Mamá psicóloga
Capítulo 29

Capítulo 29:

POV: Lizbeth

Siempre soñé con ser una gran cirujana, le dije a mi padre que le entregaría mi título con sello dorado y le invitaría a cenar con mi primer sueldo, pero todo eso acabó de la noche a la mañana.

Tenía derecho a tomarme un año, no solo para la fisioterapia, sino para aceptar que mis sueños habían terminado.

“Toma”.

Alzo mis ojos ante esa voz.

El hombre frente a mí extiende lo que parece una paleta de helado en mi dirección.

Sorbo por la nariz odiando que me vea en este estado pero, no creo que pueda calmarme ahora, así que simplemente tomo el helado que está ofreciéndome.

Mi esposo se sienta junto a mí.

Él carraspea mientras abre su propia paleta y no me mira mientras habla.

“Ignora lo que dice mi madre, no creo que seas una fracasada o nada de lo que dijo, no pondría a mis hijos en tus manos si lo pensara”.

“No necesita ser agradable”, murmuro.

“Usted tampoco está feliz con esto, solo estamos en esta situación por sus hijos, así que puede irse sin remordimientos, estoy acostumbrada”.

“Mi madre cree que las buenas personas son solo las que tienen dinero porque siempre lo tuvo”, me responde.

“Mi padre era la única persona que la hacía ser humilde, pero desde que murió parece haberlo olvidado”.

“No puedo creer que realmente esa mujer pudiera haber sido bondadosa”, soy sincera.

“Pero está bien, tampoco es que me importe porque después de todo no es verdaderamente mi suegra”.

Doy un mordisco a la paleta de chocolate que me entregó.

Mi esposo se queda en silencio durante un momento. Pero no dice ni media palabra porque no hay mucho que objetar a mis palabras.

“¿Que pasó con Lucas y el doctor?”

Trata de cambiar el tema.

“¿Por qué lo sacaste de la consulta?, ¿Por qué crees que no está haciendo bien las cosas?”

No sé si realmente debería o no darle mi opinión, pero esos niños merecen estar bien.

Ellos deben de tener personas capaces de ayudarlos y si puedo aportar algo voy a hacerlo por el bien de ellos.

“Lucas luce como un niño con estrés postraumático”, explico.

“Es bastante similar al trastorno por estrés, pero las consultas son bastante diferentes”, lo miro.

“Además, siempre que hay algún trauma es necesario ir exponiendo al paciente lentamente al tema según su nivel de trauma. Vi como ese médico simplemente le preguntó sobre su pasado y el accidente. Me dijiste que Lucas no puede recordar o tiene crisis si lo intenta, ¿Verdad?”, le pregunté.

“Si, el doctor me dijo que debía hacerle terapia de choque y que él se encargaría, además, el diagnóstico lo dio el doctor anterior, tenía buenas credenciales, además de ser un gran amigo de mi tío”.

“Quizás se equivocó, no estoy diciendo que sea mucho mejor que ellos o que se hayan equivocado, pero creo que Lucas está siendo tratado erróneamente”, muerdo mi helado.

“Yo podría recomendar a alguien y quizás si me lo permites en casa podríamos tratar de hacer pequeñas sesiones que mejoraran la actitud del niño”.

“¿Entonces cree que Lucas realmente no está asimilando el tratamiento porque los doctores lo diagnosticaron mal?”

“Es mi opinión, además, se supone que cuando un paciente tiene estrés, síndrome de estrés postraumático o algún trastorno obsesivo debe ser mayormente apoyado por su familia”, alejo la mirada.

“Sé que es un hombre ocupado, pero siento que el niño se aferró a mí solo porque usted no está prestándole atención”.

“¿Estás diciendo que es mi culpa?”

Puedo notar el dolor en su pregunta.

Niego rápidamente, intentando hacerle ver lo que quiero sin que malinterprete mis palabras.

“Nadie tiene la culpa de que Lucas esté mal, simplemente creo que es demasiado para una sola persona”, admito.

“Cuando estuve con una depresión crónica por más de cuatro meses vi a mi madre, a mi padre y al idiota que creía me amaba casi tirar la toalla”, miro mis zapatos.

“Pero gracias a que no lo hicieron. Gracias a que todos siguieron mostrándome que la vida no había terminado, lo conseguí, así que, ¿Por qué no podemos nosotros? Después de todo esa es la razón de este matrimonio”.

“Supongo que podemos intentarlo”, murmura.

“No tenemos mucho que perder”.

“Si no tenemos…”

Mi voz se detiene cuando noto que su helado ha comenzado a gotear sobre su mano.

Me inclino para tomar el cono de su mano y no puedo evitar lamer las gotas que se han derretido sobre sus dedos.

Me doy cuenta de que lo estoy haciendo demasiado tarde, e intento explicar mi acción ignorando el latido constante de mi corazón.

“Disculpa, mi padre solía ensuciar sus manos también cuando salíamos a pasear”, hablo sin parar.

“Así que desde niña me acostumbré a hacer esto y yo… YO… ¡Creo que deberíamos regresar!”

“¡Sí!”, responde él saltando del banco, igual de extraño.

“Tengo mucho que hacer”.

“Bien, entonces nos vemos en casa”, niego.

“Quiero decir, hablaré con mi conocido y te diré que me comenta, no es que quiera verte en casa o algo así, no te confundas”

“¡Sí!, yo tampoco quiero verte en casa o algo, no me agradas”.

“¡Exacto!”, sonrío nerviosa.

“Tú tampoco me agradas, este matrimonio es un contrato por el bien de tus hijos y porque necesitaba dinero, sería absurdo pensar que podría haber algo entre los dos eso sería…”

“Sí, eso es absurdo”

Mi esposo rasca su cabeza.

“Jamás podría sentir nada por ti”.

“Sí, exacto, pienso lo mismo de usted”, balbuceo como tonta.

“En fin, adiós”.

Corro lejos de mi esposo con la vergüenza quemando en mi piel, me golpeo en la cabeza para reprenderme mentalmente por sentirme de esta forma tan absurda y me rio de mí misma por pensar que este momento que compartimos y fue como una tregua fue agradable.

¡Pasar tiempo con mi marido no es agradable!

¡Él y yo no podemos llevarnos bien!

¡Primero se congelaría el infierno!

POV Jeremías

Regreso a mi oficina, extrañado aún más con la forma en que me hace sentir mi esposa, no entiendo por qué sigo queriendo complacerla o porque me molestó tanto ver esas lágrimas en sus ojos.

Me siento tras mi escritorio.

Marco rápidamente el número de mi tío.

No puedo creer que investigara a mi mujer.

Que se atreviera a decirle esas cosas a mi madre….

Solo habló con Lizbeth unos segundos, así que no veo ningún motivo para sospechar de ella.

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