Mamá psicóloga
Capítulo 59

Capítulo 59:

POV Lizbeth

“Gracias por cuidar de los niños y por… por…”

Apoyarme incluso cuando pensé que esto no pasaría.

“Nunca dude de ti mi niña”

Mi madre mira hacia el auto.

“Como estoy segura de que esos niños se dieron cuenta de que tú puedes ayudarlos”.

“Espero que de verdad pueda hacerlo mamá”, admito, antes de bajar las escaleras del porche, conduzco una vez más en silencio.

Llego a la casa de mi suegra una hora después y los niños bajan del auto emocionados de estar aquí.

Salgo tras ellos con prisa, la empleada que abre la puerta me mira con preocupación, pero me deja pasar después de que los niños simplemente entran en casa.

No tardo mucho en encontrar a la mujer que he venido a ver, su rostro molesto me devuelve la mirada después de besar en la mejilla a sus nietos.

Señalo el sillón, probablemente carísimo de su sala de estar.

Ella se sienta mientras me observa llamar a los niños.

“Lucas, ¿Por qué no van a la cocina por algo de comer?”, les digo.

“Pídanle algo rico a la chica que nos abrió la puerta, quiero hablar cosas de adultos con tu abuela”.

“Si mamá, nosotros…”

“Ella no es tu mamá Lucas”, gruñe mi suegra.

“No la llames así”.

“Ella es mamá”, lo encara el niño.

“Es nuestra mamá ahora”.

“Cariño, le explicaré eso a tu abuela”, digo acariciando su cabecita.

“Ahora déjame habar con ella, ¿Vale?”

Mi hijo asiente.

Ambos niños corren en dirección a la cocina y cuando estamos solas miro directamente a mi suegra con determinación.

“Usted y yo debemos hablar, por los niños”, le advierto.

“Porque después de todo son lo único importante aquí”

POV Jeremías

“¿Suspenderme?”

La voz de mi tío es molesta.

“¿Por qué motivo vas a suspenderme? ¿Que quieres decir Jeremías?”

“Quiero decir que te daré unas vacaciones hasta que investigue a fondo todas estas cosas, tío”.

Antoni mira la carpeta que dejé sobre su mesa, sus ojos se mueven rápidamente por las hojas en ella y cierra dicho objeto de golpe antes de mirarme con furia.

“¿Quién infiernos te dijo estas patrañas? ¿Como puedes creer algo así? Jeremías… ¿Como puedes siquiera pensar que yo…?”

“No lo sé, quizás porque le metiste a mi madre en la cabeza que me quitara a mis hijos, no sé qué estás tramando, pero ya no estoy seguro de que pueda confiar en ti tío”.

“¡Esto es absurdo!”, grita.

“Llevo años al mando de la franquicia farmacéutica, mucho antes de que tu hermano fuera el director del grupo, llevo más años en esta rama de la empresa que nadie y tú vienes a acusarme”.

“No te estoy acusando, te estoy dando un tiempo”, respondo.

“No has tenido vacaciones en todos estos años y creo que un rato fuera del grupo te hará bien”.

“Estás loco”, gruñe.

“¿Acaso se te ha subido a la cabeza tu cargo?”, gruñe.

“No entiendo por qué haces todo esto cuando nunca quisiste el puesto, cuando has vivido la mayor parte de tu vida tratando de ser un simple médico general”.

“Tienes razón, no fue mi deseo ser el jefe del Grupo Mark, pero mi hermano murió y tuve que hacerme cargo porque soy el único heredero de…”

“¡Te dije que me ocuparía!”, responde.

“Te dije que cuidaras de esos niños, te presenté a los mejores psicólogos y aunque no aceptaste mi ayuda, me mantuve aquí tratando de mantener el patrimonio de nuestra familia, pero esa maldita mujer que no es más que una entrometida te está lavando el cerebro”, explicó él.

“Lizbeth ha hecho más por mis hijos que nadie más”, respondo.

“Y no entiendo que infiernos te traes contra ella, pero este no es el tema”

Me pongo en pie.

“Te daré un mes de licencia, te quiero fuera de la compañía hasta que investigue todo esto, no lo hagas más difícil porque somos familia después de todo”.

“No puedo creer que estés haciendo esto”

Él golpea la mesa.

“Tú y tu hermano, los dos creen que el mundo es un lugar rosa donde debemos ayudar a los demás”, niega.

“Estás haciéndonos perder dinero y mi grupo es el único que supera las ventas todos los años, pero tú quieres sacarme de la…”

“¡Quiero saber que puedo confiar en ti!”, respondo.

“Ahora, entrégale todo al director ejecutivo que traje para sustituirte temporalmente, pasa tiempo con tu familia o vive tu vida”

“Mi vida es esta compañía, mis hijos son todos unos incompetentes que lo único que hacen es escuchar a la estúpida de su madre que no es más que otra soñadora”.

“Lo siento entonces, pero no puedo tenerte aquí sabiendo estas cosas, por favor solo vete de aquí”.

“¡Jeremías!”, grita.

“Mo hagas eso, no hagas…”

Mi móvil suena.

Le hago un gesto a mi tío para que no intente convencerme de algo que estoy determinado a hacer.

Frunzo el ceño cuando el nombre de mi madre aparece en el menú de llamada y cierro mis ojos tomándome un momento para contestar su llamada.

“¿Que quieres ahora madre?”, gruño.

“No tengo tiempo para…”

“Tu esposa y los niños están aquí”, me dice.

“Pensé que te interesaría saberlo”.

“¿Lizbeth está allá?”

Miro mi reloj.

“¿Desde cuándo?”

“Esa mujer lleva un buen rato aquí Jeremías y quiero que sepas que yo he…”

Corto la llamada sin dejarla terminar.

Salgo de las oficinas del área farmacéutico de la compañía preguntándome por qué motivo Lizbeth llevaría los niños con mi madre.

Trato de llamarla, pero no contesta.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar