Mamá psicóloga -
Capítulo 30
Capítulo 30:
POV Jeremías
“¿Jeremías, sucede alguna cosa?”
Escucho su voz una vez contesta la llamada.
Dudo durante un segundo antes de contestar a su pregunta con la molestia que causa en mí toda esta situación.
“¿Con qué derecho investigas a mi mujer o le cuentas calumnias a mamá de ella?”
“Jeremías, creo que estás confundiendo las…”
“¿Qué estoy confundiendo?”, le corto.
“Mi madre fue clara con todo lo que acaba de decirle a mi mujer y créeme, esta es una invasión a su privacidad que no tiene justificación”.
“Claro que hay justificación Jeremías”, responde mi tío.
“No quería decir esto de esta manera, pero al parecer estás poniendo bastante en duda tu capacidad para cuidar de los niños”.
“¿Qué?”
“Esa mujer es un problema, un fracaso como doctora que no podría traer nada bueno a nuestra familia”, me dice.
“Sé que pagaste medio millón de dólares para saldar una deuda que adquirió con la anterior familia a la que intento embaucar”.
“Ella solo sufrió una venganza, tío”, respondo.
“Además, como te atreves a cuestionar como cuido a mis hijos”.
“Jeremías, nadie es perfecto y todos cometemos errores, pero esa mujer no me agradaba”, me confiesa.
“La investigué porque tenía una intuición y no me equivoqué, ella no es un buen ejemplo para tus hijos, piénsalo bien, muchacho esos niños están bastante mal ya como para agregar una mujer como ella a la ecuación”.
“¿Una mujer como ella?”, gruño molesto.
“¿Qué tipo de mujer es ella tío?, no te entiendo”.
“Jeremías, por cielos, es una trepadora, una mujer que echó su vida por la borda, ¿Sabías eso?”
“Sé que perdió la capacidad de usar sus manos, pero no tiene nada que ver contigo si es buena o no para mis hijos y te lo advierto esta vez”, cierro mis ojos.
“No vuelvas a hacer algo como esto, no cuestiones mis decisiones o calumnies a mi mujer, ella es la mejor madre para mis hijos, estoy seguro de eso”
“¿Cómo puedes estar seguro?”, me reprocha.
“¿Cómo puedes creer que alguien que huye de su boda después de mentir sobre su prometido puede ser buena pare, Lucas y Lucía?”
“Porque ha logrado que mi hijo…”, niego.
“Porque el tiempo que lleva con los niños ha sido mucho mejor que las terapias con ese doctor que recomendaste, ¿Sabes acaso lo cruel que ha sido con Lucas?”, le reprocho yo.
“Lizbeth dijo que el diagnóstico tampoco podría ser el correcto así que quizás consiga un nuevo doctor”.
“¿¡Como vas a hacer algo así!?”, grita mi tío dejándome incrédulo.
“Te recomendé al mejor de mis conocidos, irrumpir un tratamiento o cambiar al doctor, puede empeorar la condición de Lucas y que estés haciendo esto solo porque esa mujer lo diga me confirma que no estás actuando con la cabeza Jeremías, voy a decirle a tu madre, voy a…”
“Deja de meterte en mi vida”, gruño.
“Agradezco que quieras ayudar, pero que me cuestiones de esta forma, no me gusta tío, somos familia y siempre te he estimado, así que apreció tu preocupación y valoro tus opiniones, pero estás sobrepasando los límites”.
“Solo quiero que los nietos de mi hermano estén bien, que sean niños funcionales otra vez y como parte de tu familia permíteme decirte que estás cometiendo demasiados errores”, duda un momento.
“Valora la posibilidad de dedicarte enteramente a ellos hasta que estén bien”, frunzo el ceño.
“Siempre he pensado que no podrías ocuparte del Grupo Mark hasta que los niños estuvieran bien”
“Puedo hacer ambas cosas y aprecio tu preocupación, pero esto es algo que solo me incumbe a mí”
No quiero hablar más con él.
“Terminemos esta conversación, ven a casa cuando quieras, pero no trates mal a Lizbeth o sigas hablando de ella a sus espaldas, esta decisión está tomada, ella es mi mujer y la madre de mis hijos desde ahora”.
Corto la llamada sin decir nada más.
Me pregunto por qué motivo mi tío parecía tan furioso al escuchar que quiero un nuevo diagnóstico.
Me molesta que cuestione si puedo o no dirigir el grupo de la familia, pero sobre todo me enfurece grandemente que sugiriera que no estoy cuidando bien a mis hijos.
Decido seguir el consejo de mi mujer.
Le pido a mi asistente buscar algunos buenos doctores por su cuenta y después de resolver unos cuantos asuntos salgo de mi oficina con la fuerte convicción de explicarle al Doctor Lois que dejaré de llevar al niño a las terapias hasta que se sienta mejor.
Después de una extenuante reunión con el médico, de descubrir que Lizbeth fue enviada a cuidar de algunos pacientes de internamiento provisional y muchas más llamadas de trabajo, cae la tarde.
Salgo de mi oficina recordando que hoy iremos al parque de atracciones.
Mi móvil suena cuando estoy a punto de entrar a mi auto, el número de mi esposa aparece en la pantalla.
“¿Sucede algo?”
“Oh, no, solo quería pedirte que fueras por los niños y nos encontráramos en el parque de atracciones Sky Land”, suspira.
“Estoy esperando un correo electrónico importante”
“¿Sucede alguna cosa?”, pregunto con preocupación, pero mi esposa niega diciendo que solo es algo de su universidad.
Obedezco sus órdenes y voy por mis hijos.
Recibo un beso de Lucía, apenas me ve mientras mi hijo simplemente mira más allá de mí con un puchero.
“¿Dónde está mamá?”
“Me pidió llevarlos al parque de diversiones”, sonrío.
“Nos encontraremos allá”.
“¡Quiero ir con mamá!”, gruñe.
Me encojo de hombros haciéndolo enfadar, pero después de una rápida explicación simplemente acepta irse conmigo.
Le pido al ama de llaves no esperarnos para comer y salgo de casa con mis hijos.
Llego al parque de diversiones media hora después y tengo que escuchar las quejas de Lucas media hora más hasta que mi mujer se acerca brillando con ese flamante vestido rojo entre la multitud de personas.
“¡Mami!”
Mi hijo corre hasta ella, Lucia, que hasta ahora estuvo en mis brazos, me pide que la baje con prisas y me siento un poco desplazado por la mujer que es ahora el centro de atención de mis hijos.
La sonrisa en sus labios es tan brillante que la hace ver simplemente maravillosa y golpeo ligeramente mi pecho cuando el pensamiento de que me gustaría recibir una de esas sonrisas tan sinceras.
¿Qué estoy pensando?
Es una mujer loca, porque querría que me sonriera de esa forma tan…
Tan… hermosa…
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