estará ocupada, ya tiene planes conmigo” dijo Hansen mirando a Sebastián de una manera muy retadora.
“Los planes se pueden cancelar, evidentemente como pudiste darte cuenta ayer” dijo Sebastián, contestándole a Hansen, esta situación se estaba saliendo de control, me sentía como un juguete por el que dos niños se estaban peleando.
“Alfa Hansen” dije tratando de calmarnos.
“Hansen, solo Hansen”
Me corrigió él.
“Hansen y Sebastián, ambos son mis amigos no existe motivo alguno, para que se estén comportando de esta manera, dejen de hacerme sentir como un premio en la feria” dije enojada mirándolos.
“Discúlpame Aly, tienes razón eres mucho más que eso” dijo Sebastián mirando a Hansen.
“Aly jamás pensaría en ti como un premio, cuando ni siquiera estas disponible para algunos” dijo Hansen en la cara de Sebastián.
“Saben que, por mí pueden matarse, si me disculpan creo que mejor me iré a dormir, no tengo apetito” dije ignorándolos y entre rumbo a mi habitación.
“Que lastima Hansen, creo que se canceló tu cita” dijo Sebastián burlándose.
“Que te hace pensar que tienes una oportunidad con ella, no te metas en mi camino Sebastián o puede que te arrepientas” dijo Hansen enojado,
“Excelente, así está mejor las cartas sobre la mesa, ella me interesa y quizá sea mi mate” dijo Sebastián, lo cual causó molestia en Hansen.
“Ella no está disponible y no es tu mate, créeme lo sabría, aléjate de ella, te lo advierto” dijo Hansen.
“No te tengo miedo, yo también soy una alfa, lo recuerdas y puedo tomar a quien quiera como mi mate”
“¿A quién tú quieres menos a ella?”
“Ya lo veremos” dijo Sebastián y se fue.
Hansen recordó las palabras de Alania y subió a su recámara.
“Aly, Aly ¿Aun estas despiertan?” dijo parado en la puerta de su cuarto.
Podía escuchar a Hansen y dudaba en contestarle o no, pero decidí hacerlo.
“¿Qué quieres Hansen?”
“Alania por favor, todo estaba bien hasta que este idiota se entrometió entre nosotros, teníamos planes de cenar, ¿Por qué cancelarnos?”
“Creo que no fue una buena decisión Hansen, discúlpame estoy cansada y preferiría irme a dormir” dije esperando que no insistiera más.
“Está bien, pero no creas que me daré por vencido, que descanses hermosa” dijo Hansen, me recargue en la puerta para seguir escuchando su voz, pero escuche sus pasos al irse.
…
Al día siguiente…
Después del entrenamiento, Lexie me pidió que la acompañará al mall, a realizar unas compras para su fiesta de cumpleaños que sería mañana en la noche, por fin cumpliría sus 18 años y estaba más que emocionada porque encontraría a su mate.
Mi hermano Iván también se veía contento, lo cual me alegro, tenía la sospecha de que Lexie podía ser su mate y la manera en que él la miraba me lo confirmaba cada vez más.
“Alania, ¿Estas lista?, estoy muy emocionada por comprar mi vestido para mi fiesta” dijo Lexie emocionada.
“Sí, estoy lista vámonos”
“Perfecto mi hermano se ofreció a llevarnos” dijo Lexie sonriendo.
“Lexie, ¿Por qué no me dijiste?”
“Porque sé que te negarías, anda por esta vez, puedes hacerlo por mí” dijo poniendo una cara de niña y no pude decirle que no.
“Nos vamos hermosas” dijo Hansen mirándome con una sonrisa en su rostro.
“Si, todo listo, verdad Aly” dijo Lexie.
“Vámonos antes de que me arrepienta” le dije forzando una sonrisa en mi rostro.
Cuando llegamos al mall, nos fuimos directamente a la tienda de vestidos, Lexie no podía dejar de hablar y me estaba volviendo loca, y por si fuera poco las empleadas de la tienda no dejaban de mirar a Hansen.
Parecía que se lo querían comer de pies a cabeza, a pesar de que Hansen las ignoraba y solo tenía ojos para mí, pero me puse bastante celosa y sé que él se dio cuenta.
“Relájate Aly, estamos aquí para divertirnos y ellas no me interesan, solo tú” dijo Hansen mirándome y eso me puso muy nerviosa.
“Aly tienes que probarte este vestido por favor, té veraz hermosa, ¿Verdad Hansen?” dijo Lexie
mirándole.
“No lo dudo” le contesto.
Me puse roja de pena y tomé el vestido.
“Si no vas a dejar de molestarme, no me queda más remedio” dije y entre a los vestidores.
Mientras estaba en los vestidores, cerré la cortina para cambiarme, pero al ponerme el vestido no pude cerrar el cierre y pedí ayuda, cuál fue mi sorpresa que Hansen entro al vestidor.
“¿Qué haces aquí?” dije cubriéndome el pecho con mis manos.
“Pediste ayuda y no hay nadie disponible más que yo” dijo sonriendo.
“Aly por favor, solo voltéate y te ayudo con el cierre, no es como si fuera la primera vez que veo a una mujer semidesnuda” dijo sonriendo de manera sarcástica y sé que lo hizo a propósito para ponerme celosa.
“Quizá no sea tu primera vez, pero no estoy acostumbrada a estar desnuda frente a un hombre” le dije enojada.
“Me siento halagado, por ser el primero que puede verte casi desnuda, es un honor que pienso adjudicarme” dijo mientras sus manos intentaban cerrar el vestido.
Pero estaba tan nerviosa, cuando Hansen empezó a rozar la piel de mi espalda, acariciándome y sentí tanto placer en sus caricias, que estoy segura de que él se dio cuenta.
Por un momento cerré mis ojos y olvidé el lugar donde nos encontrábamos, él se acercó a mi espalda que estaba pegada a su pecho y comenzó a darme pequeños besos en la parte de atrás de mi cuello.
Mi piel se erizó y sentí que mis rodillas se debilitaban.
“Te ves tan hermosa” dijo Hansen, rozando mi piel con sus labios y colocando sus manos en mi cintura, mi cuerpo estaba reaccionando a mi mate.
Inconscientemente incliné mi cabeza para darle más acceso a mi cuello y él no dudo en aceptar la invitación, comenzó a besarme la parte que une mi hombro con mi cuello, donde estaría su marca cuando me hiciera suya.
Estaba perdiendo la cabeza, me estaba perdiendo en su cuerpo, Hansen giro mi cuerpo y estábamos frente a frente, el espacio del cubilo para cambiarse era pequeño, di unos pasos hacia atrás y él dio unos hacia adelante.
Me encontré atrapada entre la pared y él, se acercó a mí y sus labios comenzaron a rozar los míos. Y en un instante estábamos besándonos tiernamente, su lengua estaba tratando de acceder a mi boca y se lo permití.
Fue tan tierno y apasionado a la vez, sus manos estaban acariciando mi cuerpo y deseaba más, quería más de él.
Sus labios regresaron a mi cuello.
“Aly que me estás haciendo” dijo Hansen mientras me besaba.
“Te deseo tanto, me vuelves loco”
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